Hoy me cuelgo la mochila del terror y visito uno de los lugares más conocidos por los amantes de lo terrorífico: Centralia, la ciudad fantasma de Pensilvania. ¿Por qué es tan conocida? Por ser el escenario en el que se inspiró Silent Hill.
En 1980, Centralia contaba con unos 1.000 habitantes, pero en el 2013 apenas eran siete los vecinos que resistían allí, en la ciudad convertida en un bosque apocalíptico bajo el que un incendio lleva activo casi 50 años, sin que nadie haya sido capaz de apagarlo. La ciudad está llena de edificios en ruinas, de coches abandonados y de carreteras llenas de boquetes por los que aun sigue saliendo humo.
Su decadencia comenzó en 1962, cuando el negocio de las minas (el sustento principal de sus habitantes) vivió un declive económico. Una de las minas empezó a utilizarse para quemar basura, pero se les fue de las manos y provocaron un incendio que, cincuenta años después, mantiene ardiendo las entrañas de Centralia.
Antes de poner siquiera un pie en Centralia, al llegar a su carretera principal, encontramos un cartel que nos avisa del peligro de seguir caminando. Nos dice, incluso, que ahí podemos encontrar la muerte. Aquí estoy, intentando decidir si seguir avanzando, si internarme en esta niebla que envuelve por completo toda la población y que solo me deja entrever un par de esqueletos de coches abandonados... quien sabe si por la fuerza.
¿Os atrevéis a dar un paso más conmigo?
1 comentarios:
Muy interesante. Conocía el lugar ya que la ambientación de Silent Hill me fascina.
Genial entrada, preciosa 😊❤️
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