Los policías la miraban extrañados, sin entender cómo había
ocurrido aquél baño de sangre. Emily balanceaba el cuchillo con la mano,
manchando de rojo carmesí la moqueta beig.
Sólo quería jugar, y es justo lo que había hecho. Cuando
tenía cuatro años, quiso saber cuanto tardaría su hermano menor en morir. Puso
una almohada sobre su pequeña cabeza y apretó, pero su padre entró justo a
tiempo. Al año siguiente, clavó unas tijeras en el pecho de uno de sus
compañeros, pero al no tener filo, solo provocó que el niño llorara y llamara
la atención de la profesora.
—Me tiró de las coletas —dijo Emily con inocencia.
Sus padres le cambiaron de colegio, pero ella seguía
teniendo ese oscuro impulso. Había pasado un año desde entonces, y esa noche,
dos de sus nuevas amigas se quedaban a dormir a su casa. Emily hizo que Annie
se escondiera mientras jugaba con Judy a los médicos. La tendió en el suelo y
la abrió en canal, colocando sus vísceras en la alfombra rosa de su habitación.
Después, buscó a Annie y le sacó los ojos. Le gustaba su
color azul, y quería tenerlos de decoración en la mesa de colorear.
Su madre entró y empezó a gritarle. Emily, enfadada, clavó
el cuchillo en sus piernas. Cayó de rodillas, horrorizada, y la pequeña la
degolló. No le gustaba ver a su madre triste, por lo que le dibujó con sangre
una sonrisa en los labios.
Un hombre de uniforme se detuvo ante ella.
—¿Pero qué coño…? —dijo horrorizado mirando a la niña.
—Has dicho una palabrota —Emily sonrió llevándose una mano ensangrentada a la boca.
—Hay que llevarla inmediatamente al Sanatorio Estatal de
Hartford.
Emily no sabía qué significaba aquello, pero para ella,
sería un lugar ideal donde practicar su juego favorito.
5 comentarios:
Inocente y tierna! Encantadora Emily! De culto tu micro! Bravo!
Madre del Amor Hermoso... ¡Vaya con la niña! Si llego a leer esto por la noche no pego ojo...
Gran historia :-)
Saludos!!
Muchísimas gracias, me alegra mucho que os haya gustado :D
¡Fabuloso microrelato Rain Cross! :)
Muchas gracias :D
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