viernes, 28 de julio de 2017

El terror en la mochila: Poveglia, la isla de los muertos (Venecia)



Hoy me cuelgo la mochila del terror y me voy a Venecia, concretamente a Poveglia, la isla de los muertos, conocida también como la del no retorno. Si Venecia ya huele mal de por sí, imaginaos el aroma de este sitio.

Durante la época romana, esta isla fue utilizada para aislar a víctimas de la peste, función que seguiría ejerciendo siglos más tarde. Venecia fue un lugar con el que esta enfermedad se cebó, sobre todo por la suciedad de sus aguas, la humedad y el ir y venir de muchos comerciantes que traían también el contagio. La rápida extensión de la enfermedad fue motivo suficiente para aislar a los afectados en Poveglia.

No solo se llevaban allí a los enfermos, sino también a los cadáveres, a los que apilaban como cartas por falta de sitio en las fosas comunes. Esto llevó a hacer grandes piras donde los quemaban, así como también arrojaban allí, todavía vivos, a mujeres, hombres y niños afectados por la peste. 160.000 personas murieron allí.


A día de hoy, el oleaje sigue arrastrando despojos humanos procedentes de la isla, ya que fueron tal cantidad de restos que aun hoy siguen sin desaparecer. La isla está completamente cerrada, pudiendo visitarla solamente los dueños de los viñedos plantados allí.

La isla está podrida y cubierta por una capa sólida de ceniza negra procedente de los miles de cuerpos calcinados allí. En el año 1922, por si fuera poco, construyeron allí un psiquiátrico que puede verse desde otras islas. Los internos dicen ver a los fantasmas de las víctimas de la peste y escuchar sus lamentos mientras los quemaban vivos. El director del psiquiátrico se aprovechó de este brote de "locura" para empezar a torturarlos horriblemente. Esto provocó que los fantasmas se le apareciesen a él, provocando que se lanzase desde el campanario. Cuentan que hoy vaga junto a todos los demás, encerrado en esta isla sin retorno.




1 comentarios:

Que horror!! Esta isla sale en el libro Meretrice de Lola P.Nieva y la verdad da escalofríos

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