lunes, 24 de julio de 2017

Crítica La Fiesta de las Salchichas de Conrad Vernon y Greg Tiernan







Es increíble que se nos olvide tanto que la animación no es más que un medio como otro cualquiera para contar una historia. No sé en qué momento se la asoció tanto con lo infantil. Esta mentira ha calado tanto en el subconsciente colectivo que ya ha dado bochornosos debates como esas "subidas de tono" en la mayor parte de los episodios de Los Simpson. O duras críticas y exigencias de cancelaciones a series ADULTAS de animación como South Park, Padre de Familia o Futurama. Logrando que películas como Chico y Rita, Fantástico Sr. Fox y Anomalisa sean raras avis.

Por suerte, ya llevamos unos cuantos años en los que desde las series animadas enfocadas al público infantil se tocan temas que pueden disfrutar espectadores más longevos e incluso preparan a los peques para descubrir de verdad el mundo que les rodean. En el cine también ocurre. Aunque son contadas las veces en las que se nos presenta una película de animación concebida desde un inicio al público adulto, aunque goce de ese conocido envoltorio de producciones más infantiles. La Fiesta de las Salchichas nace del deseo por parte de los artífices de descaradas comedias como Supersalidos, Juerga Hasta el Fin o las dos entregas de Malditos Vecinos, por mostrar lo que podría ser el "Lado Oscuro de Pixar".

"Estáis preparados para descubrir un increíble secreto? Os puedo asegurar que no... Porque la comida y demás productos que podemos encontrarnos en cualquier tienda o supermercado ESTÁN VIVOS... Si no pensamos mucho en ello podremos hasta esbozar una socarrona sonrisa. Pero al hacerlo estaremos ante terribles posibilidades, pues... ¿Qué hacemos con la comida?"




Por algo Pixar, expertos en esto de descubrirnos las increíbles vidas de cosas como juguetes, bichos o automóviles, no se han metido en estos perturbadores terrenos en los que Seth Rogen, Jonah Hill y Evan Goldberg se embadurnan.

El mencionar tanto al estudio del Flexo Saltarín no es casualidad. Desde los primeros minutos estamos ante un colorido mundo repleto de graciosos personajillos que podrían haber salido de los lápices de esos Rembrandts de la animación. E incluso nos encontraremos con una graciosa cancioncilla que, si uno no se para a escuchar la letra, podría hacernos pensar que estamos visionando la película equivocada. Y hay que reconocerles el puntazo que supone tener a un premiado compositor como Alan Menken (autor de las queridas sintonías como las de La Sirenita o Aladdin) trabajando en la BSO.

Pero la ilusión no tarda en desaparecer y, para bien o para mal, La Fiesta de las Salchichas acaba descubriéndose como la gamberra comedia que vendía su campaña publicitaria.




En mi caso me encuentro en un término medio. Pues si bien no voy a decir que me arrepienta del todo de verla, sí que tengo que admitir que se me hace difícil darle la oportunidad de un segundo visionado.

Vaya por delante que uno es conocedor del tipo de humor que se gasta ese trío conformado por Rogen, Hill y Goldberg. Por lo tanto sé que pueden ofrecer algo más que pura chabacanería y humor facilón. Y de esto está a rebosar la olla a presión que es La Fiesta de las Salchichas.

Soy consciente de que el sexo es el verdadero núcleo de esta historia. Y que estaba claro que tendrían que justificar esto a lo largo del metraje. Pero teniendo en cuenta la explícita escena de los últimos minutos (algo digno de verse), me parece excesivo la cantidad de chistes, referencias (que ya van desde el mismo título de la película y los dos protagonistas) y momentos de este tipo. Sobre todo al descubrir algunas ocurrencias (esa salsa aria, los Inmortales, el momento Meat Loaf, los guiños cinéfilos...) que merecían ser más explotadas y que habrían hecho de esta película algo totalmente memorable.

No es muy difícil notar que La Fiesta de las Salchichas es algo más que una comedia burra. No se cortan un pelo a la hora de mostrar las acidísimas críticas sociales de las que hacen gala. Destacando, sobre todo, los golpes bajos a la religión. Por eso mismo lamento tanto el haber explotado en demasía la parte vulgar de la propuesta. Ya que no serán pocos los que carguen contra esta película acusándola de una mera verdulería y evitando que muchos la vean. Porque es una cinta que puede abrir los ojos a muchos a la vez que los pueden hacer soltar unas cuantas gratificantes carcajadas. Impagables los momentos que protagonizan un bagle y un pan de pita que representan la triste realidad del conflicto Sirio-Palestino (y que solucionan de estupenda forma).




