Una de las películas más queridas y recordadas de principios de este siglo es sin duda Piratas del Caribe: La Maldición de la Perla Negra. Basada en una popular atracción de Disneyworld, y repitiendo la fórmula de película cómica de aventuras sobrenatural que tan bien le funcionó a Stephen Sommers con su Momia, esta propuesta se convirtió en todo un éxito que animó a Disney a realizar una trilogía a costa de estos piratas que fue de más a menos. A lo que no ayudó NADA una cuarta entrega que logró que muchos pasasen por la quilla por propia voluntad para bajarse de este barco que la propia Disney había hundido y que ahora trata de reflotar con esta quinta entrega. La Venganza de Salazar (penosos subtitulo teniendo en cuenta cuál es el original: Dead Men Tell No Tales) recupera un poco del espíritu de la trilogía original, pero al final se queda en un simple divertimento a años luz de lo que podría (y debería) ofrecernos este nuevo capítulo de la saga Piratas del Caribe.
La película arranca de increíble manera. Nos presentan a uno de los nuevos personajes y a la vez tenemos un vistazo a uno de los más queridos de la trilogía original. Se nos presenta el leit motiv y también tenemos la inmejorable puesta en escena del villano. Y es curioso que sea con la aparición de Johnny Depp (Ed Wood, Alicia en el País de las Maravillas) como el Capitán Jack Sparrow que se note como la película se resienta bastante. Ya son 14 años que este actor se pone las (sucias) ropas y se regodea en los ademanes de este personaje. La primera vez le retribuyó una nominación al Oscar y está claro que él era el gran peso pesado de la trilogía original de Gore Verbinski (Rango, The Ring). Pero ya en la anterior entrega se notaba el agotamiento tanto por parte del actor como por el público hacia este personaje que, aún con todo, llega a arrancarnos alguna sonrisilla de vez en cuando (imposible no disfrutar con la endiablada escena de la Guillotina). Pero en esta película se siente DEMASIADO forzada la inclusión de Sparrow que, de todos modos, se habría sobrellevado mejor si le hubiesen dado más salida a esa parte inicial donde vemos al Capitán en sus horas más bajas.
El forzar la aparición de Johnny Depp repercute en los demás miembros del reparto como los dos nuevos rostros de la saga: Henry Turner (Brenton Thwaites) y Carina Smyth (Kaya Scodelario). A lo que tampoco ayuda que se sientan como una especie de remake de los Will Turner y Elizabeth Swan de las tres primeras películas. Henry, a pesar de su historia de fondo, no deja de ser tan (o más) sosainas que su padre en la ficción. Y por muchos esfuerzos que hayan puesto en que el personaje de Kaya se presente como algo más que una cara bonita (muchas veces rayando el anacronismo), al final vuelven a repetir los mismos errores que con Elizabeth (no, nos libraremos del romance y de postre tendremos una trama paternofilial demasiado sacada de la manga).
Otros dos nuevos personajes que acaban siendo puramente anecdóticos son los del actor David Wenham (Marvel´s Iron Fist, 300) y Golshifteh Farahani. Esta última personalmente me dolió más teniendo en cuenta que se presentaba como un interesante aporte a esta saga para solo quedar en el simple recurso argumental para poder tener al personaje de Wenham un poco más en pantalla.
Mejor lo tienen las caras ya conocidas de esta saga como varios integrantes de la tripulación de Jack como Mr. Gibbs (Kevin McNally), el enano Marty (Marin Klebba) o Geoffrey Rush (La Ladrona de Libros, Dioses de Egipto), quien vuelve a robar tanta escena como Sparrow con su Capitán Barbossa, quien al principio de la película se nos presenta como el mejor bien parado del grupo original (pena de no tener más de esto en el film).
Hablando del villano, nuestro paisano Javier Bardem (Operación Skyfall, Biutiful) ya ha dejado claro en repetidas ocasiones que los personajes malvados o perturbados le sientan de fábula. Y el Capitán Salazar de esta entrega también se prestaba a hacer brillar del todo al actor. Lástima que no sea así y se quede a medio gas. Desde luego, no será problema suyo. Se siente como Bardem lo da todo. Su espectral caracterización (y la de su tripulación) lo colocan a la par del gran David Jones. Incluso en ese flashback antes de ser maldecido está fantástico y se intuye un gran villano que no necesitaba de poderes sobrenaturales para darnos una gran película. Pero tal como está escrito el guión, Salazar y los suyos quedan muy a deber. Una verdadera pena, pero al menos no se hunden en el fango de donde no pudo salir el Barbanegra de Ian McShane (American Gods, John Wick) y su tripulación zombi.
Y es el guión donde la película de verdad hace aguas por todos lados. Un cúmulo de increíbles casualidades, lagunas argumentales y locuras que solo están para poder hacer seguir avanzando la trama. Por no hablar del bochornoso McGuffin en el que termina convirtiéndose el Tridente de Poseidón (mejor obviemos su diseño). Un objeto que solo está ahí para resolver los problemas de los personajes, pero que a su vez parece querer descubrirnos una mitología que ni presentan. Algo de verdad cuestionable teniendo en cuenta que esta saga ha estado enriqueciendo un Universo Propio al que solo le faltaba meterse en la Mitología Clásica para alcanzar un nuevo nivel. Pero está claro que en una sola película no podían manejar tantos elementos.
La dirección es bastante notable. La pareja de cineastas noruegos Joachim Rønning y Espen Sandberg (Bandidas, Kon Tiki) se entregan al desenfreno y logran transmitir bastante bien la sensación de aventuras que tanto buscamos en una película de Piratas del Caribe. A lo que se une una puesta en escena bastante interesante (aunque en ocasiones el CGI pueda ser cuestionable) y una BSO que, aunque recicla los temas más memorables que Hans Zimmer compuso para la trilogía original y apenas cuela temas originales, ayuda a recuperar la sensación que muchos vivimos con las primeras películas.
Comentar que este film SUPUESTAMENTE cierra la trama de dos grandes personajes de la saga (aunque la propia película lo pone en duda con la desconcertante escena post créditos) y que el cameo de Paul McCartney, aunque sea de lo más anticlimático, arranca las mejores carcajadas del film (algo que dudo mucho que consiguiera hacer otra aparición de Keith Richards).
En definitiva, Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar cumple como entretenimiento y devuelve un poco de fe a esta saga de cine de aventuras. Aunque más les vale jubilar de una vez al Capitán Jack Sparrow (cosa que, claramente, dudo mucho) y pulir un poco más el guión para la próxima.
Lo Mejor: Quita el mal sabor de boca que nos dejó la cuarta entrega.
5 comentarios:
Hola!!!! La verdad yo solo me vi la primera y la segunda, las demás ya dejaron de interesarme y al parecer no me pierdo de mucho, gracias por la crítica. Besos
Entonces haces bien en rehuirla. Gracias por leerme, de todos modos :)
Yo igual que Angel, las dos primeras y ya.
Un beso, Rubén.
¡Hola! Muchas personas piensan igual que tú con respecto a los de ''increíbles casualidades'' y la actuación de Depp. Aún no vi esta entrega pero después de tantas críticas que coinciden con todo lo que mencionas, mis expectativas no son altas. Gracias por la reseña, espero que tengas un buen día.
PD: Te comencé a seguir. :)
Lo de "las increíbles casualidades" ya se deja intuir en mi crítica hacia el guión. Y sí, mejor no vayas con otra expectativa más que para echar el rato con esta nueva aventura de los Piratas del Caribe.
Saludos y gracias.
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