viernes, 30 de marzo de 2018

Crítica Pacific Rim: Insurreción de Steven S. DeKnight





Solo un director tan personal como Guillermo del Toro podía realizar una película con robots gigantes luchando contra monstruos de su mismo (o mayor) tamaño y hacerla única y memorable. Está claro que Pacific Rim bebe de infinidad de influencias. Del Toro para nada oculta que estamos ante todo un homenaje al género Tokusatsu, Kaiju Eiga y Sentai. Pero esto no impide que el mexicano pueda aportar su propia historia y mitología (los Kaijus que vemos llevan rondando la mente de Guillermo desde temprana edad).




Por desgracia, Pacific Rim no fue el taquillazo que se esperaba en Estados Unidos (Guillermo del Toro confiaba en este film para volver a tener el beneplácito de los grandes estudios). Pero en taquilla internacional (sobre todo oriental) la cosa cambiaba. Logrando los beneficios suficientes para que la idea de una secuela no se antojase tan irreal. Por desgracia, hemos tenido que esperar cinco años para verla y, además, sin Guillermo del Toro tras las cámaras (y la ausencia de otros nombres que hicieron grande la película original). Aún con todo, las ganas de disfrutar de una nueva dosis de colosales batallas entre semejantes titanicos seres, logró que superase mis temores al desganado producto que parecía vendernos la campaña publicitaria. Y, aunque mentiría si no está claro que a esta película se le ven las costuras a leguas, no voy a negar que Pacific Rim: Insurreción funciona de maravilla como secuela de disfrute y puerta abierta a la continuidad de la franquicia.

Estaba claro que la cosa no iba de superar a del Toro y su película. Tarea que se antoja harto imposible. Por lo que Insurreción trata de distanciarse bastante (aunque no del todo) y buscar su propia fórmula mucho más ligera y desenfadada. Y que resulta ser muy autoconsciente de su lugar respecto a la película original. Steven S. DeKnight, en su debut cinematográfico, trata de no arriesgarse demasiado. Pero no olvida divertirse con el producto que tiene entre manos.




El afán de Insurreción por distanciarse cautamente de la primera película de Pacific Rim queda ya patente en la decisión de situar su trama una década después de que los héroes del Shatterdone cancelasen el Apocalipsis. En los primeros minutos parece que tendremos un buen vistazo de este mundo que ha sufrido bastantes cambios a lo largo de las películas. Pero esto pronto se deja de lado... Bueno, pronto no. Pues la primera parte de la película aún se toma su tiempo para presentarte personajes y situaciones (con no mucho acierto, la verdad). Todo esto "aderezado" de una sobrecarga de exposición que resulta bastante cargante. Se puede entender ese breve resumen introductorio (siempre hay quien puede adentrarse en una película sin saber que precede a otra estrenada hace unos años), pero tampoco es necesario que nos bombardeen con datos y referencias que hacen que dudemos si esta película quiere mantener a los espectadores que estaban aquí junto a Guillermo del Toro.




Pasado este trecho, la película no tarda a entregarse al espectáculo que el espectador debería buscar en este propuesta. Está claro que en este apartado es donde Insurreción más brilla. Porque en esta ocasión, podremos disfrutar del todo de las titánicas batallas. El equipo de efectos especiales no ha tenido ningún temor a la hora de hacer que casi todas estas escenas ocurran a plena luz del día. Algo que en el film original no ocurría (siendo una de las mayores quejas de los detractores). Lo que se junta al nuevo diseño de los robots gigantes (Jaegers). Más estilizado que los Titanes de la cinta de del Toro. Aunque se debería sentir como una evolución natural, es imposible no recordar que todo lo que cambia Insurreción, hizo memorable la primera Pacific Rim (la oscuridad acrecentaba una atmósfera opresiva y lo aparatoso en el tamaño y las formas de los Jaegers transmitía esa sensación de asistir a enfrentamientos colosales).




Tenemos la vuelta de unas cuantas caras conocidas del film original (por desgracia no tenemos ni cameo de Ron Perlman). Pero el plantel busca renovarse con rostros más jóvenes. Algo que se lleva mejor de lo que temía en un principio. La mayor parte de los personajes son estereotipos o apenas pasan de actuar a modo de figurantes, sí. Pero al menos no roban más tiempo en pantalla del necesario ni se hacen tan cargantes como los que nos echan a la cara en otras franquicias. John Boyega lleva mejor de lo esperado el papel protagonico. Disfrutando de un personaje que resulta más atractivo que el del desaparecido Charlie Hunnam y que forma parte de ese interés en distanciarse de la anterior película y buscar su propio camino. Además, Boyega logra que Scott Eastwood no se sienta tan perdido como en otras recientes películas en las que se ha implicado el hijo del gran Clint.

Aún en su simpleza argumental, Pacific Rim: Insurreción logra esconderse algún que otro as bajo la manga (como ese giro argumental con el antagonista que, por desgracia, no quisieron o supieron aprovechar del todo). Y allana muy bien el terreno para una tercera entrega (que quizás pueda retomar del Toro) que expanda aún más colosalmente la saga (llegando a poder realizar ese soñado crossover con el Godzilla y Kong del MonsterVerse).




Lo Mejor: Los titánicos versus. Lo autoconsciente que es.

Lo Peor: Es imposible no echar de menos a Guillermo del Toro.




3 comentarios:

La primera me encantó así que está no me la voy a perder.
Genial crítica, a pesar de que se eche de menos a Del Toro, parece de lo más disfrutable 😊

Abraza el lado más evasivo y espectacular de la propuesta. Pero es que sin del Toro al frente la cosa solo podía ser afrontada de este modo.

La anterior nos encantó, así que estamos deseando leer esta :)

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