El año pasado descubrí una pequeña joya del cine de terror.
Hacía tiempo que tenía ganas de ver Sinister,
y al fin pude disfrutar de ella y descubrir que es una película que no solo
inquieta, sino que también está rodada con maestría.
Con motivo del estreno de su segunda parte, he pensado que
estaría bien hablar un poco de esta cinta de terror.
Ellison Oswalt es un escritor que, intentando recuperar la fama
obtenida gracias a descubrir irregularidades en la investigación de un caso y
conseguir ser best seller con su novela Sangre
en Kentucky, se traslada con su mujer y sus dos hijos a la casa donde tuvo
lugar un extraño crimen: una familia fue encontrada ahorcada en un árbol del
jardín salvo una de las hijas que se encuentra desaparecida.
Ocultando este hecho a los suyos, Ellison comienza su
investigación y encuentra unos films de Super8
en el desván, lugar que debería estar completamente vacío. Al ponerlos en el
proyector, descubre una serie de siniestros crímenes relacionados con el que
tuvo lugar en su nuevo hogar.
Pero lo que Ellison desconoce es que esos vídeos
esconden un oscuro secreto.
Y es donde Bughuul, dios pagano devorador de
almas de niños entra en escena.
Aunque la película puede resultar lenta en algunos momentos,
la trama es sólida y los sustos, o mejor dicho, el aura oscura que rodea la
película, hace que quieras descubrir más cosas sobre los turbios asesinatos.
La música es extraña, ritual, y efectiva.
El actor Ethan Hawke
interpreta a Ellison, haciéndolo creíble y llegando a pensar que se mete
perfectamente en su papel. El resto, correctos, haciendo mención especial a los
niños y sus ‘perversas’ apariciones.
James Ransone,
que interpreta a un agente de policía, cae simpático en su papel de ‘chico para todo’ de Oswalt.
Y no olvidar a Vincent
D’Onofrio, que aunque hace una pequeña aparición, es el personaje que
introduce a Bughuul en la historia.
Sobre este último personaje, conocido también como Mr.
Boggie, me hubiera gustado que la película indagara más sobre él y su
mitología; aunque debo reconocer que ese hecho también hace que sea aún más
místico e intrigante.
En resumen, Sinister es
una película oscura, seria y siniestra,
como su nombre bien indica, que fue un soplo de aire fresco en su momento allá
por el 2012 y que vuelve a los orígenes del miedo.
Ese terror infantil al hombre del saco que se traslada a los
adultos mediante una entidad diabólica y unas extrañas cintas de vídeo.
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