Un pesticida intoxica
las uvas de un pueblo en donde los habitantes acaban volviéndose majaderos al
tiempo que sufren erupciones cutáneas de todo tipo. El tren en el que viajan
dos amigas pasa cerca del lugar, y cuando un hombre afectado por la enfermedad
de las uvas se cuela en el tren y asesina a una de ellas, la otra huye y se
interna en una de las casas del pueblo. A partir de ese momento se verá
perseguida por el resto de enfermos, que a ratos se comportan como zombis, solo
que más sádicos.
Había
visto fragmentos de esta película repetidas veces en la TVM (Murcia), y aunque
tenía toda la pinta de una de esas pelis antiguas de bajo presupuesto, raras y
más bien mala, me llamaron la atención varias escenas en donde unos personajes
que parecían zombis perseguían a una mujer en una especie de pueblecito al
ritmo cadencioso del tema “Metrópolis” de Kraftwerk (por el que seguramente no
pagaron derechos).
Varios
años después, anduve buscando cómo podía llamarse la película y cómo
conseguirla. La buscaba en foros con pobres referencias: recordaba una escena
en la que se veía la cara de la protagonista mientras le caían gotas de sangre
del techo; también recordaba el inicio de la canción de Kraftwerk, aunque esa
no fuese realmente la banda sonora principal del film.
Al
final, en un foro dieron con la clave y me revelaron que era esta película de
Jean Rollin de 1978, también conocida como The Grapes of Death, que para colmo
tenía mi hermano grabada en VHS. Vamos, que la película estaba ahí todo el
tiempo al alcance de mis zarpas (y hoy día la puedes encontrar en Youtube,
aunque doblada a un idioma que parece arameo).
Para
quien no conozca a Jean Rollin, basta decir que es el homólogo francés de Jesús
Franco (y que cada cual valore lo que acabo de decir). He visto varias
películas de la misma época (La muerta viviente (1982), El castillo de las vampiras (1979)) y
en general son un “rollín”, pero con aspectos que me atraen, como atmósferas
extrañas, sugerentes, argumentos disparatados, escenas lentas e
interpretaciones peculiares. No voy a soltar una reflexión sobre qué clase de
cine es, pero sí puedo decir que tiene el atractivo de esas películas en las
que no prima la sofisticación ni los alardes de medios, y sí el gusto por lo
macarra, lo bizarro y lo erótico. No encuentro palabras intelectuales para
definirlo, es simplemente cutre, pero como si el director pretendiera convencernos
de lo contrario y se pasase por el forro los convencionalismos sobre cómo
escribir un guión de cine.
De
todas formas, Las Uvas de la Muerte se diferencia de las películas que solía
hacer Rollin por aquella época, en la que podía tirarse varios minutos de
película mostrando cómo hablaban o se sobaban los protagonistas (sobre todo
esto último). En este caso, se trata más bien de una peli de terror setentera
al uso, en la que en todo momento están pasando cosas, aunque con ese toque
francés en el desenlace que te deja con cara de no estar seguro de haber
captado la metáfora (sí, la típica cara de idiota que se te queda después de
ver una peli francesa).
Cuenta
con varias escenas gore de bajo presupuesto y algún que otro desnudo, pero la
película no se apoya en eso, o al menos a mí no me lo parece. Destaca más bien
el escenario oscuro, la interpretación (gesticular) de Marie-Georges Pascal
(actriz que se suicidó años después), la banda sonora (aunque sea un plagio) y
esa tensión que transmiten las películas en la que una persona se ve acosada
por los zombis, aunque en este caso no se trate de zombis (recuerda más bien a
las primeras versiones de Soy Leyenda, como “Seres de las sombras” y “El último
hombre vivo”.
Aparte
de la malograda protagonista, de entre el elenco de actores destaca Brigitte
Lahaie, que es la única que tiene foto en la ficha del imdb de este film...
Brigitte, por cierto, es una actriz-directora que ya era conocida en los
setenta por sus apariciones en películas porno o no porno, pero con sexo
explícito.
Reflexión
al margen: no sé por qué me gusta esta película. No es profunda, no es una
película espectacular de terror, el guión es una castaña, aunque más o menos
sea consistente, las reacciones de los personajes rozan a veces lo increíble,
no transmite apenas valores de ningún tipo... Y sin embargo... Quizá es por el
ambiente, por la situación, que sin ser terrorífica sí es emocionante, a pesar
del ritmo pausado de la peli, o quizás es porque me gusta la protagonista (la
actriz porno rubia no, la otra), o porque tiene el encanto de las películas de
los setenta, qué sé yo. La recomiendo a aquellos no demasiado quisquillosos, a
los fanes de Jesús Franco y a los duendes irlandeses.
Para saber más:
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5 comentarios:
Gracias, amiguitos!!!
Os puedo conseguir uvas de este pueblo para las próximas Navidades XDDD
jean rollin siempre fue mejor que el unutil de jesus franco
Gracias a ti, esperamos verte asiduamente por los pasillos de Castle Rock ;)
Hahahaha pues nada, uvas de la muerte para todos xD
Gracias por tu opinión, ya vimos en anteriores críticas que no te acaba de Jesus Franco xDD
No sé, no sé, yo creo que están a la par, Rollin tiene algunas películas infumables y cansinas, aunque sí que tiene una vena más artística y experimental. J. Franco degeneró al cine cutre digital de erotismo casposo, pero tiene algunas pelis bastante potables.
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