Si bien a priori esta propuesta de terror antológica televisiva se nos antojaba de lo más apetecible (Blumhouse, quien prácticamente está monopolizando el terror en la gran pantalla se alía con Hulu para hacer lo propio en la pequeña). Llevamos dos episodios que están trastocando bastante nuestras esperanzas en Into The Dark.
Flesh and Blood no se aleja tanto como quisiera de The Body y se ampara en un ejercicio de insulso suspense telefilmero que no logra llenar la alargada duración del mismo.
En sus primeros compases aún nos encontramos con un curioso planteamiento que podría justificar el episodio. Sobre todo en cuanto al estado mental de la joven protagonista interpretada por Diana Silvers. Pero no se sabe aprovechar el filón y pronto se pierde junto al interés del espectador al decidir descubrir el pastel antes de rematar la primera mitad del metraje. Y lo que queda se va dejando en evidencia hasta llegar a la bochornosa explicación del porqué de las acciones del personaje de Dermont Mulroney. Quien en verdad se presta para dar lo mejor de él a pesar de tener un personaje tan plano y desaprovechado.
Si bien The Body justificaba minimamente su temática festiva (Halloween), Flesh and Blood escoge Acción de Gracias como podía haber elegido Hannukah. Queda como simple adorno argumental, pero no se integra como debe a la trama.
Conviene que los artífices de Into the Dark se planteen el formato de largometraje televisivo. Pues con propuestas como esta, la duración resulta harto excesiva y innecesaria. Lo que obliga a la propuesta avanzar como un pollo descabezado durante buena parte de la misma.
Poco de lo que destacar en cuanto a la dirección (bastante plana) de Patrick Lussier y la puesta en escena (telefilmera a tope).
Espero que a la tercera vaya la vencida y que Vigalondo y su Pooka me hagan cambiar de opinión y no darle la espalda a Into the Dark. En verdad espero que así sea.
Lo Mejor: Nada.
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