¿Qué mejor forma hay de inaugurar
esta sección de reseñas, que con la antología del pupilo del maestro del
suspense? Así es, Joe Hill es hijo del mismísimo Stephen King (Carrie, El
Resplandor) y ha heredado la pasión de su padre por la escritura; y cierto
parecido.
En su haber ya tiene tres novelas: El traje
del muerto (novela que llega a compararse con El Juego de las Maldiciones de
Clive Barker y que, a pesar de contar con excelentes críticas, a mí, personalmente,
me ha resultado ser bastante mediocre), Cuernos (que muy pronto tendrá
adaptación en la pantalla grande con Alexandre Aja y Daniel Radcfille en el
papel protagonista, y que espero poder disfrutar; al igual que el libro) y NOS4A2
(que tengo en mi poder en formato digital y que espero leer y reseñar aquí
próximamente). Además de varios cómics, en los que destaca Locke and Key (que
también tendrán adaptación cinematográfica) y la antología que nos ocupa.
Ser hijo del maestro de Maine,
aunque parezca mentira, tiene sus desventajas a la hora de valorar la obra de
Joe. Los más puristas del señor King seguro que han sacado sus lupas para
rastrear cualquier fallo o parecido posible con su padre. Pero por suerte, Joe
ya nos deja claro que no busca estar a la sombra de Stephen, ni mucho menos ser
“El Príncipe del suspense”. Si ya el autor eligió cambiarse el apellido con una
abreviatura de su nombre de pila para que su éxito no viniese solo de su
parentesco con el señor King, comprobaremos al leer su obra, que se aleja
bastante del estilo literario de su padre.
Fantasmas, es una antología
perfecta para descubrir a este autor, su estilo y temáticas. Además, la edición
que compré a menos de seis euros fue un gran reclamo para hacerme con ella. Pero
he de avisar de que, aunque el título invite a pensar que nos encontramos ante
una recopilación de aterradoras y espectrales historias, estamos ante una
antología bastante especial que engloba diferentes géneros. Y que el terror,
para nada es protagonista de la obra.
—El mejor cuento de terror: Buena
forma de empezar fuerte la antología con un relato que va de menos a más y que
trata el tema del terror en la literatura. Aunque ya veamos de qué manera va a
terminar el relato tras llegar a la mitad del mismo, te deja con un buen sabor
de boca. Sin duda, lo mejor han sido las historias dentro de la historia (le
veo futuro a Buttonboy).
—Un Fantasma del Siglo XX: El
relato que da título a la antología en su idioma original. Estamos ante una
bella historia en el que se respira un gran amor por el cine, y con un
excelente final. ¿Preparado para conocer al fantasma de este cine?
—La Ley de la Gravedad: Grata
sorpresa me llevé al leer la enternecedora historia de un chico “hinchable” y
su amigo. La idea, que al principio puede sonar hasta ridícula, alcanza cotas
de perfección que la hacen ser uno de los puntos fuertes del compendio.
—Oirás Cantar a la Langosta: ¿Qué
pasaría si La Metamorfosis de Kafka conociese alguno de los títulos de ciencia
ficción de serie B, tan famosos de la década de los 50? Que el resultado sería esta curiosa historia
en la que Hill no deja de ensañarse con el pobre protagonista de la misma. En
ocasiones divertida y en otras, bastante trágica.
—Hijos de Abraham: Nueva visión del
clásico personaje de la novela de Bram Stoker y centrado en su prole que, a
pesar de que en el prólogo ya se nos avisa de la semejanza del relato con la
película Escalofrío, se nos antoja bastante parecida a ese film. Aún con todo,
Hijos de Abraham es una inquietante historia de padres e hijos y los oscuros
secretos que algunas familias pueden tener.
—Mejor que en Casa: El primero de
los relatos que desentonan de la antología. Tras leer la oscura historia de la
familia de Abraham, nos encontramos con un relato intimista donde se nos habla
de un padre y un hijo con mejor relación que los anteriores. No es para nada un
mal relato, pero como bien he comentado antes, desentona demasiado con el
conjunto.
—El Teléfono Negro: Inquietante.
Hill se encarga de recrear una atmósfera asfixiante en esta historia de
suspense con un final bien resuelto.
—Carrera Final: Un final demasiado
abierto y brusco que ensombrece este relato muy bien cimentado, pero que se
desmorona al terminar de leerlo.
—La Capa: Otra de las sorpresas de
la antología. Una gran e ingeniosa historia de superhéroes (¿o más bien
supervillanos?) que cuenta con una adaptación en formato cómic (y hasta una
precuela). Un relato para leer dos veces y asimilar del todo la historia.
—Último Aliento: Otro imaginativo
relato. Aunque este es más modesto. Una pequeña historia macabramente genial.
—Madera Muerta: Curioso microrelato
que nos habla de: apariciones fantasmales de árboles… Sí, sí. Habéis leído
bien. Tendréis que leerlo para creerlo.
—El Desayuno de la Viuda: Nuevo
relato que desentona en la antología. Puramente costumbrista. Eso sí, el final
es para recordar.
—Bobby Conroy Regresa de Entre los
Muertos: Este relato ya lo había leído en una compilación de escritos sobre
podridos titulada simplemente, Zombies. Y en el que compartía sitio con autores
de la talla de Dan Simmons, Neil Gaiman, George R, R. Martin, y hasta con su
“papi”. La historia se aleja de la fantasía y el terror para mostrarnos a un
hombre que se reencuentra con su antiguo amor en pleno rodaje de la mítica
película “Amanecer de los Muertos” (aka conocida como Zombi). Relato bastante
pedante que cuenta con los cameos de Tom Savini y George A. Romero.
—La Máscara de mi Padre:
Imaginativos juegos con extrañas reglas que pueden llegar a hacerse realidad.
Bastante extraño y desconcertante, no me llegó a gustar del todo.
—Reclusión Voluntaria: Y llegamos
al estupendo punto y final de Fantasmas. El relato más largo de la antología,
pero el más imaginativo y en el que Hill nos demuestra como puede desenvolverse
en formatos casi de novela corta.
La antología se completa con La
Máquina de Escribir de Sherezade, un relato que trata de ser el nexo de unión
entre todas las historias. No está nada mal, aunque en mi opinión llega muy
tarde. Debería haberse puesto antes del primer relato.
Fantasmas es una estupenda, aunque
bastante irregular en cuanto a temática, carta de presentación para un autor al
que le queda una gran carrera por delante.
2 comentarios:
Iniciar una carrera literaria con un libro de cuentos es como lanzarse a una piscina que no sabes si está suficientemente llena. A Hill le funcionó muy bien, saliendo ante el público como alguien totalmente ajeno al mundo de King. Ahora que se sabe la verdad corre con mucha más suerte. Le valoro, sin embargo, que haya podido sobrepasar esa extraña maldición del cuento como primer paso y siga avanzando a buen ritmo.
Este libro me pareció regular. Tiene grandes historias, así como otras ("Madera muerta" y "La máscara de mi padre" encabezan la lista) que a simple vista son puro relleno y no llevan a nada. Lo bueno es que las pocas historias que sobresalen lo hacen con mucho carácter y logran salvar al libro. "Reclusión voluntaria" es, sin duda, una excelente pieza narrativa. Demuestra, como su padre, que la clave siempre radica en los buenos perosnajes.
Saludos.
Muchas gracias por tu opinión sobre Hill y su novela, Fantasmas :)
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