
Evil Dead (también conocido en nuestro país como Posesión Infernal), es ese inolvidable título ochentero dirigido por Sam Raimi (Spiderman, Arrástrame al Infierno), que supuso el inicio de una entrañable
trilogía, muy alabada y querida por muchos de los aficionados al cine de terror. Con un ínfimo
presupuesto, efectos especiales puramente caseros, un argumento sencillo y una buena dosis de humor negro, Raimi consiguió meter el miedo...