Castle Rock Asylum

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lunes, 14 de enero de 2019

La Sala Común: American Horror Story-Apocalypse





Se dice pronto, pero la serie de terror antológica ideada por Ryan Murphy para el canal FX ya lleva tras sus espaldas ocho temporadas. Ocho propuestas que han ido logrando formar un fiel grupo de seguidores y conformando su propia cantera de actores recurrentes. Ocho entregas que han ido ofreciendo un poco de todo en su oferta de terror televisivo y que han creado un propio Universo que se ha cansado de conformarse con contados cameos o referencias. Con Apocalypse, llega también un crossover que enlaza la primera temporada y Coven con la trama propuesta para esta entrega... ¿Cómo les habrá salido la jugada?

Si bien Cult me resultó la temporada más desconectada de la saga, no niego que me tuvo cada semana pegado a la pantalla. Y me gusta sentir que Apocalypse funciona como su continuación, pues pasamos del temor a la presidencia de Trump a la vuelta del creciente miedo al final nuclear. El primer episodio de la temporada muestra muy bien esto (siempre con la óptica típica de American Horror Story que juega entre lo risorio y perturbador).




Los dos primeros episodios comienzan a trabajar una especie de distopía post-nuclear cuanto menos curiosa de asistir. Pero entonces llega el citado crossover con Coven y la serie no tiene ningún reparo en olvidarse de la trama que presentaba en un inicio.

Sin duda el caso de Coven es bastante curioso. Pues resultó ser una de las temporadas más "disfrutable" pero también de las más desaprovechadas. Como toda una Coven 2.0, Apocalypse se muestra como la continuación de esta entrega que continúa expandiendo su historia de brujas (y ahora brujos) a costa de "enterrar" bastante la propuesta Apocalíptica.

Mejor es el crossover con Murder House. Un enlace necesario para la trama, que no se alarga en exceso y que cierra el círculo iniciado en 2011.




Un gran problema que le encuentro a esta temporada, y que ya empezaba a notar en Roanoke es la decisión de la serie de mantener a los mismos actores en plantilla. Si bien estos encarnan nuevos personajes, si tenemos en cuenta los crossovers con Murder House y Coven (y hasta Hotel), hay actores que interpretan a hasta cuatro personajes en una misma temporada. Y lo siento, pero es algo que me quitó en bastantes ocasiones de la experiencia.

El gran acierto de esta temporada es el personaje de Michael Langdon. Encarnado principalmente por el actor Cody Fern. Él es la verdadera alma de la temporada. En sus primeros vistazos atrapa al espectador con su interpretación cuasi vampírica. Y cuando exploramos su pasado resulta bastante interesante esta aproximación al Anticristo del S.XXI... Pero, claro, recordemos que estamos ante Coven 2.0. Y la temporada se encarga de también dejarle de lado en pos de encumbrar a las brujitas.




Suelo encontrar un fallo común en esta serie al que he llegado a nombrar como "El Mal AHS". Y ese es en que parece que los guionistas se retan a ver cómo pueden fastidiar la serie en su recta final. Particularmente creo que Apocalypse se ha ganado el título del peor "Mal AHS", llegando a usar un bochornoso recurso argumental que llega a afectar a otras temporadas a parte de esta.

Al final da la sensación de que Apocalypse es un mal fan fiction y, por supuesto, la peor temporada de American Horror Story.





Lo Mejor: Su primer episodio y el dedicado a Murder House. Michael Langdon.

Lo Peor: Haberla convertido en Coven 2.0. Su recta final.



lunes, 2 de julio de 2018

Crítica Stake Land II: The Stakelander de Robert Olsen y Dan Berk




Hace ya ocho años que vio la luz Stake Land. Una película que parecía querer vivir de la resaca del Boom Zombi y pasar sin pena ni gloria. Pero resulta que la propuesta Jim Mickle y Nick Damici tenía más chispa de lo que parecía a simple vista. Ofreciendo tanto una gran película post apocalíptica, como Z, como de vampiros y Road Movie. Todo juntado y bien batido dio como resultado una recomendable película para dar a conocer a todo fan del fantaterror.

Seis años después y sin Jim Mickle (Nick Damici solo aparece en el guión), aparece esta continuación que tiene una gran sombra que superar con la primera Stake Land... Por supuesto, no la supera ni de lejos.




Volvemos al mundo de Stake Land, donde un Martin más adulto debe encontrar a su maestro para dar caza a la vampiresa que se lo arrebató todo...

Tan simple como suena o más. Es cierto que la primera Stake Land no era un vergel argumental. Pero por sí sola tenía suficientes puntos de originalidad como para poder defenderla. Esta secuela cae en la simpleza y se reboza en ella. Ni siquiera tener algo más de exposición de la historia de Mister compensa tragarse estos noventa minutos




Si la primera Stake Land era una serie B con cabeza, esta no logra quedar tan bien. Se nota la falta de medios. 