Respecto a la calidad de la animación. Cierto que estudios como Pixar, Dreamworks o Blue Sky han dejado el listón bastante alto en el terreno de la animación generada por ordenador. Pero desde luego, esta película resulta ser bastante competente (¿acaso los críticos en este punto se han percatado del esperpento visual nacional en las carteleras que supuso la película Ozzy, estrenada por las mismas fechas?). Y sí, soy consciente de la polémica desatada con las declaraciones de los animadores de la película. En la que comentan que fueron explotados y precariamente remunerados.

Uno de los puntos fuertes que ya dejaron claro en el primer trailer de La Fiesta de las Salchichas es la increíble muestra de extrema violencia que tratan. Porque, aunque a nosotros nos resulte de lo más normal cortar en rodajas un tomate, rallar queso o freír bacon. Si le damos vida a estos alimentos, esas actividades se tornarían en brutales escenas. Y siendo plenamente conscientes y valiéndose de que nunca antes hemos visto algo así, se nos muestra una verdadera carnicería culinaria que podría llegar a herir sensibilidades y lograr rozar lo "gore" (porque, aviso, la cosa va a más). Incluso podríamos decir que la película entra en el terreno del terror o "slasher" con un inesperado villano que me resultó bastante innecesario en el conjunto. Ya que teniendo la titánica amenaza de los Dioses, ¿por qué dedicarle minutos a la venganza de un producto de higiene femenina con tendencias vampíricas sino es para aumentar el número de perturbadoras escenas?




Aunque parezca increíble, los directores resultan ser ya veteranos en el género de la animación más amigable: Conrad Vernon (Madagascar, Monstruos contra Alienígenas) y Greg Tiernan (Thomas and Friends). Pero esto no ha influido para nada a la hora de suavizar cualquier tema o personaje que nos presenta esta película.

Uno de los puntos fuertes de La Fiesta de las Salchichas (sino el que más) es el estupendo elenco de voces que se gastan. En la Versión Original nos encontramos con actores como James Franco (127 Horas, La Entrevista), Kristen Wiig (Cazafantasmas, La Boda de mi Mejor Amiga), Edward Norton (El Club de la Lucha, Birdman), Paul Rudd (Virgen a los 40, Ant-Man), Michael Cera (Scott Pilgrim Contra El Mundo, Juno) y Salma Hayek (Frida, El Mexicano) entre muchos otros. Lo que rivaliza al completo con la versión doblada al español. Donde apenas podemos apreciar el uso del doblador habitual de Seth Rogen (The Green Hornet, Lío Embarazoso) en la voz de la salchicha protagonista. Y sí, sé que en algunas excepciones como las secuelas de Austin Powers o Little Nicky, el doblaje español fue lo que las salvó. Pero en esta película no tenemos a Florentino Fernández (Isi/Disi: Amor a lo Bestia, Kung Fu Panda) para salvar el conjunto. Y para rematar el asunto se "españolizan" unos cuantos personajes dándoles acentos andaluces e incluso gallegos. Es una verdadera pena sacrificar la oportunidad de escuchar a un James Franco fumeta, a un Edward Norton forzando una voz a lo Woody Allen o incluso tener a una Salma Hayek entregada a su personaje (una puritana Taco que trata de luchar contra sus lascivos impulsos).

Para ir terminando. La Fiesta de las Salchichas puede verse como una simple comedia gamberra para ver con amigotes y disfrutar de su doble lectura (como ocurre con Supersalidos). 

También queda por saber si veremos una continuación. Al estupendo metafinal se le unen las declaraciones de Seth Rogen que asegura que tienen una idea de secuela a lo "¿Quién Engañó A Roger Rabitt?". La excelente taquilla estadounidense puede facilitar bastante esta secuela.
¿Y vosotros? ¿Disfrutasteis de este banquete o os empachó?





Lo Mejor: La crítica social y los momentazos que se gasta

Lo Peor: La sobrecarga de chabacanería. El villano.






2 comentarios:

Pufff, Rubén, a mí no me gustó nada de nada.

Un beso ^^

Está claro que es una película que se hizo para romper moldes. Y que de entrada ya pierde a demasiado público. Para nada es para todos los públicos y entiendo que a muchos le hayan horrorizado.

Yo saqué todo lo bueno que se pudo. Pero desde luego no la defenderé a capa y espada XD

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