Antes de nada, desvelar que no soy muy fan del género negro. Al menos, el convencional. Suelen aburrirme demasiado y las considero obras demasiado repetitivas. Sin embargo, soy un apasionado del neo noir y el hard boiled. Cuanto más sórdidas sean las ciudades en los que se ambientan y sus personajes, mejor.
Recientemente he terminado de leer todos los volúmenes de Sin City (nunca pasaba de El Duro Adiós y las dos películas), e incluso entre mis proyectos se encuentra el escribir una novela de este género. Y ha sido toda una revelación encontrarme con la novela que nos ocupa, en una de mis muchas visitas mensuales a la biblioteca pública de mi ciudad. Desde la atrayente portada hasta la tentadora sinopsis, El País de los Ciegos, casi me "obligó" a leerlo.
Normalmente suelo leer poco a poco. Me gusta disfrutar de la lectura (además de que mientras leo una novela, suelo estar leyendo varios cómics a la vez), pero de vez en cuando me dan achaques en los que me doy verdaderos atracones literarios. Y sí, esto me ha ocurrido con El País de los Ciegos.
La novela nos lleva a Alicante, tierra del turrón y el crimen. Nuestro protagonista, Juan Ramón Durán (alias "El Tuerto") acaba de salir de la cárcel, tras una buena temporadita a la sombra, para comprobar que la perra que es la ciudad, acaba de cambiar de dueño. Y es uno que no es precisamente buen amigo de Durán. Tras una "amistosa" bienvenida, el Tuerto tratará de salir adelante. Pero los problemas no han hecho más que empezar...
Para empezar, me ha gustado el situar la acción en España. Alicante, la ciudad de la luz, esconde más oscuridad de la que trata de ocultar. No sé si será todo lo oscura como el autor lo ha reflejado en su novela. Pero es cierto que la sociedad se divide en capas, y cada una es más corrupta que la anterior. Pero como iba diciendo. Todo un acierto el situar la novela en Alicante. De hecho, Claudio Cerdán la convierte en un personaje más. Siendo eterna compañera de el Tuerto, que es testigo con su único ojo de como está de podrida. Porque en el país de los ciegos, el tuerto es... Mejor no terminar este dicho (ya descubriréis porqué al leer la novela).
Segundo acierto: el protagonista. Soy demasiado fan de los personajes rotos, con un pasado violento o corrupto y con un presente y futuro aún más oscuro. Y El Tuerto es eso y mucho más. En un país de personajes moralmente cuestionables, llegar a encariñarse con un criminal que es consciente de que fue, es y siempre lo será, es todo un logro por parte del autor. Personajazo donde los haya.
Y con el Tuerto, tenemos una galería de secundarios la mar de interesantes e igual (o más) variopintos que el protagonista. Y a pesar de ser secundarios, están bastante definidos (a excepción de Garrigós, que a mi parecer está bastante desaprovechado), haciendo aún más interesante la travesía por El País de los Ciegos.
Aunque el autor no inventa nada nuevo, es cierto que sabe usar los elementos a su disposición. Creando una historia la mar de adictiva y con su sello personal.
Lleno de diálogos directos y mordaces. Humor del negro. Y criticando a la sociedad desde lo más bajo. El estilo de Claudio Cerdán es de lo mejor que he leído. Y para muestra un fragmento:
“Que te metan entre rejas es algo sencillo. Atraca un banco, roba tiendas, maldice a la realeza, golpea a tu mujer, a tus amigos o al perro, fuma en público, contrata a una puta, trapichea con pastillas, viola, mata, destroza o simplemente pide una hipoteca. Antes o después acabarás a la sombra con tíos changos rifándose tu culo a los dados”.
Esta es la primera novela que leo del joven autor. Pero os aseguro que no será la única. En mi punto de mira está su primera obra: El Dios de los Mutilados. A la que espero echar muy pronto el guante y reseñar en vuestro blog favorito.
Seas o no seas seguidor de la literatura negra, te animo a descubrir El País de los Ciegos. Una de las lecturas más adictivas directas que he leído en mucho tiempo.
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