"Los villanos son la salsa sobre la carne. Recordamos más la maldad que la bondad. Los actos viles, las mentes retorcidas y la villanía impactan, dejan poso. Todo el mundo espera el castigo del malvado y es un elemento narrativo demasiado poderoso como para dejarlo escapar."
Por fin tenemos a nuestro segundo paciente en la sección Entrevistas de Castle Rock Asylum. Él es Pablo García Naranjo. Con ya dos novelas en su haber y unos cuantos relatos publicados, acaba de sacar a pasear su última creación: Coburn. Una novela que nos traslada a la época dorada del grindhouse setentero repleto de violencia y rudos parientes de Charles Bronson. Así que hemos aprovechado la oportunidad para hacerle unas cuantas preguntas.
-Para empezar cuéntanos, ¿quién es Pablo García
Naranjo?
-Un padre de familia, un escritor a ratos, un tipo
normal con todo lo que conlleva. Uno más. Muy afortunado en demasiadas cosas.
-¿Cuándo empezaste a pensar en dedicarte a escribir
y cuáles fueron tus primeros pasos para hacerte un hueco en el mundillo
literario?
-En un viaje de avión, con un libro en las manos, me
di cuenta de que era el momento de dejar de pensar historias y escribirlas.
Recuerdo el momento con total nitidez. Me dije: oye, ¿no ves que es hora de
hacer intentarlo? A partir de ahí vino una novela que jamás se publicará, mucha
paciencia, mucho aprender y leer, leer, leer. El hueco, el juego de codos entre
autores o el dar saltitos para despuntar se consigue con más paciencia,
profesionalidad y seriedad. Y escribir, y leer más, y dar por hecho de que lo
que escribes no es bueno por mucho que lo creas.
Entré sin armar ruido con relatos, colaboraciones
aquí y allá y sin estridencias; antologías y más cuentos. Y, me repito,
paciencia.
Después de varias publicaciones en antologías, tuve
el arrojo de proponer a Tyrannosaurus Books una novela para su colección
Monsters Unleashed. El resto, como se suele decir, es historia.
-A la hora de escribir, ¿tienes alguna costumbre o
manía que te ayude a redactar párrafos?
-Soy un gran vago. Me da pereza empezar, continuar y
terminar las cosas. Cuando no estoy escribiendo tengo mono, pero cuando lo hago
tengo que obligarme a seguir por mucho que me esté divirtiendo. ¿Manías? Música
en unos auriculares que tengo medio destrozados y poco más. Y algo de tiempo no
está mal.
-¿Cuáles son tus referentes, tanto literarios como
cinéfilos?
-Tuve la suerte de tener a disposición desde pequeño
todo tipo de libros. Desde grandes clásicos a novelas bestseller de los años
setenta. Con los años me convertí en un cazador de biblioteca y he leído de
todo: desde la novela más infecta a
obras maestras desconocidas. Un niño sin muchos filtros, vaya. Siempre
buscando aprender algo, sentirme conmocionado con el estilo del autor. Torrente
Ballester, Chandler, Cela, Frank Miller, Brian Azzarello, King, Rufo, Allende…
De todo y podría estar un rato.
¿Cine? Soy un niño de videoclub. No creo que haya
que decir mucho más. Tres pelis por quinientas pesetas y fines de semana frente
a la tele. De todo se aprende y de todo hay que sacar enseñanza.
Ya que lo preguntas, veo que aunar cine y libros es
algo muy recurrente. “Tus novelas son muy visuales” o “tu estilo es muy
cinematográfico”… se escucha mucho eso. En mi opinión, los libros son los
libros y el cine es el cine. Los capítulos no son escenas, no son secuencias.
Los recursos estilísticos, el tono, el campo
semántico, la riqueza en el lenguaje y la intención no tienen nada que ver en
una novela. Denotan pobreza de recursos. Un libro debe hacer que el lector
construya las imágenes en su mente a través de las palabras, no es un juego de
diapositiva. ¿El cine es literario? ¿Qué se pretende decir cuándo se dice eso?
-Has escrito una novela con seudónimo. ¿Nos puedes
contar la razón? ¿Volverías a firmar una obra con seudónimo?
-Sí. Me encantaría que Talbot Torrance, mi alter
ego, tuviera más vidilla. La razón de su existencia es una válvula de escape,
un alejamiento como autor de la obra, y una broma divertida. En pocos meses se
juntaron Laguna Negra y El hombre Spam y el pseudónimo también sirvió para no
saturar. Me encantan estos tipos de juegos de identidades, la verdad.
-En Laguna Negra y Coburn, tu última novela, tratas
géneros como el blaxploitation y el hardboiled. Y sé que tus gustos
cinematográficos suelen tirar por vertientes de serie B o Z y Trash. Cuéntanos
las razones por las que te apasionan estos géneros como para escribir sobre
ellos en tus novelas.
-Nunca pensé en escribir algo como Laguna Negra
hasta que no me planteé escribir para Monsters Unleashed. Lo que sí supe es que
tenía que escribir una historia lo más grindhouse posible, retratar una época
muy concreta y un forma muy particular de contar una historia. La Serie B,
entendida como la falta de medios solventada con ingenio, es un mecanismo poco
usado en la literatura de género. Escribí esta historia pensando en la gente de
mi edad, en su infancia y adolescencia, en sus referentes; en el cómic Fórum y
la distinción entre VHS y Beta; en las sesiones dobles y en las novelas
escondidas detrás de las joyas literarias. Pero sin tomar por tonto al lector.
