Con todos los géneros en los que se puede sumergir el personaje de Batman, no es raro pensar en que el terror debería ser uno de los más habituales. La propia concepción del disfraz que usa Bruce Wayne en su eterna cruzada contra el crimen es la de provocar el miedo en sus enemigos. Y la ciudad de Gotham City hace honor a su nombre. Ofreciendo un oscuro y malsano escenario donde el Hombre Murciélago actúa a sus anchas.
Puede que el guionista Doug Moench y el dibujante Kelley Jones sean los que mejor han aprovechado esta faceta del personaje y su mundo. Siendo su obra más representativa el Lluvia Roja de la colección Elseworlds. Donde no se cortaron a la hora de enfrentar al mismísimo Señor de los No Muertos, Drácula, contra el Caballero Oscuro. Unos cuantos años después, ambos artistas vuelven a unirse para crear un nuevo y monstruoso enfrentamiento. Esta vez, el adversario viene inspirado por El Hombre Invisible de H. G. Wells.
Un científico en su ansia por descubrir la fórmula para adquirir la invisibilidad, acabará dejando tras de sí un rastro de cadáveres que seguirá el Cruzado de la Capa. Quien actualmente teme ante la posibilidad de que su disfraz y presencia ya no infundan temor en los criminales.
Está claro que lo mejor de Batman: Lo Invisible acaba siendo el Doctor Griffin. Doug Moench se siente a gusto descubriéndonos la historia de este Mad Doctor de manual. A quien, además, acompaña un hábil y vistoso recurso visual al tener problemas con las dosis de la dichosa fórmula, con lo que se vuelve invisible "a capas".
Pero lo cierto es que todo lo bueno acaba en ese punto. La propuesta resulta atractiva al pensar que estamos ante un maquiavélico entretenimiento. Un crossover de lo más pulp que no es tal.
La trama y ritmo es completamente irregular. A lo que acaba de lastrar del todo bastantes e innecesarias explicaciones. Al igual que los monólogos internos (recursos que normalmente aplaudo cuando acompañan bien a la historia, que no es el caso). Muchos innecesarios rodeos para llegar al ansiado clímax del enfrentamiento final que es del todo decepcionante. A la vez que vuelven a emplear el recurso ya utilizado en Lluvia Roja por el cual el Murciélago debe hacer lo impensable para vencer a su enemigo (aunque trata de justificarse sin éxito con el leitmotiv que se nos presenta ya en las primeras páginas).
Un gran villano de Batman forma parte del conjunto de la trama. Pero tras descubrir lo que le depara la historia me pregunto si es necesaria su participación a parte de ser fanservice para el Batmaníaco.
En el apartado gráfico tampoco podemos echarle muchas flores a Kelley Jones. Se agradece el disfrutar un poco más de ese Batman de orejas afiladísimas y con capa y porte vampiresco. Pero se nota desganado. El dibujo es más simple y poco detallado a lo visto en Lluvia Roja y es una pena no volver a mostrar el Gotham más gótico y victoriano...
Las portadas que dividen los números de esta miniserie son estupendas y muestran el verdadero espíritu que tendría que ser Batman: Lo Invisible. El tono pulp y de serie B que prometía este Batman VS El Hombre Invisible.
Batman: Lo Invisible acaba resultando ser un fallido intento de volver a probar suerte con la monstruosa fórmula de Lluvia Roja.
Puede que el guionista Doug Moench y el dibujante Kelley Jones sean los que mejor han aprovechado esta faceta del personaje y su mundo. Siendo su obra más representativa el Lluvia Roja de la colección Elseworlds. Donde no se cortaron a la hora de enfrentar al mismísimo Señor de los No Muertos, Drácula, contra el Caballero Oscuro. Unos cuantos años después, ambos artistas vuelven a unirse para crear un nuevo y monstruoso enfrentamiento. Esta vez, el adversario viene inspirado por El Hombre Invisible de H. G. Wells.
Un científico en su ansia por descubrir la fórmula para adquirir la invisibilidad, acabará dejando tras de sí un rastro de cadáveres que seguirá el Cruzado de la Capa. Quien actualmente teme ante la posibilidad de que su disfraz y presencia ya no infundan temor en los criminales.
Está claro que lo mejor de Batman: Lo Invisible acaba siendo el Doctor Griffin. Doug Moench se siente a gusto descubriéndonos la historia de este Mad Doctor de manual. A quien, además, acompaña un hábil y vistoso recurso visual al tener problemas con las dosis de la dichosa fórmula, con lo que se vuelve invisible "a capas".
Pero lo cierto es que todo lo bueno acaba en ese punto. La propuesta resulta atractiva al pensar que estamos ante un maquiavélico entretenimiento. Un crossover de lo más pulp que no es tal.
La trama y ritmo es completamente irregular. A lo que acaba de lastrar del todo bastantes e innecesarias explicaciones. Al igual que los monólogos internos (recursos que normalmente aplaudo cuando acompañan bien a la historia, que no es el caso). Muchos innecesarios rodeos para llegar al ansiado clímax del enfrentamiento final que es del todo decepcionante. A la vez que vuelven a emplear el recurso ya utilizado en Lluvia Roja por el cual el Murciélago debe hacer lo impensable para vencer a su enemigo (aunque trata de justificarse sin éxito con el leitmotiv que se nos presenta ya en las primeras páginas).
Un gran villano de Batman forma parte del conjunto de la trama. Pero tras descubrir lo que le depara la historia me pregunto si es necesaria su participación a parte de ser fanservice para el Batmaníaco.
En el apartado gráfico tampoco podemos echarle muchas flores a Kelley Jones. Se agradece el disfrutar un poco más de ese Batman de orejas afiladísimas y con capa y porte vampiresco. Pero se nota desganado. El dibujo es más simple y poco detallado a lo visto en Lluvia Roja y es una pena no volver a mostrar el Gotham más gótico y victoriano...
Las portadas que dividen los números de esta miniserie son estupendas y muestran el verdadero espíritu que tendría que ser Batman: Lo Invisible. El tono pulp y de serie B que prometía este Batman VS El Hombre Invisible.
Batman: Lo Invisible acaba resultando ser un fallido intento de volver a probar suerte con la monstruosa fórmula de Lluvia Roja.
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