El pasado domingo día 15, mi bonito Tony Jiménez y yo nos apuntamos a una de las Rutas misteriosas de Málaga, concretamente a Málaga Insólita. Ahí te adentran en la ciudad de forma diferente, enigmática, extraña y poco conocida, incluso para los propios malagueños. De la mano del escritor José Manuel Frías, un estupendo guía, fuimos descubriendo lugares plagados de sucesos sorprendentes, milagros religiosos o, incluso, robos de bebés.
La primera parada fue el edificio colindante con la Iglesia del Sagrado Corazón. Según nos cuenta José Manuel durante la visita, este lugar fue restaurado y, durante las obras, se encontró un yacimiento formado por un centenar de cadáveres. Lo extraño es que hallaron tres cráneos sin cuerpo, pero con unas medidas descomunales, como tres o cuatro veces el tamaño de un cráneo normal. Las lenguas hablaban de una raza de superhombres que habitaron la península durante el siglo XIX.
Visitamos también una casa que fue habitada por un matrimonio que era muy feliz. Esperaban a su primera hija y eran prácticamente nuevos en la ciudad. La mujer se puso de parto y el padre, asustado y primerizo, salió a buscar a una comadrona. La mujer lo acompañó, asistió el parto y se llevó a la niña consigo, pues esta nació enferma y necesitaba cuidados especiales. Cuando pasaron las semanas y seguían sin saber nada de su hija, el padre fue a buscar a la partera, quien le entregó un bebé alegando que era su niña. Lo sorprendente del caso fue que, en ese preciso momento, un hombre llegó gritando que le devolviesen a su hija. La parte buena de esta historia fue que la mujer fue llevada a la cárcel. La parte terrible fue que nunca jamás se supo nada de esa niña que fue separada injustamente de sus padres.
Otra de las paradas fue la Plaza de la Constitución, donde en el siglo XIX estaba ubicada la cárcel. La leyenda cuenta que una niña de once años perdió a su madre, y vivía feliz con su padre y su madrastra. El abuelo materno solía visitar a su nieta tras la muerte de su hija, pero empezó a sospechar que algo raro ocurría cuando el que fue su yerno le ponía excusas para que la viese. Que si había salido con unos familiares, que si estaba en casa de una amiga... La cuestión es el que hombre tuve la sensación de que algo raro pasaba y acudió a las autoridades. Cuando fueron a registrar la casa, no encontraron a la niña por ningún sitio. Eso sí, vieron que el hueco de debajo de las escaleras estaba enyesado de manera burda, por lo que lo echaron abajo. El hallazgo fue terrible, pues la niña había sido emparedada en vida, sin alimento, sin agua, y estaba prácticamente consumida. ¿El motivo? A la madrastra no le gustaba su presencia. Cuando el verdugo fue llevado a la cárcel, Málaga lo esperaba allí, entre abucheos y pedradas. A veces la justicia sí existe.
Para terminar, os dejo una de las historias que más miedo me ocasionó, precisamente por su cercanía. Me ha impactado mucho saber que en las playas de Málaga había tiburones hasta hace relativamente poco. ¿Por qué me impacta esto con todas las barbaridades que os acabo de contar? Porque como os he contado alguna vez, tengo talasofobia, y pensar que hay animales que pueden devorarme dentro del agua no ayuda a superar ese miedo. Según nos contó José Manuel Frías, un bañista disfrutaba del día cuando un tiburón hizo su mágica aparición. La gente empezó a avisarlo, pero fue demasiado tarde. Cuando lo sacaron del agua, le faltaba una pierna a la altura de la ingle, que el bicho se comió de un solo bocado.
Como veis, no hace falta llenarme mucho la mochila para encontrar historias terribles. Os prometo que seguiré recorriendo Málaga en busca de ellas.
2 comentarios:
Me encantó!!!��⚘
Esta ruta parece de lo más interesante. Me ha sabido mal las historias con niños, pobres.
Genial crónica, preciosa :)
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