viernes, 5 de mayo de 2017

Crítica The Void de Jeremy Gillespie y Steven Kostanski





No son pocos los directores que han intentado, a lo largo de los años, realizar una adaptación o una película influenciada por los Mitos de Lovecraft. Los que han tenido más suerte han sido sin duda el gran John Carpenter con su trilogía del Apocalipsis (La Cosa, El Príncipe de las Tinieblas, En la Boca del Miedo) y Stuart Gordon (Re-Animator, Dagon, la secta del mar) en la parte más visual y splatter. En España lo intentamos sin suerte con las dos entregas de La Herencia Valdemar y hay una ingente cantidad de títulos que se amparan en lo "Lovecraftniano" para colarnos unas cuantas monstruosidades tentaculares y alguna mención a Cthulhu o al Necronomicón e intentar ganarse unos aplausos a costa del solitario de Providence.

The Void llega para colocarse en un agradecido término medio. No contentará a los eruditos Lovecraftnianos pero resulta ser, por momentos, algo más que un facilón horror tentacular.




Los artífices de esta película son Jeremy Gillespie y Steven Kostanski, Maquilladores profesionales (entre sus trabajos están los realizados en Silent Hill: Revelations, Crimson Peak, Suicide Squad) cuyos primeros intentos en la dirección resultaban ser gamberradas de serie B del nivel de Father´s Day o Manborg. En The Void tratan de ponerse más serios y sacan a relucir todo su arsenal de influencias (quizás demasiadas) para dar forma a este endiabladamente disfrutable relato de viscerales engendros y siniestros cultos a innombrables deidades..

Desde su primera secuencia, la película sumerge al espectador en esta sangrienta aventura que colocará a un grupo de desdichados personajes en un hospital semi abandonado en el que el verdadero horror puede que se encuentre en el interior del edificio y no en el exterior junto a todos esos misteriosos encapuchados.




No engaño a nadie si digo que la premisa es bastante simple y que en la mayor parte del metraje resulta bastante desconcertante (aunque pueda parecer que no, está claro que ni los propios directores no tenían claro bastantes cosas al dirigir). Pero a base de tratar de explotar los aciertos de la cinta y aprovechar su duración para hacer un ejercicio de survival horror que no pueda aburrir al espectador, logran sacar a flote The Void.

El gran acierto y lo más valorable es sin duda los FX´s y maquillajes artesanales. Pura delicatessen para los amantes del cine de terror añejo que no estaba pervertido por el uso del CGI (ojo, que en esta peli también tenemos pantallazos verdes, pero solo en las partes verdaderamente necesarias y de cara al final). Se nota que los directores tienen experiencia en este campo (porque hay que recalcar que el presupuesto para esto se financió con un crowdfunding), los horrores de su particular Infierno son trasladados de la mejor de las maneras y acaban contribuyendo al ejercicio de nostalgia que ha iniciado con el envoltorio puramente ochentero con el que se oferta ante el espectador ávido de este movimiento (algo curioso que no suele ocurrir con esta clase de películas es que la BSO sea tan olvidable y desechable).




No es nada complicado ver las referencias y homenajes que se suceden a lo largo del metraje. Ya tan solo la premisa inicial resulta una mezcolanza de títulos "Carpenterianos" (Asalto a la Comisaría del Distrito 13, La Cosa, En la Boca del Miedo) que juguetean también con el Clive Barker de Hellraiser. Las criaturas parecen un visceral híbrido entre las creaciones de la Nueva Carne de David Cronenberg y las abominaciones del videojuego Dead Space. Y este carrusel no tendría porqué detenerse aquí. Pero me gustaría dejar claro que en este ejercicio, la película se pierde bastante. Una pena teniendo en cuenta que juega a su favor una mitología propia atractiva y que pedía a desesperados gritos ser explotada. Ya solo la legión de mudos e inquietantes encapuchados daban para levantar sin problemas la película.




Los personajes contribuyen a aumentar la sensación de desconcierto y desesperación en la que se suma The Void. Aunque se eche en falta algo más de exposición en alguno de ellos (sobre todo en la violenta pareja formada por Daniel Fathers y Mik Byskov), pero cumplen con su cometido.

En la recta final es donde podemos descubrir que los directores han querido arañar un poco la superficie del interesante tema cósmico de la literatura de Lovecraft. Y aunque llega un poco tarde y puede ser la puntilla que saque de la experiencia al espectador medio, un servidor ha agradecido bastante este intento.

Querer buscarle pegas a The Void es un ejercicio de rizar el rizo, es no querer disfrutar de una película que supondrá una buen rato de brutal y sanguinolento divertimento para cualquier espectador del cine de terror. Es una pena que no aprovechase todo su potencial para convertirse en una verdadera "obra de culto", pero como Lovecraftniano divertimento y carta de amor al cine de terror ochentero cumple con nota.




Lo Mejor; El ejercicio de añadir a la trama el componente cósmico de Los Mitos. Los efectos especiales artesanales.

Lo Peor: No aprovechar su interesante mitología propia y perderse entre tanto homenaje.




3 comentarios:

¿Hospital abandonado? Apuntada queda :)

Pinta muy bien esta película, la apunto también :)

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