Hace unos años que un grupo de
escritores amateurs decidieron reunirse y dar a luz una antología Z que
autopublicaron bajo el título de Recién Muertos. Hace poco salió a la luz la
segunda entrega que, al igual que la anterior, pasó por crowfunding y que,
además, introduce una nueva criatura a la monstruosa ecuación: el Hombre Lobo.
Pues sí, ese bestial ser que sale a
aullar con la luna llena y a saciarse con la carne fresca de los inocentes y
que es alérgico a la plata (sobre todo en forma de balas) se dejará ver en esta
antología en la que será total, o parcial, protagonista de estas historias
recopiladas por el coordinador Lucas L. Lair.
Tras un gracioso prólogo firmado
por Álvaro Fuentes García y que nos prepara para lo que se avecina, comienza la
lectura:
Soledad, Azucena Jiménez
Muncharaz: Relato de época en la que acompañaremos a una joven que se verá
recluida en un convento en el que se enfrentará a un destino muy especial.
Mal relato para empezar una
antología. Y lo digo, sobre todo, por la extensión del escrito (más de 60
páginas), que de alargarlo un poco más, estaríamos hablando ya de una novela
corta. Y la verdad es que podría serlo, perfectamente. Un relato al que le
cuesta arrancar, pero que nos ofrece un gran acto final.
Dentro de poco se sirve la cena,
Macabea: Tras un relato extenso se agradece uno como el que nos ofrece Macabea.
Una historia breve y directa en la que la autora logrará transmitirnos la
desazón de nuestro pobre protagonista.
Ya te dije yo que había que girar
a la izquierda, Álvaro Fuentes García: el prologuista de esta antología se
anima y crea un relato en lo que más destaca es el formato elegido a la hora de
escribirlo: un guión. Seguiremos los pasos de unos jóvenes en una historia que
nos recordará a películas como La Matanza de Texas y Km. 666.
El autor debería de no haber
abusado de el uso de las referencias y comentarios cinéfilos frikis (la
conversación de las Águilas de El Señor de los Anillos, por ejemplo) y de los
continuos insultos a la población sureña de Estados Unidos. No todo en exceso
es bueno.
Otra cosa que no me gustó del
relato de Álvaro ha sido ese giro argumental que se da en la recta final y que
parece que solo pretende servir para recrearse en la posterior y visceral orgía
(este punto es más personal que otra cosa, y es que me estaba entusiasmando lo
de esa particular alianza entre hombres y bestias).
Un día de perros, Roberto Jiménez
Muncharaz: Este relato nos traslada a un lugar a salvo de la amenaza No Muerta,
en la que alguien va a tener un mal día. Más bien… un día de perros.
Un relato con un final que invita a
que el autor continúe (o más bien, comience) la historia de este peludo
defensor de Urbanalia.
Unheilig, Macabea: Segundo asalto
en esta antología por parte de Macabea. En esta ocasión, la autora nos cuenta
una retorcida fábula en la que la maldición actúa al revés. ¿Qué pasa cuando un
lobo se transforma en hombre?
Aunque no me ha disgustado,
prefiero a la Macabea de Dentro de poco se sirve la cena.
Valeria y el lobo, Pilar García
Sánchez: Un relato en el que me lamenté que la autora no decidiera que la
protagonizase la bestia de la función. Ese personaje tan salvaje (y nunca mejor
dicho) merecía todo el protagonismo, Pilar.
Muy gracioso lo de los productos
adelgazantes como origen del mal.
La luna de plata, Roberto Jiménez
Muncharaz: Y tenemos otro autor que repite en esta antología con un relato que
nos llevará a una tierra de magia, enanos, bárbaros que deben ser primos de
Conan y por supuesto No Muertos y los invitados estrella de la antología.
Se agradece el leer un relato que
rompa con el estilo de la antología. Y es que, en lo que más puede fallar
Sangre Impura es en la falta de ambición a la hora de relatar historias de
géneros dispares: ciencia ficción, noir, steampunk…cosa que nunca viene mal a
una antología como esta. Aunque, en esta ocasión, la apuesta no ha salido
vencedora ya que me ha resultado una lectura bastante pesada, tanto como
Soledad.
Huída en la superficie, Antonio
García Sánchez: Por lo visto, este es la continuación de un relato de la
anterior antología, Recién Muertos. Sobre él, poco contaré: una historia Z con
un final que no pillará por sorpresa al asiduo lector de este tipo de escritos.
Es el relato que más destaca, ya
que en ningún momento aparece ningún hombre lobo. Y cuando estamos leyendo una
antología de terror dedicada a estos personajes, este relato puede dar a
entender que cumple la función de rellenar.
El accidente, José Martín Ramiro:
Este es el relato que mejor sabor de boca me ha dejado de todo el conjunto de
Sangre Impura. Un simple encuentro puede convertir una despreocupada noche en
una terrible pesadilla.
El ensueño de la muerte, Francisco
Javier Valverde: Y terminamos como empezamos: con un relato bastante extenso y
que no es nada fácil de leer.
Hay que aplaudir el ingenio del
autor a la hora de utilizar el relato de Recién Muertos, El titiritero, para
que sirva como desencadenante de la acción del relato que empieza bien, pero
que falla en el desarrollo (las escenas oníricas me parecieron de lo más
pesadas y anodinas) y en un final bastante fácil y precipitado.
Reconozco que no se me hizo nada
fácil la lectura de Sangre Impura. Y no solo ha sido por leerlo en formato
digital (donde esté un libro que puedes tocar, pasar sus páginas y aspirar el
aroma a libro nuevo, que se quite todo lo demás). La mayoría de los relatos
peca de ser demasiado extensos, con lo que el conjunto resulta bastante pesado.
Cuando leo una antología de relatos, espero encontrarme con historias breves
pero sorprendentes. Por supuesto que alguna puede excederse de lo necesario si
la trama lo requiere. Pero cuando el número de estos escritos pasa del dos, ya
empiezo a enarcar la ceja (uno que es así de especial).
Aunque no ha sido de mis mejores lecturas
tampoco ha sido de las peores. Sangre Impura no deja de ser un conjunto de
historias creadas por seguidores de lo fantástico y lo terrorífico para otros
seguidores dispuestos a perderse en la profunda noche bajo la sombra de la luna
llena.
Ahora toca ver si estos chicos se
animan a realizar la tercera entrega de Recién Muertos. Y aunque el vampiro
esté de moda últimamente… ¿por qué no se dignan por otro No Muerto como La
Momia?
Desde aquí agradezco que me haya
ofrecido catar esta Sangre Impura que estoy dispuesto a compartir con vosotros.
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