miércoles, 1 de agosto de 2018

La sala común: Buffy, cazavampiros, T.4



Hoy vengo a hablaros sobre la cuarta temporada de Buffy, cazavampiros, sin duda, mi favorita hasta la fecha. Tras la graduación y la destrucción del instituto de Sunnydale, Buffy y sus amigos entran a la universidad, excepto Xander, que se pone a trabajar en la construcción y se independiza en el sótano de sus padres. Me parece mentira lo que voy a decir, pero Xander se ha convertido en el personaje más responsable y centrado de la serie, después de Giles, claro.

En esta nueva etapa escolar, los chicos sufrirán muchos cambios y, por supuesto, una enorme revolución de hormonas. Por un lado, Oz le será infiel a Willow a causa de su condición de hombre lobo por lo que, cegado por la culpa, romperá con ella y se marchará. La chica se refugia en Tara, con la que comparte algo más que el gusto por la magia... Por otro, tenemos a Xander, que afianzará su relación con Anya, la ex demonio que cada vez me gusta más. Y, por último, Buffy conoce a Riley, un chico aparentemente normal que esconde un gran secreto: pertenece a la Iniciativa, una agencia militar secreta que se dedica a cazar monstruos y experimentar con ellos. El lío está servido.


Ya está bien de que Buffy tuviese mal gusto. Menudo carrerón lleva la muchacha de tontos. Sí, Riley me gusta, me gusta muchísimo. Que es guapo salta a la vista, pero es que además es bueno, divertido, fuerte y se dedica prácticamente a lo mismo que ella, por lo que la entiende perfectamente. Vamos, lo que me falla de esta pareja es Buffy. Lo de Oz y Willow me dio mucha penilla, porque ambos me encantan, pero es que el lobito no ha sabido dejar el pene quieto y, claro, eso trae consecuencias. Tara no me gusta, tiene menos sustancia que un bocadillo de pan sin sal relleno de polvorones. Luego tenemos al pobre Spike, al que la iniciativa le ha puesto un chip en el cerebro y ha anulado sus ataques. Ha pasado de atacar a Buffy y a sus amigos, a tener que ser protegido por ellos. 

El villano de esta temporada ha sido bastante diferente y ha dado mucho juego. Se trata de Adam, un ser con partes humanas, demoníacas y robóticas. Vaya, un combo al que les costará mucho combatir. Por supuesto, creado por los amiguitos de Riley.


Como las temporadas anteriores, tiene un poco de todo: sexo, amor, cuernos, diversión y drama. Vamos, una serie con la que no te aburres, porque en cada capítulo te espera una sorpresa. Sin duda, me quedo con el quinto capítulo, porque ver a Buffy convertida en troglodita dando mamporros a diestro y siniestro me hizo disfrutar como una enana (que lo soy, no os creáis).

Sin duda, una serie que mejora temporada tras temporada, aunque hay personajes que van involucionando, y en mi caso me parece, aunque me joda decirlo, que en este caso es Willow, que cada vez me gusta menos pese a que era mi favorita. Por lo demás, muy recomendada para disfrutar en buena compañía y con un enorme bol de palomitas.

Lo mejor: Riley. La iniciativa. El capítulo de los trogloditas.

Lo peor: Buffy. Que Willow va para atrás, como los cangrejos.




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