martes, 6 de enero de 2015

Reseña Literaria: Metro 2033 de Dmitry Glukhovsky por Harbinger



¿A quién no se le ha pasado por la cabeza la cruenta idea de ver arder el mundo? Un par de bombas nucleares por aquí, otro par de bombas de neutrones y zas! el mundo se ha ido a la mierda.

Algo similar nos ofrece el autor ruso Dmitry Glukhovsky con su obra Metro 2033. 

Corría el año 2013 cuando las tensiones entre las grandes potencias mundiales llegaron a un punto crítico, llevándoles a la  guerra. Resultado: Exterminio del ser humano en todo el globo... ¿Si? ¿Qué fue de aquellos que se encontraban viajando por el hermoso metro de Moscú? Pues gracias a ello, salvaron la vida. Unas estaciones y una red de túneles diseñadas allá por 1935 para servir como refugio antiaéreo en una posible guerra. (Cometido que llegó a desempeñar en la segunda guerra mundial) y dada su profundidad, también se convirtió en un gran refugio antiradiactivo. 


Diez mil almas se salvaron aquél día. Gente que se encontraba allí viajando, o trabajando, o simplemente refugiándose en un lugar cálido. La suerte o el destino quiso que el día en que las puertas herméticas que daban al exterior cerraran todas las estaciones y con ello, el exterior.

Pasados veinte años desde que cayera la última bomba y el ser humano pereciera en sus hogares, calles, vehículos y demás lugares de la superficie, nos ponemos en la piel de Artyom, uno de los últimos jóvenes nacidos aún en la superficie, el cual lleva una vida más o menos tranquila en la estación VDNK. 



Pero algo está pasando. Unos seres desconocidos están atacando desde el norte, sin armas, con el cuerpo desnudo, caminando parsimoniosamente hacia sus presas. Los disparos atraviesan sus cuerpos negros como el azabache, solo para volver a cerrarse allí donde apareció un segundo antes el agujero. 
Aquellos que sobrevivían a la masacre, terminaban por perder la cabeza.

Hunter, un misterioso comando, se adentrará más allá de la ultima estación defendida por el hombre, hacia el hogar de estas bestias y acabar con el problema, pero, de no hacerlo, delegará en Artyom la difícil tarea de encaminarse hacia el centro de la ciudad, la increíble estación Polis para alertar a sus iguales del peligro que acecha con acabar con toda vida que se encuentra en los viejos túneles rusos.

Yo ya conocía la historia gracias al juego homónimo que cuenta una historia similar (ya sabemos que las adaptaciones de libros a series, películas o videojuegos no son 100% fieles a la obra) pero aún así, ofrece una gran historia y diversión (próximamente haremos una review del juego) 

Un libro traido por la editorial Timun Mas, tal vez no muy acertado en cuanto a su maquetación. Ya que cada capítulo está escrito en un solo párrafo y la lectura puede llegar a ser dificultosa en ocasiones. Son algo más de 500 páginas en las que, si nos olvidamos de ese pequeño problemilla, disfrutaremos de una gran historia.

Un reflejo de la actual sociedad rusa, como hamsters de laboratorio en un infernal laberinto: Fascistas, Comunistas, Religiosos, Bandidos, Hombres de negocios... Todos ellos refugiados bajo toneladas de hormigón. Artyom deberá hacer frente a los múltiples peligros que le acecharán a cada vuelta de esquina (o de andén) en el que el señor Glukhovsky nos transmite a la perfección las sensaciones que vive el personaje. Una continua angustia claustrofóbica que nos acompañará durante la mayor parte del viaje. 

Los personajes están bien reflejados, si bien el único con el que profundiza totalmente Dmitry es el propio Artyom. Los escenarios desbordan imaginación, en todo momento era capaz de vislumbrar lo que el autor quería transmitir y hacernos ver.

En definitiva, si os gustan las distopías tanto como a mi, queréis sentir un poco de claustrofobia y descubrir si Artyom conseguirá salvar al Metro de la destrucción, debéis leerlo.

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