miércoles, 15 de abril de 2015

Reseña Nekromanteia, Rituales de los muertos por Rubén "Reaper" González





Mucho he demorado la lectura de esta novela editada bajo el sello de la línea Z de Dolmen Editorial, que incluso fue finalista en el IX Premio Minotauro (además de que mi ejemplar fue el premio de un concurso de fotografía en el que tuve que emular a la joven que protagoniza la estupenda portada de la novela), pero a veces, uno se olvida de lo que tiene en sus estanterías. Por suerte, por fin he leído esta novela de Daniel P. Espinosa y os traigo la reseña de esta novela bastante especial.

La historia sigue los pasos de Etham Loss, un nigromante que, tras el suicidio de su amante, solo desea traerla de vuelta, pero sin muchos resultados. Pronto se verá envuelto en una trama que podría llegar a desencadenar el mismísimo Apocalipsis.

Ya de priori nos sorprende saber que la novela trata sobre la nigromancia. Esa oscura rama de la magia que se dedica a tratar con la muerte y los espíritus. Y es que, además. este tema está excelentemente tratado y explicado gracias al protagonista de la historia: Etham Loss, un personaje de aspecto tan triste y cadavérico como los muertos con los que trata a diario. Etham es un personaje que podríamos calificar como despreciable, ya que no tiene ningún tipo de remordimiento a la hora de conseguir lo que quiere. Además, prefiere vivir entre muertos, que tratar con los vivos, a los que ni respeta. Pero como él, toda la galería de personajes de la novela demuestran lo ruinegoísta y pecaminoso que puede llegar a ser el ser humano. Pero aún con todo, Daniel logra hacer que no lleguemos a odiar tanto como deberíamos a Loss. Que, cuantas más páginas leía, más me recordaba a John Constantine, el mago y experto en artes ocultas de los cómics de Hellblazer, aunque Loss, llega a una nivel más alto de sordidez que el fumador personaje inglés.



Empezaremos la historia al igual que Loss: confusos. Iremos averiguando poco a poco cómo es la vida de un nigromante, sus costumbres, qué pasó con Mara, y quién es Cornelius y su secta y lo que pretenden hacer. Nekromanteia es una novela que se toma su tiempo para presentarte este bucólico mundo, y que crea una atmósfera asfixiantes como pocas obras pueden llegar a hacer.

El mundo que nos presenta Daniel, es lo más oscuro que te puedas imaginar. Y para remarcarlo, el autor hace que el cielo siempre esté oscuro o nublado. Y si no, hará llover a cantaros para intentar limpiar un poco las sucias calles y las atormentadas almas que allí habitan.

En Nekromanteia descubriremos un Más Allá de lo más terrorífico, que sencilla y llanamente se traduce en la nada. Cuando una persona muere, va olvidándose gradualmente de lo que fue estar vivo hasta desaparecer por completo. No hay cielo ni infierno. Nada te espera al otro lado. Los nigromantes lo saben, y por eso Loss no acaba de comprender por qué Mara ha decidido quitarse por sí misma la vida. También es interesante conocer a los distintos tipos de no-muertos: desde los espectros, pasando por las sombras, los resucitados y, por supuesto, las larvas. Estas últimas son sin duda las criaturas más terroríficas de Nekromanteia y que son el temor de cualquier practicante de la nigromancia. Unas nauseabundas criaturas que no dejarán de acosar a Loss quien, al hacer uso de la peligrosa magia infernal, no hará más que aumentar que el número de larvas que lo persiguen aumente. Yo tuve el "placer" de conocer una de ellas antes de leer Nekromanteia gracias al relato del autor en Fantasmagoria, la fantástica antología espectral que coordinó hace poco Darío Vilas (Instinto de Superviviente, Absurdario).

Si por algo debemos alabar a Daniel, es sin duda por su esmero a la hora de documentarse. Y es que, salvo por algún detalle inventando, los rituales que invaden la lectura han sido sacados directamente de grimorios y tratados sobre el tema que, aunque el autor no ha puesto en práctica (aunque invita al lector a hacerlo y relatarle la experiencia), sí que han sido realizados a lo largo de la historia. Antes de cada capítulo, nos encontraremos fragmentos de las lecturas que el autor ha consumido antes de ponerse a escribir Nekromanteia, y cuyos títulos pondrá a la disposición del lector en el apéndice del final de la obra (seguro que terminaré leyéndomelos todos). Daniel tiene una forma estupenda de escribir y, sobre todo, de narrar escenas en las que destacan las realmente perturbadoras. Al igual que crear atmósferas malsanas y asfixiantes.

He de admitirlo: se me hizo bastante difícil la lectura de Nekromanteia. Lo cierto es que esta novela es bastante densa. Pero lo que hace realmente costosa la lectura es la forma en la que Dolmen ha decidido maquetarla para así hacer menos voluminoso el libro. Sin duda, prefiero que tenga más páginas y que las que tenga no sean un revoltijo de letras sin apenas interlineado (no estoy para sacrificar más mis retinas). Es una lectura que requiere su tiempo, la verdad. Pero que merece mucho la pena.

Muchos ya estaréis preguntándoos: "Vale,  muy bien todo. Pero si es de la Línea Z, ¿qué hay de los zombis?". Porque sí, en Nekromanteia hay zombis. Aunque no son los típicos que pueblan las novelas del catálogo de esta editorial. Sí, también veremos una especie de Apocalipsis Z algo especial. Y es que lo interesante aquí es ver como Etham no se sorprende cuando los muertos vivientes comiencen a pasear por las calles, a diferencia de los demás, quienes no tardan en dejarse apoderar por el pánico. Y es que, al ser un nigromante, ya está acostumbrado a verle la cara a la muerte a diario. Cierto que de haber sido editada en la línea Stoker (si esta hubiese salido a la luz con, o antes de Nekromanteia) no habría importado mucho, pero es bueno que el catálogo de la Línea Z siga acogiendo títulos como este que aporten más originalidad.

Si sois aspirantes a nigromantes o os encantan las historias de terror al más puro estilo Hellblazer no deberías rechazar el realizar este ritual.




1 comentarios:

Una excelente reseña, Rubén. Muy cuidada y precisa. Te lo agradezco infinito, y me alegro mucho de que la novela te haya gustado. Un abrazo.

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