Procuré, en la medida de lo posible, dar empaque a lo que no deja de ser una de
monstruos.
Me gusta el cine. Serie B o no es lo de menos. La
serie B está pasando por una fase que llamaría mainstream. ¿Es Sharknado y
secuelas Serie B? No lo creo. Serie B es buscarte la vida con poca pasta y
ganas de enganchar al público con lo poco que tienes; el resto es manufacturar
películas para verlas con los colegas una vez al año.
-Toca hablar de Coburn, tras monstruos de la Laguna
Negra y una historia noirsci-fi, ¿cómo surgió la idea de esta novela?
-Coburn nació gracias a Marc Gras, uno de los tres
integrantes de TyrannosaurusBooks. Un día estábamos hablando de nuestras cosas,
nuestros gustos, y surgió la idea de un personaje como Coburn. Un antihéroe
escapado del cine de los setenta; de las novelas de supermercado americanas.
Una historia que transcurriera por pasajes conocidos para el fan y que
ofreciera una lectura amena, directa, de acción y venganza.
En poco tiempo tenía la idea y se la mostré a Marc.
Después de darme el visto bueno, me puse a escribir y en cuestión de meses
estuvo lista para servir.
-Por la descripción del personaje protagonista (y
del resto de protagonistas de tus escritos), ¿a Pablo García Naranjo le gustan
más los villanos y antihéroes que los héroes? ¿Por qué? Dinos tu antihéroe y
villano preferidos.
-Me encantaría escribir alguna vez una historia
sobre un héroe, pero ahora que me haces recordar, creo que nunca he escrito
sobre ellos. La figura del antihéroe tiene más recovecos, más matices que me
atraen. La pureza es para los virtuosos de las letras y yo no lo soy. Me atrae
como lector no saber por dónde cojea el personaje y los antihéroes son perfectos
para eso.
Los villanos son la salsa sobre la carne. Recordamos
más la maldad que la bondad. Los actos viles, las mentes retorcidas y la
villanía impactan, dejan poso. Todo el mundo espera el castigo del malvado y es
un elemento narrativo demasiado poderoso como para dejarlo escapar.
Mi antihéroe favorito es Max Rockatanski, por
supuesto y mi villano Darth Vader.
-¿Qué encontraremos en las páginas de Coburn?
-Una historia de promesas cumplidas, venganza,
dinero manchado de sangre y perdición. Asesinos a sueldo, policías corruptos y
trata de blancas. No deja de ser, en definitiva, una historia retorcida de
caballeros y princesas.
-Esta es tu tercera novela. Y la tercera vez que
repites en la editorial TyrannosaurusBooks. ¿Qué tal es trabajar con ellos? ¿No
has pensado probar suerte en otras editoriales o te sientes demasiado a gusto
bajo la sombra del gran dinosaurio?
-Mi carrera, si se puede llamar así, está unida a TB
desde su inicio. He encadenado proyectos con ellos con una simplicidad, un trato
y un respeto increíbles y me siento muy bien trabajando con ellos a todos los
niveles. Ellos conocen mis gustos y mi forma de trabajar y yo los suyos.
Tyrannosaurus es una editorial con una línea editorial muy clara y mis novelas
se ajustan a su forma de ver la Literatura. Trabajar con ellos es muy sencillo
y muy gratificante.
Sin el apoyo de TB no estaría contestando a tus
preguntas, ni tendría tres novelas en la calle. Confiaron en mí y lo siguen
haciendo. Y es recíproco. Bajo la sombra del gran dinosaurio trabajo muy bien.
-Háblanos de tus futuros proyectos.
-Jejejejejeje… Si pudiera hacerlo tendría que mandar
a Coburn para que te matara. Bromas aparte… Hay historias que escribir y estoy
ocupado a corto, medio y largo plazo.
Si Coburn funciona todo lo bien que espero me
gustaría volver al personaje y a su mundo. Esto no depende de mí, así que
mientras tanto saltaré de género que es lo que más me gusta.
-Nos gustaría saber cuál ha sido la última película
que has visto, el libro que has leído y el disco o canción que has escuchado y
tu opinión.
-En las vacaciones vi John Wick: una macarrada que
me encantó. Llevado por su banda sonora me he dejado embaucar por el pop lacio
y decadente de Kaleida y estoy liado con varios cómics y un bestseller la mar
de entretenido que mezcla de todo como si no hubiera un mañana: La Biblioteca
de los muertos de Glenn Cooper.
-Si Pablo García Naranjo no fuera escritor, ¿a qué
se dedicaría?
-A lo que me dedico. Soy un chupatintas gris y esa
es mi profesión. No me considero escritor, por extraño que parezca.
-Y hasta aquí la entrevista. Gracias por tu tiempo.
Esperamos que Coburn sea todo un éxito y que sepas que siempre serás bienvenido
a Castle Rock Asylum.
-Muchas gracias por la entrevista, por la calurosa
acogida y por dejarme el hueco para soltar el rollo, jejejejeje.
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