Título:
La Cúpula
Autor:
Stephen King
Editorial:
Plaza & Janés Editores
Páginas:
1136
Fecha
edición: 2010
ISBN:
9788401337529
Sobre
Stephen King podríamos estar tecleando horas, y acabaríamos hablando más de su
persona y de sus otros libros que de esta obra en particular, lo cual no
serviría de mucho, en mi opinión, como tampoco creo que sea útil para quien esté
planteándose leer “La Cúpula” que me dedique a hablar de lo bueno que era King
al principio y lo malo que es ahora, o que intente hacer una profusa exhibición
de conocimientos de las metáforas existenciales de la literatura de...
No.
Lo que voy a intentar es destacar detalles que creo positivos y negativos de
esta novela del popular autor de Maine, por si a alguien le resultan DE
UTILIDAD. Quiero avisar antes de que me gusta mucho Stephen King, y no creo que
antes fuera la repera ni que ahora esté en horas bajas, sino que hoy día suele
emplear un estilo diferente.
King
comenzó a escribir La Cúpula en los setenta, pero abandonó el proyecto y
recientemente lo ha abordado de nuevo hasta acabar el tocho de mil y pico
páginas que tenemos entre manos. Digo esto porque se aprecia un estilo más
directo y menos reflexivo que en algunas de sus últimas obras, aunque la novela
ha sido reescrita prácticamente en su totalidad, por lo que se trata de un
trabajo del Stephen King de hoy.
Lo
primero que te encuentras al pasar las páginas de las citas, agradecimientos y
todo eso es que King te pone en situación de manera muy visual, a base de
crudeza, explosiones y sangre. El desconcierto que se crea en una comunidad
cuando una cúpula invisible los aísla del exterior está muy logrado, y con esta
premisa arranca la novela, haciéndose servir también de algunos truquillos
literarios para buscar la complicidad del lector, truquillos que al final
quedan como mero adorno que se podría haber ahorrado.
La
historia es lineal, y eso ayuda a que las más de mil páginas no se eternicen,
por mucho que haya lectores de King que disfrutemos cuando se explaya con los
pensamientos de los personajes o con las frecuentes evocaciones al pasado. Hay
tal cantidad de personajes (todo un pueblo) que incluso se proporciona una
lista al principio para no liar al lector. Al principio es difícil acordarse de
los personajes e incluso seguir el hilo, pero con un poco de paciencia, y
gracias a la linealidad de la obra, el lector enseguida se hace con todos los
nombres que pululan por Chester’s Mills.
Stephen
King se empeña en describir con sumo cuidado lo que sucede durante los primeros
días después de que la Cúpula “caiga del cielo”: la confusión, el caos, los
intentos de destruirla, las especulaciones sobre su origen... No da un salto
hacia el momento en el que el pueblo cae bajo el yugo del tiranuelo llamado
“Big Jim” y a partir de ahí deja que los personajes se maten, sino que va paso
a paso, con mucho esmero, enganchando al lector con todas las intrigas de los
protagonistas.
Esto
logra que la historia se torne muy adictiva, más aún por la ágil estructura de
capítulos, pero quizás el elemento que más engancha es ese sentimiento primario
de “malos” y “buenos” que te hace detestar a los primeros y rezar para que no
les pase nada desagradable a los otros. Tampoco es que sea una historia banal.
Trata temas como la manipulación de masas y el secretismo de los gobiernos y
sus instituciones, y Stephen King colorea el relato con muchos matices, pero al
explotar la genial premisa de la cúpula que aísla el pueblo, los personajes se
exageran a sí mismos hasta la tragedia, y en ese sentido algunos nos parecerán
malos demasiado malos, hasta extremos delirantes y poco creíbles.
En
el fondo, esta historia va de eso, de personajes que hacen cosas, y al final la
cúpula que les aísla no es más que una excusa para ponerles al límite, hasta el
punto de que muchos lectores se sienten decepcionados con la explicación de por
qué está esa barrera ahí (yo no me sentí decepcionado).
El
final de la novela es un poco bestia quizá, pero no puedo hablar más de la
cuenta para no convertir esto en un spoiler. Stephen King parece que improvise
demasiado algunos de sus finales, y el de La cúpula es un tanto estrambótico,
pero coherente, bien enlazado con la historia de los personajes, y sobre todo
exótico. El problema es que King despierta algunas expectativas y luego no da
lo que promete, sino otra cosa bien distinta. Lo bueno es que al menos
sorprende...
En
definitiva, se trata de una novela para quienes toleren el suspense (no es una
novela de horror, no hay monstruos ni más sangre que en una novela policíaca),
para quienes coqueteen con la ciencia ficción y sobre todo para quienes
disfruten con las pequeñas historias de personajes metidos en un gran problema.
No va más allá, no hay grandes reflexiones metafísicas, es todo muy mundano
(incluso el curioso final). En ocasiones parece que se malgasten personajes, o
que sus acciones discurran hacia el disparate demasiado pronto, pero es que es
una novela muy larga, y si no se acelerase un poco al final...
Además,
quizá se pueda tachar este trabajo de un tanto... simple, en el sentido de que
genera emociones muy básicas de odio y repulsión hacia unos personajes, y de
admiración en otros, pero si nos quedamos con lo que es la novela y no con lo
que podría haber sido, descubriremos que funciona muy bien, que es efectiva,
entretenida e incluso sorprendente.
¡Ah!,
y como siempre, lo más destacable es la maestría con la que King introduce la acción
y describe los detalles desde una postura más bien visceral; no necesita que
los personajes suelten por su boca lo terrible que es todo, podemos verlo a
través de sus ojos, y queremos verlo. Yo al menos quise verlo hasta la última
página.
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