viernes, 16 de noviembre de 2018

Reseña Reina Roja, de Juan Gómez-Jurado


Juan Gómez-Jurado está viviendo un momento dulce en su carrera.

No os voy a decir que es la Rosalía de los escritores, porque ahora mismo nada se parece a lo de Rosalía, pero sí que nos estamos acostumbrando a verle cada vez en más sitios: podcasts, radio, televisión, entrevistas, concursos… y entre tanto formato diferente todavía tiene tiempo para escribir. Mucho, además.

El éxito de Juan se lo achaco a dos razones, fundamentales por otro lado, pero que no todo el mundo tiene o respeta. Una de ellas es que tiene un producto que gusta, y otra es su trato con la gente y el esfuerzo que pone en el lector. Ahora os hablo de la primera razón (en concreto, del último libro que ha escrito) pero es que, en serio, lo de este autor no es normal.

Insta a los lectores, al final de cada libro, a que les cuente qué es lo que les ha parecido. Y lo mejor de todo… es que contesta a todos y cada uno de ellos. Especialmente a través de Twitter, tiene un trato muy cordial con la gente e invierte mucho en contestar personalmente a cada una de las personas que le mencionan, sea de la manera que sea. Sabe que eso es algo que los lectores aprecian y el cariño que estos reciben lo devuelven con creces. No todos los escritores son conscientes de esto. Se ha montado una comunidad muy maja en esta red social y la promoción de su último libro, Reina Roja, es prueba de ello (el resumen de la cual es que Arturo González-Campos va de señor “guay” por la vida y al final le ponen en su sitio).

Por cierto, esa memoria de la que hace gala en los distintos programas en los que sale es de verdad. Asusta.

Pero vayamos ya a lo que no trae aquí hoy. ‘Reina roja’ nos traslada a Madrid, al barrio de Lavapiés. Dentro de la multiculturalidad que caracteriza al barrio nos encontramos a Antonia Scott, una mujer de nombre e historia peculiar que resuelve crímenes en su día a día de una manera que dista mucho de ser la habitual. No, no es un personaje que uno se vaya a encontrar todos los días. De hecho, su historia te mantendrá con el corazón en un puño. Es lo que tiene Gómez-Jurado, que al final, siempre te sorprende.

No me quiero explayar mucho más ni con la trama ni con los escenarios por miedo a caer en el spoiler. Pero sí que os puede decir que hay dos componentes principales que hacen que los libros de Juan Gómez-Jurado sean muy atractivos para el público. Personajes intrigantes con más capas que las tiendas de regalos de Harry Potter y un control del ritmo envidiable, amén de un gusto por los chascarrillos y la violencia gráfica con los que caso bastante.

Aquí me voy a parar, y es que le doy vueltas al asunto y cada vez me quedo más loco. En una de las “reviews” que aparecen en la solapa del libro, Jesús García Calero dice “Escribe historias adictivas con precisión de relojero”. Y yo, como alguien que se ha enfrentado al papel en blanco y ha fracasado estrepitosamente, no puedo dejar de darle vueltas a esto. Voy a continuar con el símil del relojero para intentar explicar como me imagino yo a Juan preparando una novela. Me lo imagino poniendo todas las piezas del reloj en la mesa. Ahí, amontonadas, sin orden aparente y sin saber si todas van a ser necesarias, (en este caso el montón de piezas simboliza el primer borrador del libro). Y a partir de ahí, en otra mesa, va conectando piezas en varias pasadas (más borradores), añadiendo o quitando en cada una de ellas las que él, como relojero, cree que harán que el reloj funcione como un tiro y, en ningún momento, se pare. Es para mí muy importante creer que el montón de piezas inicial existía previamente antes de montar el reloj, porque si resulta que Juan monta (escribe) desde el inicio sabiendo exactamente qué piezas va a necesitar y en qué orden, nosotros,  simples mortales aspirantes a juntar letras, ya podemos pegarnos un tiro y acabar con nuestro sufrimiento.

Con precisión milimétrica, ‘Reina Roja’ te deja casi en cada página con ganas de más. Y en eso se basa el éxito de Juan Gómez-Jurado y la adicción que provocan sus libros. No se permite el lujo de ser contemplativo, algo que algunos lectores versados en otros géneros pueden echar de menos en sus novelas. Pero no es así como escribe Juan, no se para en cavilaciones más allá de lo necesario para que empaticemos con lo que ocurre en la página, algo que no está reñido con el respeto a los personajes.

Hemos esperado tres años para leer otra novela de Juan Gómez-Jurado, y la espera ha merecido la pena, aunque sepa a poco. El libro insta a ser devorado en pocas horas y uno no quiere acabarlo, pero no le queda más remedio que seguir leyendo. Cuando acaba, la pregunta que todos nos haremos es: “¿Y ahora cuánto tenemos que esperar para el siguiente?”

No lo sabemos, pero bueno… habrá que ser paciente.


Para saber más:


3 comentarios:

Veo que te ha encantado la novela, la tendré en cuenta para futuras lecturas hehehe Gracias por la reseña 😊

Encantado de tener a un internillo más dando su opinión. Gracias por descubrirme a esta autor.

Hola! Leo tu reseña y, pese a tu comentario entusiasta, no tengo muy claro si leer el libro. Verás, a mí El Paciente no me gustó. Se me hizo tan inverosímil, entre otras cosas, que ni terminé de leerlo. Luego está el auto - bombo continúo del autor en Twitter... Es tan intrusivo que he dejado de seguirle. No se entiende tanto publicidad si es un escritor de tanto éxito... En fin, yo encuentro que hay mucho más de marketing que calidad. Saludos cordiales.

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