Clive Barker es un artista con todas las letras. No solo en el ámbito literario, en el que cuenta con una extensa obra en su haber. Sus primeros pasos artísticos fueron en el mundillo del teatro (fundó su propia compañía) y realizando cortometrajes caseros. Y con el paso de los años tendría oportunidad de producir, guionizar e incluso dirigir largometrajes (como la adaptación de la novela que reseñamos en esta ocasión), y trabajar en el mundillo del cómic y los videojuegos. Y eso, sin olvidarse de su otra gran pasión: la pintura.
A lo largo de su carrera, el inglés ha dado rienda suelta a su imaginación regalándonos memorables historias y personajes. Pero seguramente su creación más conocida por el gran público al mencionar su nombre, es todo lo relacionado alrededor de la novela corta The Hellbound Heart. Sobre todo, gracias a la película que el mismo Clive Barker se encargó de realizar un año después de su publicación con el título Hellraiser. En la memoria de todo aquel que se ha atrevido a visualizarla, se han quedado marcadas a fuego no pocas escenas. Y ya son inolvidables cosas como la intrincada Caja de Lemarchand y las criaturas que se invocan con ella: Los Cenobitas, Seres a medio camino entre lo diabólico y lo divino que presentan cuerpos heridos y mutilados, prometiendo experiencias que traspasan lo carnal. Pero fue el que encarnó el actor Doug Bradley el que logró hacerse un hueco en la terrorífica galería de villanos del cine de terror, motivando la sucesión de secuelas (a cada cual más decepcionante e innecesaria).
¿Quién podría olvidar la tez de mármol atravesada por infinidad de alfileres del Pontífice Oscuro del Dolor (más conocido por el apodo de Pinhead)?
¿Quién podría olvidar la tez de mármol atravesada por infinidad de alfileres del Pontífice Oscuro del Dolor (más conocido por el apodo de Pinhead)?
Centrándonos en la novela, esta comparte el mismo comienzo que la película: el momento en el que el personaje de Frank está a punto de descifrar la Configuración de los Lamentos. Y ya es en estas primeras páginas donde Clive nos demuestra sus grandes dotes como narrador con su prosa tan descriptiva como evocadora.
Por suerte, se distancia de la película en el trío protagonista. Sobre todo en el personaje de Kirsty. Cosa que personalmente agradecí.
Aunque el lector que venga de la película, puede que termine bastante desencantado con esta lectura. Pues si en el film los cenobitas no eran más que secundarios (de lujo, eso sí), en la novela dan un paso más atrás. Siendo sus apariciones de lo más breves y sutiles. Clive no se molesta en profundizar en estos fascinantes personajes ni en el mundo del que vienen (parece que eso quiso mostrarlo en el cine). Prefiriendo centrarse en los otros monstruos de la función. Aquellos que confunden la pasión con el amor. Que se dejan llevar por sus más oscuros y primitivos instintos. Y que no dudarán en traspasar fronteras y límites inconcebibles en su búsqueda de nuevas sensaciones. La literatura de Barker siempre se ha caracterizado por mostrar unos personajes que reflejan lo más oscuro de la humanidad y a los que conduce hacia extremos pocas veces explorados. Por supuesto, Hellraiser muestra esto en el reducido plantel de personajes.
Al ser una novela corta, Clive no puede perder tiempo en enganchar al lector. Y claro que lo consigue, la historia se devora en un par de días. No tiene ninguna complicación, muestra los temas que caracterizan al autor (que forman parte del movimiento conocido como "Nueva Carne") sin acabar ahondando del todo (es una obra bastante "light", aunque los lectores de estómagos más sensibles pueden seguir sufriendo con algunos pasajes) y resulta ser de lo más accesible del escritor. Por lo que, si aún no te has decidido a descubrir a esta autor ante quien el mismísimo Stephen King sentenció: "He visto el futuro del horror, y su nombre es Clive Barker", esta obra puede servir a modo de siniestro muestrario de uno de los mejores autores de los últimos tiempos.
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