En la parte actoral, los actores protagonistas aún defienden bien sus papeles (Mister más que Martin) y los secundarios aún tratan de pasarselo bien (ojo a ese Larry Fassenden, cómo vive este género). Pero después tenemos a la sosa amenaza a batir y el conjunto se cae por las escaleras.

The Stakelander es una pésima secuela de una grata sorpresa. Un intento de estirar el chicle que carece de sabor alguno.




Lo Mejor: Mister.

Lo Peor: Desaprovecha todo lo que hizo grande a la original



lunes, 4 de junio de 2018

Crítica Un lugar tranquilo, de John Krasinski




Está claro que si te persigue el asesino o monstruo de turno, lo peor que puedes hacer es provocar cualquier ruido que delate tu posición. Esta regla del género de terror es la que John Krasinski decide que sea el núcleo de su película Un Lugar Tranquilo.

Es curioso que estemos ante un caso similar al de Jordan Peele y su Déjame Salir. Krasinski también es conocido por sus aportaciones al terreno cómico (sobre todo por su papel en The Office). Pero ha demostrado con esta película que tiene mucho que aportar al género.




Que una gran productora como es Paramount Pictures se atreva a realizar un gran estreno con una película de terror casi muda y que haya logrado convertirla en un éxito, es otra señal de lo bien que le está yendo al género desde hace unos cuantos años. También es una película de Platinum Dunes, que parece que ha madurado y ha dejado de lado los ya cansinos remakes/reboots de grandes títulos del género para apostar por nuevas historias como esta Un Lugar Tranquilo. En la que Krasinski escribe, dirige y protagoniza esta asfixiante propuesta de terror, drama y suspense post apocalíptico.

La película empieza situándonos 89 días después de lo que ha provocado que una familia que ha sobrevivido viva en el más completo silencio en un pueblecito entre bosques. Si no haces ruido, no te oyen. Y si no te oyen puedes seguir con vida...




Un Lugar Tranquilo sabe cómo mantener la tensión desde su brutal prólogo hasta su adrenalítica recta final. Se nota que esta es la tercera película de Krasinski, quien demuestra ya cierto bagaje detrás de las cámaras. 

La dirección es muy buena. Al igual que el trabajo del reparto. Del cual se logra arrancar gran complicidad para con el espectador. No por nada, Emily Blunt es también esposa en la vida real de John Krasinski. Y la joven actriz (Millicent Simmonds) sorda lo es también detrás de las cámaras. Incluso los otros dos jovencísimos actores están perfectamente dirigidos.




Con muy poco, Krasinski logra contar una notable historia post apocalíptica que engancha pero que no es perfecta (¿qué cosa lo es?). En el guión podemos encontrar grandes apuntes como el hecho de tener a una familia ya acostumbrada al silencio y la comunicación por señas debido a la sordera de uno de sus miembros o el no explicar todo de la voraz amenaza. Pero por la contra, hay grandes agujeros de guión. Siendo el mayor de todos el punto débil de las criaturas y el tener al personaje de Blunt encinta tras lo visto en el prólogo. Son pequeñas piezas que pueden desmontar lo que Krasinski trata de erigir. Aunque si las obviamos y nos centramos en disfrutar de la historia, el visionado será de lo más satisfactorio. Proporcionando al espectador un buen número de sobresaltos en este silencioso mundo.





Lo Mejor: El buen uso del suspense. 

Lo Peor: Algunas lagunas argumentales bastante sangrantes.



lunes, 9 de octubre de 2017

Reseña Fuego de Joe Hill






El ser humano es curioso por naturaleza. Tanto es así que entre las grandes dudas que nos carcomen desde hace siglos está el querer saber cómo acabará todo. Cómo será ese Fin del Mundo o Apocalipsis que borrará a nuestra especie del mapa como ya ocurrió con los dinosaurios. ¿Será otro implacable asteroide? ¿Una guerra mundial definitiva? ¿Una rebelión animal o robótica? ¿Será por culpa de la contaminación y devastación que causamos?...

Como dije, es una duda que no es nada nueva. Pero actualmente parece que cualquier día vamos a despertar descubriendo el cómo de nuestro Fin. Aunque hasta ese momento, tenemos las peculiares respuestas de gente como Joe Hill y su novela Fuego.

Hablar de este escritor es hacerlo, inevitablemente, de su padre. Y sí, ya es por todos bien conocido que Joe Hill es hijo de Stephen King. Esto causó revuelo en su día. Pero se descubrió cuando Joe ya había iniciado el solito su carrera como escritor sin necesidad de presentarse al amparo del éxito de su padre. Aún así, no puedo evitar comentar que en su extensa y variada obra. King, ya trató el tema del Apocalipsis en dos novelas. Una de ellas, precisamente titulada Apocalipsis (o La Danza de la Muerte), que liberaba un implacable virus gripal por el mundo que dejaba a los supervivientes protagonizando la eterna lucha entre el Bien y el Mal. Y Cell, su historia zombi con los teléfonos móviles como origen del apocalipsis antropófago.

