El Origen de la Calabaza de Halloween
Nos vamos acercando a la festividad más querida por los
amantes del terror; y es que Halloween está a la vuelta de la esquina. Hoy
hablaremos de la famosa calabaza, uno de los aspectos más famosos de este día y
que tiene su origen en leyendas y tradiciones antiguas.
Un viejo cuento irlandés nos narra la historia de Jack, un
perezoso granjero que atrapó al mismísimo diablo con la ayuda de una cruz.
Otras versiones cuentas que Jack, perseguido por los
habitantes de su aldea por ladrón, engañó al diablo para evitar su muerte. Le
dijo que se convirtiera en moneda, con la cual pagaría lo robado a los
aldeanos, y después desapareciera, haciendo que la desconfianza floreciera
entre ellos y así se mataran unos a otros. El diablo accedió, se transformó en
moneda de plata y se metió en el saco de Jack, en donde el ladrón tenía una
cruz por lo que lo encerró allí.
Lo que si tienen en común las diferentes versiones de la
historia es que Jack sólo suelta al diablo cuando le hace prometer que no se quedará
con su alma. Al morir, no podrá ir al cielo por sus pecados, ni al infierno por
el trato que hizo con el diablo, por lo que no tenía a donde ir, y la oscuridad
se cernió sobre él. El diablo, a modo de burla, le lanzó una brasa del infierno
para que pudiera moverse por las sombras, y Jack cogió un nabo, verdura muy común
en Gran Bretaña y su favorita cuando estaba vivo, e hizo una linterna con ella
que alumbraría siempre su camino. A partir de ese momento, Jack fue conocido
como Jack of the Lanter o Jack -o’- Lanter.
Antiguamente, en Irlanda y Escocia utilizaban un nabo tallado
con la cara de Jack para ahuyentar al diablo y a los espíritus malignos de sus
casas, dando así origen a su uso ornamental de hoy en día.
A partir de 1866 en Norteamérica se empezó a utilizar en Halloween la
tradición irlandesa y escocesa de hacer farolas con diferentes vegetales. Como
en Norteamérica no tenían los mismos que en Irlanda y Escocia, empezaron a
utilizar las ya conocidas calabazas para tallar la cara de Jack.
Actualmente los faroles hechos con calabazas se utilizan únicamente
a modo de adorno en muchos lugares del mundo la noche de Halloween,
haciendo una tradición donde familias, amigos y vecinos tallan caras en las
calabazas mientras cuentas relatos de terror y compiten por ver cual es la más
terrorífica, tradición que se ha extendido a lo largo del mundo.
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