miércoles, 9 de enero de 2019

Crítica El rito de Mikael Håfström


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Antes de empezar a daros mi opinión, tengo que reconocer que las películas de exorcismos no son mi punto fuerte. No sé, tienen algo que no me gusta, me suelen parecer todas iguales y no me suelen provocar ni el más leve atisbo de terror. Aun así, me gusta ver alguna de vez en cuando, y esta se ganó su visión al estar protagonizada por el gran Anthony Hopkins.

En ella, un seminarista americano, Michael, decide ir al Vaticano para asistir a un curso de exorcismos. Allí, su fe se tambalea y se replantea su futuro religioso. Todo cambia cuando conoce en Roma al Padre Lucas, un exorcista con métodos poco tradicionales.


Tengo que reconocer que me ha gustado, y me ha parecido un tanto diferente a las demás, sobre todo porque el tema de la chica poseída tiene más cosas detrás. Me ha fascinado, por supuesto, la ambientación, sobre todo por la casa llena de gatos del Padre Lucas. ¡Madre mía, allí estaría yo en mi salsa! 

El ritmo es pausado, pero en ningún momento se vuelve lento. Va dándote la historia a cuentagotas, para llegar a desbordar totalmente el vaso en el final. Como no podía ser de otra manera, Anthony Hopkins no decepciona y está maravilloso en su papel de exorcista. A veces, me llegaba a recordar en algunas escenas a su álter ego Hannibal, no sabías por dónde iba a salir.

Si os gustan las pelis de este tipo, no os va a defraudar, y si os gusta el terror en general, tampoco, porque resulta muy entretenida. Eso sí, tampoco esperéis algo inolvidable, pero vaya, es una compañera genial para un buen bol de palomitas y una manta, qué menudo frío está haciendo.

Lo mejor: Anthony Hopkins. La casa de los gatos.

Lo peor: los tejemanejes de la Iglesia.






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