Era cuestión de tiempo que Joe se atreviese a contar su historia apocalíptica. Y encontró la inspiración para idear la causa, investigando un poco sobre el preocupante tema del cambio climático y el fascinante mundo de la micología (de hecho, en su charla en el Celsius de este año, reveló la divertida anécdota de que tuvo que pedir ayuda a su madre, micologa, para que le ayudase a evitar que su padre usase los hongos en alguna de sus historias). A eso se le añade el gusto que siente hacia la serie The Walking Dead y el resultado de este curioso cóctel es Fuego.

Fuego nos sitúa en un mundo al borde de la extinción debido a una misteriosa espora que infecta a los seres humanos. La "Trichophyton Draco Incendia", mejor conocida como Escama de Dragón, llega a provocar la combustión espontánea de la persona infectada. Esta pandemia provoca grandes incendios por todo el mundo que amenazan con sumir la Tierra en ceniza... ¿Puede existir esperanza en este mundo de Fuego y Muerte?

Hill cumple a la hora de presentar su mundo apocalíptico. Pero lo hace ofreciendo un apocalipsis más "optimista" de lo acostumbrado. Claro que los enormes y rabiosos incendios y las decenas de personas infectadas con la Escama de Dragón que arden hasta los huesos siguen recordándonos que estamos asistiendo al fin del mundo tal y como lo conocemos. Pero parece que en esta historia la humanidad se resiste más de lo esperado. No solo tenemos a los típicos grupitos buscando su propia supervivencia. En el mundo de Fuego aún perduran restos de la sociedad que tratan de volver a sacarla adelante. Pero Fuego busca ser más una novela de personajes que una historia apocalíptica (que lo es). Por eso es tan importante que esta historia tenga a un gran protagonista. Y por suerte, Joe da en el clavo con la enfermera Harper. Personaje del que es difícil no encandilarse ya en las primeras páginas. Si no es el caso, tranquilo, porque Hill tiene espacio suficiente para desarrollar al personaje hasta las últimas consecuencias. Junto a ella observamos este nuevo mundo en el que trata de encontrar su lugar.

Alrededor de Harper se congrega un buen plantel de demás personajes que tienen más o menos que decir. Pero Hill parece haberse esmerado tanto en Harper que incluso logra que el Bombero (personaje al que hace referencia directa el título original, el cual me alegro que hayan cambiado para la edición española) acabe decepcionando al lector. Pero donde el escritor más falla en el apartado de los personajes es en cuanto a los villanos. Pasando de largo por ese ejercicio de querer emular a su padre a la hora de crear personajes tan "pintorescos" como El Hombre Malboro, nos encontramos con el personaje de Jakob. Alguien muy ligado a la vida de Harper que en la primera parte de la historia parece querer avanzar una implicación más vital y visceral en la novela. Pero que tristemente se queda en nada, echando por tierra tan buena base.

La Escama de Dragón es un concepto verdaderamente fascinante. El mundo de los hongos da para mucho y es pocas veces utilizado en la ficción (así a bote pronto solo pienso en el videojuego The Last of Us o la tercera parte de Apocalipsis Z). Está claro que Hill se ha documentado y respalda muy bien en la ficción esta espora tan letal y extraordinaria a la vez. Aunque al escritor parece que se le va la cosa de las manos a partir de cierto punto. Haciendo que la historia alcance con el hongo, unas cotas fantásticas que ni pedía la historia ni llega a justificarlas. Por lo que hace que afecte negativamente al conjunto.

Como ya he dicho, Fuego se presenta como una historia apocalíptica algo diferente. Más pausada. Tanto es así que la mayor parte de la obra se sitúa en un único lugar (y hay que tener en cuenta que hablamos de una novela de 816 páginas). Esto no llega a ser impedimento para que la novela se estanque y aburra al lector. Hill logra mantenerlo enganchado de diversas maneras. Aunque está claro que de esa forma las partes con más acción se sienten como un estudiado ejercicio de repetir un esquema argumental ya visto en otras historias. Esto se nota sobre todo en las últimas páginas, que alargan hasta el exceso el final de esta historia (esto sí que hace exasperar).




Todo esto hace que Fuego sea una novela bastante decepcionante si uno es lector habitual del autor. Sigue siendo una grata lectura, pero al creador de obras como El Traje del Muerto, Cuernos o NOS4A2 ya se le puede exigir mucho más. Pero visto de otro modo, puede resultar la ideal carta de presentación al profano (si no tenemos en cuenta su estupenda antología de relatos). Una especie de alto en el camino que el escritor se ha tomado y que esperamos que sirva de preámbulo para otra gran historia como solo este autor sabe idear.