lunes, 16 de marzo de 2020

El cine minoritario de King (II)


Hace un tiempo os hablé de algunas adaptaciones de King que no son, precisamente, muy conocidas ni comerciales. Viendo lo mucho que os gustó la idea, vengo con la segunda entrega para hablaros de otras tres películas del maestro del terror.

La tienda es una de mis novelas favoritas de Steve, por lo que tenía muchas ganas de ver su adaptación (aun no lo había hecho). Partimos del punto del conocido actor protagonista, Ed Harris, al que hemos podido ver en películas tan famosas como El show de Truman o Gravity, que aquí da vida al sheriff de Castle Rock, Alan Pangborn, quien investiga al villano, Gaunt Leland, que acaba de abrir una extraña tienda en la localidad. Todo el que entra en ella encuentra algo que realmente necesita, como si ese objeto estuviese en el mundo únicamente para él o ella. ¿A cambio? Un pequeño favor...

La verdad es que, comparada con la novela, me ha defraudado. Quizá es porque esta me gustó tantísimo que tenía las expectativas demasiado altas. La adaptación de La tienda no deja de parecer un telefilme de sobremesa. Creo que podrían haber hecho mucho más de lo que finalmente resulta, aunque siempre se siente una curiosidad por ver a los personajes de King en la pantalla y, por qué no, el morbo y la alegría que da el volver a Castle Rock, lugar que a los lectores constantes nos acompaña prácticamente desde la infancia. 

No me parece una adaptación digna, la verdad, pero para una tarde aburrida de domingo se deja ver, al menos una vez. 

Basada en el relato homónimo de King, El aviador nocturno nos cuenta la historia de Richard Dees, periodista del Inside View, revista especializada en lo sobrenatural e inexplicable, que persigue a un aviador nocturno que sobrevuela los aeropuertos dejando un rastro enorme de víctimas a su paso.

Además de conocer a este villano en forma de extraño ser, nos encontramos también una trama paralela que nos habla de los entresijos del periodismo, de la competitividad para firmar los artículos y de los tejemanejes a la hora de dar las noticias. Me ha encantado esta parte, pues mi vena periodística ha disfrutado muchísimo de ver esa lucha, ese afán, esa necesidad de estar siempre al pie del cañón para llegar antes que nadie al lugar del crimen.

Si hay algo por lo que merece la pena verla, y no hablo como adaptación, pues no he leído el relato, es por el final. Es tan cabrón y retorcido que me ha fascinado,  y solo por él me alegra mucho haberla visto. No me lo esperaba para nada, y eso es siempre un punto a favor. Además, me han chivado que este final es diferente al del relato, así que aunque ya lo hayáis leído (yo lo remediaré muy pronto) vais a disfrutar del factor sorpresa.

Y, por último, os quiero hablar de Cementerio Viviente 2, y aquí, al no ser una adaptación en sí, estoy haciendo un poco de trampa.

Tras el éxito de Cementerio viviente, se rodó esta secuela tres años después, que nos sitúa una década más tarde de lo acontecido en la anterior. Aquí el protagonista es el actor Edward Furlong, que interpreta a Jeff, un niño de 13 años que, tras la muerte de su madre, una reconocida actriz, se muda con su padre, un veterinario, a Ludlow, Maine. 

De nuevo, todo comienza cuando los chicos entierran a la mascota de uno de ellos en el cementerio indio (esta vez no es un gato, sino un perro), con la consiguiente vuelta del animal y todas sus consecuencias.  A partir de ahí, todo se complicará en el pueblo, sobre todo para Jeff y sus amigos.

Lo que más me ha gustado es que es explícita y sangrienta, conteniendo escenas no aptas para todo tipo de estómagos, ni recomendada para gente muy sensible, pues también incluye algo de violencia. Tengo que reconocer que en algunas escenas lo pasé un poco mal, pero esa es la gracia, ¿no? Recomendada, por supuesto. 


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1 comentarios:

¡Genial entrada! Muy interesante, me falta por ver la de El aviador nocturno, al menos no recuerdo haberla visto 😮 gracias por el reportajes, preciosa 😊

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