Lunes 22: Me ha picado algo.
Mordido. Una chinche en esta casa vieja de colchones roídos. La mataré.
Martes 23: Sigo a la caza. Me
atacan con nocturnidad. Me comen cuando no las veo. No importa cuántas cace. No
me rindo.
Miércoles 24: Mi cuerpo parece
un cuadro abstracto y aberrante de bultos, ronchas y bulbos. Pica. Rasco.
Duele. Evito los espejos. Debería irme. ¡Odio a las chinches!
Jueves 25: Estoy enfermo y
febril. No puedo conducir. No puedo marcharme. Solo tumbarme en la cama. Su
morada. Mientras chupan mi sangre y devoran mi carne. Y algo más…
Viernes 26: ………
Sábado 27: ¡¡¡Estoy
embarazado!!! En el cuello, en los muslos, en el sobaco, en cada pliegue… ¡Voy
a ser padre y madre!
Domingo 28: Mi cuerpo es su
templo. Las noto latir, crecer, sentir, alimentarse. Sus huevas. Mis crías.
Lunes 29: Eclosionan desde
todas partes. Revientan la piel. Se llevan parte de mí consigo. Mil hijos e
hijas que me convierten en progenitor orgulloso. Me desvanezco, paso de nido a
desayuno. Les doy todo. Adiós. Quiero a mis chinches…
Martes 30: Aún me mantienen
vivo. Caparazón de carne y pensamiento. Para que vea cómo crecen. Son hijas
egoístas, como todas las buenas hijas.
Miércoles 31: Una de las
niñas, la hermana dominante, ya tiene el tamaño de un gato. Y está
desarrollando extremidades. Es una quimera humanoide. Asusta el brillo de sus
ojos…
Jueves 1: Me está estudiando.
Parte a parte. Órgano a órgano. Con ayuda de sus hermanas. Desmontándome y
reconstruyéndome. Me inoculan venenos para tenerme inerte e insensible, pero mi
cordura no tiene cura.
Viernes 2: ¿Qué quieren
hacerme? ¿Qué más pueden hacerme? ¿¡¿POR QUÉ NADIE VIENE
A AYUDARME?!? Tengo miedo… Intuyo lo que viene…
Sábado 3: Se ha puesto mi
cuerpo como disfraz. Carcasa. Me cose y nos recose. Se funde a mi mente para
saber todo de nuestra especie: historia, habilidades, debilidades. No puedo
reaccionar. Soy un pasajero en mi cuerpo.
Domingo 4: Está preparada y me
ha preparado. Vamos a salir al mundo. A la sociedad. Con terribles intenciones.
Intento imponer mi escasa voluntad, pero me relega a testigo mudo de los que
serán nuestros actos. Ya estamos fuera… ¡Y nos miran!
Lunes 5: La siento frustrada,
iracunda. No puede comunicarse con mis cuerdas vocales más allá de sus
estridulaciones. No sabe interactuar independientemente del hambre y la
necesidad. Nos miran como locos, extraños. No entienden nuestro comportamiento
o ausencia del mismo. Están empezando a fijarse en nuestras costuras…
Martes 6: Esquivamos al mundo
y volvemos al refugio, donde ruge convocando a más de las suyas que acuden por
legiones. Algo malo se prepara. Salimos cada noche para la captura de víctimas,
alimento y maná para la familia. Que devoran con fruición. Que intentan
replicar el experimento de los cuerpos carcasa bajo el nuestro mando. Ella es
Yo, Yo soy Ella. Somos Uno. Somos todo. Somos el futuro.
Miércoles 7: Nos seguimos
reproduciendo. En evolución apresurada. Cada fracaso es un paso adelante. Cada
organismo superviviente y humanoide, un triunfo. Los demás, comida para el
enjambre. Pero debemos aventurarnos, germinar, procrear en otra forma. Brotar
de útero…
Jueves 8: Hemos retornado al
mundo. Perfeccionado el disfraz y cubiertas sus grietas y costras. Practicado
el habla simple; la gestualidad inocente. Escondido nuestras amenazas y
espinas. Trabamos contactos varios, sencillos. Pocas palabras en sintonía,
aprendiendo la cadencia de respuestas y tonos. Una persona destaca, nos parece
afín adecuada. Pero no debemos precipitarnos. Ya consideramos esta comunicación
como un éxito. Mañana volveremos a verla.
Viernes 9: Es una mujer
organismo joven. Inflada de carne. Amable. Accesible. Nos enseña la risa, el
contacto leve. Queremos más. Actuamos despacio, intentando coordinar todas
nuestras mentes y contener nuestras ansias. Nos despedimos con un beso. Debemos
dar el siguiente paso.
Sábado 10: Nos vemos en su
nido, el nuestro es privado, solo para muda y crianza. Ella nos toca, nos despoja
de ropas. No se asusta de las cicatrices, de las fisuras en la carne, de la
anormalidad de nuestro cuerpo compuesto. Su cerebro parece segregar necesidad,
impulso, deseo. Introduce su lengua en nuestro asemejo de boca. Sentimos
atracción. Respondemos como sabemos y debemos. Nuestro aparato bucal se muestra
estiliforme, con uno de los tubos inoculamos el anestésico, con otro perforamos
y chupamos sus fluidos. Le gusta. No cae. Juega con nuestro informe sistema
reproductor. Lo usa combinado con el suyo. Nos derramamos en ella, soltamos la
semilla comunal. ¿Debemos llevárnosla? Todavía no…
Martes 13: La concepción ha
sido maravillosa. Ha nacido adulta arrasando las entrañas de su progenitora. Es
nuestra hija y a la vez Reina y futura Madre. Nos mira con amor, con deleite,
con anhelo. Nos abraza una a uno, pequeñas y grandes. Nos devora. Nos asimila.
Nos convierte en parte de Ella. Reina. Me deja para el final. Me copula. Y veo
sus fauces acercarse durante el clímax, orgasmo infinito de una especie. Mi
cabeza vuela. Todavía puedo observarla unos segundos separado de mi cuerpo
parasitado. Sus transformaciones. Es tan hermosa… La quiero. Va a convertir el
mundo. Tras destruirlo. Cambiarlo todo y a todos. Un nuevo orden. Una nueva
especie dominante. Y no la verán venir. No la veréis venir. Porque Ella,
Nosotros, ahora también somos Vosotros…
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEipR0pRtBAWCbEXyUShlapUH-4sNLt2RF6OyGw9VHLIMQnTJIZP4tDVNaWy6Q7EpdVZqN2mu_M2DrGHfjpZqlN0UV3upL1TD_sWJLTiaKMBcPfbOzGumfYJcpLw3zxCW0b6bGIueQCKc8k/s1600/roman.gif)
2 comentarios:
Los textos de Román Sanz siempre me sorprenden por la originalidad y la manera de contar las historias. Se ve la evolución de las circunstancias día a día, comenzando a ser algo ajeno al protagonista hasta que, finalmente, forma parte de su peor pesadilla, acabando todo precisamente en un martes 13...
Enhorabuena al autor por este relato.
Me gusta que vaya adquiriendo detalle conforme la historia avanza, el efecto está bien logrado y va de menos a más.
Publicar un comentario