lunes, 11 de junio de 2018

Crítica Ready Player One de Steven Spielberg





Vivimos una época bastante asfixiante en el que el futuro se nos antoja bastante incierto y aterrador. Paralelamente a esto, el mundo del entretenimiento ha sabido aumentar sus productos y medios en los que muchos se sumergen para escapar de la triste realidad. Aunado a esto está el revival ochentero, una década que nos dejó grandes canciones, películas, series... 

Para su debut literario, Ernest Cline cogió todo esto y creó Ready Player One. Una novela que no tardó en estar en el punto de mira de las grandes productoras. Lo que ha sido una sorpresa, a medias, fue que el director encargado de realizar su adaptación cinematográfica fuese Steven Spielberg.




Lo cierto es que Spielberg fue quien creó el blockbuster con su Tiburón en 1975. Y no hay que olvidar que estamos ante el que nos llevó al Parque Jurásico o nos hizo seguir los pasos de Indiana Jones. Aunque en los últimos años, el Rey Midas de Hollywood se haya apartado de tanto aventurero, en su interior este espíritu jamás dejó de brillar. Y eso lo ha demostrado con Ready Player One.

"Oasis es la realidad virtual donde la mayor parte del mundo se sumerge para olvidarse de la terrible realidad. El día que su creador fallece, se descubre que su último deseo ha sido crear un desafío para los habitantes de Oasis y así poder hacerse con su fortuna y el dominio de Oasis".




Es imposible no querer sumergirse en Oasis y todas las posibilidades que ofrece LA realidad virtual. Esto ha camelado hasta al propio Spielberg, quien se esmera a la hora de sumergirnos en ese mundo de unos y ceros donde todo puede pasar. El problema llega cuando vemos que el CGI se come la otra parte del film. La que se desarrolla fuera del mundo virtual. Una pena, pues en esas pequeñas dosis se deja entrever una aventura más pura y adictiva que la que ocurre en Oasis. Donde, por mucho Gundam contra Mecha Godzilla que nos muestre, no deja de ser un espectáculo vacío. Por no hablar de la gran carga emocional que Spielberg busca imprimir en la parte del mundo real.




Es una pena desaprovechar el plantel protagonista que se saca de la manga y que acompañan al dúo protagonista. Un grupo que podría haber calado más en el espectador del mismo modo que ha logrado la tropa de Stranger Things en la pequeña pantalla. Pero la cosa se queda en el intento.

En el terreno de los villanos, tenemos un Ben Mendelsohn que parece haber puesto el piloto automático de Rogue One y poco tiene que ofrecer. Una mejor y más divertida amenaza podríamos haber encontrado en I-R0K (T. J. Miller) que se queda en un alivio cómico momentáneo.




Por la parte que nos toca, internillos. Hay que decir que Ready Player One se guarda un gran as bajo la manga al hacer que una de sus pruebas ocurra en un gran clásico del cine de terror

El temor a que Ready Player One se dejase llevar por el juego metareferencial estaba siempre presente. Aunque por suerte, Spielberg no lo permite. Y deja que su historia respire un poco entre el carrusel de guiños y cameos. Una aventura que podía haber impactado más y haberse convertido en un clásico instantáneo de haber mimado más la parte humana del relato. Por la contra, aún podemos pasarlo bastante bien siguiendo a Wade Owen (Tye Sheridan) y su clan en la Búsqueda del Huevo de Halliday.



Lo Mejor: El inesperado segmento que hará las delicias del fan del cine de terror.

Lo Peor: No se da un buen equilibrio entre la parte live-action y la de CGI.




1 comentarios:

A mí me encantó, es una continua referencia a mi infancia <3

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