Hoy en día todo el mundo reconoce el nombre de Peter
Jackson. Cómo no, si es el que logró la difícil tarea de trasladar el
fantástico mundo ideado por el escritor J. R. Tolkien en la increíble trilogía
de El Señor de los Anillos. Y posteriormente, en El Hobbit. Pero este director
neozelándes no empezó trabajando en superproducciones. No. El mundo comenzó a
oír el nombre de Peter Jackson gracias a Mal Gusto. Una película de serie B que
Peter rodó a ratos junto a unos colegas y vecinos que trataba sobre repugnantes
alienígenas cuya motivación es la de hacer hamburguesas con la carne humana.
Con lo recaudado con esta película, se rodó poco después El Delirante Mundo de
los Feebles, una alocada cinta que parodiaba a Los Teleñecos en que ya apuntaba
maneras a la hora de escribir historias originales. Y luego llegó su
consagración como autor de culto con Braindead, tu madre se ha comido a mi
perro. Película que todo amante del cine gore debería tener en su filmoteca
particular. Más tarde le seguirían Criaturas Celestiales, el falso documental
Forgotten Silver y Ágarrame a esos fantasmas. Sería entonces cuando su nombre
no dejaría de ser mencionado por los amantes del cine cuando realizase la
trilogía de El Señor de los Anillos, que le reportó fama mundial y múltiples
premios y galardones. Dos años después de terminar su trabajo en la Tierra
Media, el cineasta logró llevar a cabo otro sueño personal de cuando realizaba
sus primeras películas caseras de niño gracias a su fiel cámara Super 8: el
nuevo remake de King Kong. Pero el nombre de Peter Jackson ya no sanaba con
tanta fuerza. Realizó la adaptación de The Lovely Bones y produjo la estupenda
Distrito 9 y Las aventuras de Tintín: El secreto del unicornio, de Steven
Spielberg (Tiburón, Jurassic Park), pero desde El Retorno del Rey este director
comenzó a dejar dar de qué hablar. Pero entonces le llegó su nueva oportunidad
de volver a ser uno de los grandes. De la adaptación de El Hobbit se llevavba hablando desde antes de realizar
La Comunidad del Anillo. Pero con el tremendo éxito de esta trilogía, el
estudio no se lo pensó dos veces y contrató a Guillermo del Toro (Mimic, Blade
II) para dirigir esta nueva aventura en la Tierra Media. En un principio, esta
adaptación se partiría en dos películas (cosa que empezó ya a escamar a los
fans teniendo en cuenta el escaso volumen de páginas de El Hobbit en relación
con el grueso de cada uno de los libros de El Señor de los Anillos...) Pero con
la quiebra de los gloriosos estudios MGM, del Toro siguió en el proyecto, pero
tan solo como guionista. Fue entonces cuando Jackson no tardó en hacerse cargo
del proyecto y a ponerse en marcha para realizar, no dos, ¡sino tres películas
de El Hobbit!
Con esta pequeña introducción quiero dejar claro que no soy
un desconocido de Peter Jackson, y que lo he visto desde sus comienzos. También
quiero dejar claro que soy un fan incondicional de El Señor de los Anillos (mi
infancia se basó en ver a Frodo y compañía emprender ese increíble viaje una y
otra y otra vez). No vi con buenos ojos el dividir un libro de 324 páginas
cuando cualquiera de los libros de El Señor de los Anillos sobrepasaban con
creces ese número. Pero aún así no pude evitar darle una oportunidad. La
primera entrega, Un viaje inesperado, me supuso una experiencia agridulce. Por
un lado, me encantaba la sensación de reencontrarme con la Tierra Media (sus
paisajes, personajes), pero el ritmo pausado de la cinta llegó a hastiarme. La
Desolación de Smaug me agradó mucho más, y es la que más me gusta de la
trilogía. Pero esto es, más que nada, por lo entretenida que me pareció. Porque
la película falla bastante en cuanto argumento, introducción forzada de
personajes y situaciones... En ese punto ya había comprobado que la partición
no fue buena idea. Pero aún quedaban esperanzas de encontrarme con La Batalla
de los Cinco Ejércitos, al menos, una película entretenida que cerrase de buena
manera la trilogía... pero no.
A pesar de no acudir al cine con muchas expectativas al
estreno. No solo salí completamente defraudado y estafado, sino que juré no
querer saber nada más de Peter Jackson a menos que vuelva a sus orígenes u nos
ofrezca una historia original (y parece que no va a ser así, porque el director
ha dicho recientemente que no diría que no a realizar más películas sobre la
Tierra Media en un futuro no muy lejano). Además, no me muerdo la lengua, y
situaría La Batalla de los Cinco Ejércitos como la PEOR película de 2014 de mi
Ranking Personal. Pero vayamos por partes:
La película arranca justo cuando finaliza La Desolación de
Smaug: vemos como la feroz bestia alada abandona La Montaña Solitaria y se
dispone a reducir a cenizas el hogar de Bardo (Luke Evans). Con estos primeros
minutos, tenemos claro que no se sabe como dividir películas. Esta parte bien
pudo ser la última de la segunda película, que nos habría dejado con gran
expectación al empezar a comprobar algo raro en el comportamiento de Thorin.
