martes, 21 de octubre de 2014

Reseña: Death Proof por Zanbar Bone


No creas, no, que la vi en el cine hace ya. Creo que es una de esas pelis que es mejor comentar cuando ya ha pasado un tiempo, o quizá es que no me había apetecido hasta ahora. Tengo que decir que  el enfermizo Tarantino no me llama la atención, de hecho me desagrada, y también creo que está metido en rollos raros que es mejor no comentar aquí, peeero en esta película se supera, incluso más que en esa sobrevalorada Abierto hasta el amanecer (1995), en la que participa como guionista y actor y está dirigida por Robert Rodríguez, que satura en los minutos finales. Y parte del mérito de Death Proof (2007), quizá, lo tiene la idea de crear dos películas enlazadas (aunque aquí en España se emitieran por separado: “Planet Terror” y “Death Proof”) a través de actores y actrices comunes, así como de unos tráileres muy divertidos

Guiños de cine serie Z, homenajes continuos a clásicos del género de “road movie”, una banda sonora extremadamente bien seleccionada... Ya de entrada, nos sumerge en una atmósfera muy peculiar, sucia, pero a la vez elegante. Kurt Russell borda el papel de actor especialista en escenas de riesgo en paro, desfasado y macarra. Las mejores escenas de la película: cuando Especialista Mike sube a su primera víctima en el coche y le dice, con tranquilidad, que va siendo hora de que empiece a asustarse. También son sublimes las escenas en las que el Especialista espía a las chicas con una sonrisilla, y bueno, las persecuciones en coche molan (aunque no te gusten los coches, como es mi caso)...

Pero para poder disfrutarla en toda su magnitud, se ha de ser paciente: hablan, hablan y hablan (y sueltan tacos cada dos por tres). Una vez sumergido en la trama, este hecho no es ningún inconveniente, al contrario, entretiene, a la vez que observamos con mucho detenimiento la personalidad de cada uno de los personajes, incluso los más secundarios, lo cual aleja a este producto del cliché trillado de psicópata en busca de sus víctimas; el personaje de Kurt nos demuestra que es mucho más que un loco al volante. Esto, aderezado con el debido suspense que aporta dicho personaje (y su inquietante vehículo) nos mantiene alerta en todo momento, a la espera.


Si eres capaz de llegar a la mitad de la película, disfrutarás de una escena impactante que supone el giro inicial de la película. Y si aun eres capaz de seguir viendo la segunda mitad, un calco de la primera, disfrutarás de un cambio de perspectiva soberbio, lleno de acción y con un final de esos que no dejan indiferente (o sí, porque si no has conectado con la película los primeros cien minutos, es posible que te quedes con una extraña sensación de vacío).


Que sí, que te la recomiendo.



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