Pero no, nos lo dejan como comienzo del film, y ya al ver el título de la
película en la pantalla ya nos sentimos bastante estafados... pero la cosa no
termina ahí. Porque el innecesario alargamiento de las tramas, la invención de
personajes sin gracia y los petulantes amoríos continúan en esta entrega en
donde llegan a su cochambroso cenit.
Uno, cuando acude a ver una película titulada La Batalla de
los Cinco Ejércitos, espera que dicha batalla le sorprenda. Pero no es así. Es
increíble que este sea el mismo director que me asombró con las batallas de El
Señor de los Anillos (La primera batalla contra Sauron. La batalla en el abismo
de Helm. La gran guerra en Minas Tirith y ante las puertas negras de
Mordor...), porque aquí no encontramos ni la mitad de emoción de las
anteriormente citadas. No entraré en detalles (ni en trolls minusválidos), pero
solo comentaré que la batalla es un continuo "vamos a poner o hacer esto
aquí porque queda bonito o muy guay".
¿Y los personajes?... Pues con solo deciros que el cejijunto
personaje (en serio Peter, por qué ese momento "¿Es que nadie piensa en
los niños?" o el travestismo), el cual no tengo muy clara su intención en
la cinta, llega a tener más protagonismo que muchos de los personajes
principales, os lo digo todo. Y, os aviso, si esperáis mucho de Saruman,
Elrond, y Galadriel (esta última tiene más delito ya que protagoniza bastantes
pósters de la película), iros olvidando. Porque su aparición será puro cameo
para cerrar una trama cuya única intención es la de hacernos ver que esta
aventura tiene lugar antes de El Señor de los Anillos. Y es que eso es otra de
las cosas que hacen que esta película pierda demasiado. Sobre todo con una
escena que sobraba Y MUCHO y que no tiene mucho sentido.
AVISO DE SPOILER. El momento en el comentan a
Legolas que vaya a conocer a un joven montaraz llamado Trancos (vamos, el
mismísmo Aragorn). Hay que aclarar que entre El Hobbit y El Señor de los
Anillos transcurren 60 años. Además de que el actor Viggo Mortensen (Alatriste,
The Road) ya rechazó una oferta para aparecer en esta trilogía ya que
comprendía el poco sentido de su aparición. Si el momento Gimli en La Desolación
de Smaug fue recibido con risas pero con cierto reparo, este cliffhanger me ha
horrorizado de tremenda manera. FIN DEL SPOILER.
Si hay un personaje que odio en esta trilogía desde su
primera aparición a calzador en La Desolación de Smaug,ese es Tauriel. No solo
como personaje en sí (no tengo nada en contra de Evangeline Lily, que conste),
sino como protagonista, junto a uno de los enanos de la compañía, de uno de los
romances más estúpidos, mal intencionados y ejecutados que he podido ver en la
pantalla de cine; además de ser un descarado intento de repetir la relación de
Arwen y Aragorn en El Señor de los Anillos. Aunque esperaba que desarrollasen
más y mejor este romance en esta película, eso no ocurre. Poco veremos para que
apreciemos esa escena que se supone que debe producirnos tanto drama.
Todo el reparto cumple, pero poco más. Y estos seguro que no
es por ellos, sino por el guión que hace que Martin Freeman (Sherlock) apenas
tenga protagonismo y apenas nos sorprenda.
Si de algo se puede criticar en El Hobbit es el uso del CGI,
que llega a ser muy abusivo (y ya no diré nada de esos orcos digitales) y que
ni con eso logra compensar el argumento ni el conjunto.
En verdad agradecí que llegase el final (que, por cierto, es
de lo más modesto) para ver los créditos finales y escuchar The Last Goodbye
(preciosa canción cantada por el actor que hace de Pippin en El Señor de los
Anillos).
Por decir algo positivo de la película... pues destacaría la
BSO que vuelve a firmar Howard Shore (pero que tampoco es cosa del otro mundo,
ya que se dedica a reciclar bastante la de El Señor de los Anillos). Y poco más
(el vestuario)...
Puede que a muchos llegue a entretener. Y a unos pocos,
incluso, a encantar. Pero a mí, esta película (y la trilogía en general), me ha
decepcionado a sobremanera. Y esta película es un penoso final, para una
trilogía mediocre. Yo no soy de los que se conforman con ver una simple
película ambientada en la Tierra Media. Yo quiero que me cuenten una buena
historia con principio, nudo y desenlace y que no se vaya mucho por las ramas
como hace El Hobbit. Mi consejo sería que no acudierais al cine a verla y
esperaseis a adquirir el DVD, ya que he leído que tendrá media hora más (que
esa es otra...)
Lo Mejor: La canción que acompaña los títulos de crédito.
Lo Peor: TODO.

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