miércoles, 25 de noviembre de 2015

La Cumbre Escarlata por Rubén "Reaper" González




Guillermo del Toro es uno de los directores más personales e imaginativos del panorama cinematográfico actual. Y tras el espectacular enfrentamiento entre robots y monstruos gigantes que nos mostró en Pacific Rim, todos teníamos muchas ganas de ver su nueva película. Sobre todo tras saber que volvería a tocar el tema fantasmagórico en una cinta de época y con un trío protagonista de lujo, conformado por Tom Hiddleston (Los Vengadores, Sólo los Amantes Sobreviven), Jessica Chastain (Interstellar, Lawless) y Mia Wasikowska (Alicia en el País de las Maravillas, Stoker).

Viajamos a la América del S.XIX para conocer a una joven (Mia Wasikowska) aspirante a escritora que se verá perdidamente enamorada de un joven aristócrata inglés (Tom Hiddleston). Pero lo que empieza como una preciosa historia de amor, resultará no ser tan distinta de las inquietantes historias que escribe Edith, cuando se vea obligada a descubrir los oscuros y pecaminosos secretos que se ocultan tras los muros de La Cumbre Escarlata.



El director mexicano nos propone una película que no dejará de homenajear en ningún momento a la literatura gótica, al cine de casas encantadas y la Hammer. Pero donde cualquier otro director se dejaría llevar por el homenaje, del Toro no olvida que quiere contar una historia (su historia) y no dejaremos de ver en La Cumbre Escarlata todos los elementos que hacen característico el cine de este gran director (incluso atreviéndose a auto homenajearse a sí mismo en varias escenas)

Si hay algo en lo que La Cumbre Escarlata brilla con luz propia, es en el apartado artístico. La película es una auténtica obra de arte en el que Guillermo cuida con mimo cada detalle. Desde el vestuario, la iluminación, los escenarios, haciendo gran hincapié en el diseño de la mansión y en los pequeños detalles y elementos que pueblan el metraje, por pequeños que sean.



Las actuaciones están a la altura de la producción. Destacando a la perversamente genial Lady Lucille Sharpe, interpretada por Jessica Chastain. y la BSO firmada por el paisano Fernando Velázquez (El Orfanato, Lo Imposible) nos regala una gran acompañante de las exquisitas imágenes que componen esta historia. De todos modos, no es oro todo lo que reluce. Y La Cumbre Escarlata flaquea, sobre todo, en el guión co-escrito junto a  Matthew Robbins y Lucinda Coxon. Un guión que flaquea bastante y es muy simple. Ojo, que sea simple no implica que sea malo. Solo que se habría agradecido una buena vuelta de tuerca que supusiese una verdadera sorpresa.

Como digo, el guión se deja entrever al poco de empezar la película. Aunque el propio director ya afirmó no haber estado inventando nada nuevo y en cualquier entrevista ya reveló las obras en las que se basa. Siendo una película a la que hay que seguir el juego y dejarse llevar por este cuento que el mexicano trata de contarnos. Olvidando las, no pocas, lagunas argumentales y fallas del guión. Si no, seguro que al espectador se le hará bastante complicado mantener la atención en la primera mitad de la película, hasta que los protagonistas lleguen a la mansión del título.



A pesar de que incluso la protagonista llega a decirlo nada más empezar el film. Siempre es bueno dejarlo claro para todo aquel que aún no se haya enterado y que luego pueda decir sentirse estafado. La Cumbre Escarlata NO es una película de fantasmas, sino con fantasmas. Los espectros de esta cinta solo sirven como advertencia para la protagonista y testimonio de los terribles actos y sucesos que se resisten a abandonar lugares como la citada mansión. Como no, el diseño de estos seres es grotescamente bello, con esas descarnadas figuras escarlatas, esas oscuras sombras de dedos esqueléticos o ese heredero del espectro de El Espinazo del Diablo.

No me atrevo a calificar la película como terror al 100%, ya que la película se apoya sobre todo en la relación de Edith y Sir Thomas y en el misterio que lo rodea a él y a su hermana, que en el terror que muchos esperan. Aunque para estos últimos, del Toro haya dejado unos cuantos jumpscares para hacer la cinta más accesible. No hay que olvidar que Universal Pictures puso en esta película unos buenos 55 milloncejos, por lo que tienen que tratar de contentar a toda clase de público.



La Cumbre Escarlata no ha sido la nueva obra maestra del director mexicano, pero a cambio, es la cinta en la que más se ha dejado llevar por el apartado artístico para narrarnos este cuento macabro de amor y muerte. A la espera estamos de ver en qué se embarca del Toro, que actualmente se encuentra esperando a que le den luz verde al rodaje de Pacific Rim 2. ¿Será la tercera parte de Hellboy que tanto demandan sus fans? ¿Retomará el proyecto de adaptar al maestro Lovecraft y su En Las Montañas de la Locura? ¿O se atreverá a contarnos una nueva historia original como la fantástica El Laberinto del Fauno o la que acabo de criticar? Solo el tiempo lo dirá.



Lo Mejor: La puesta en escena y los fantasmas que se pasean por el metraje.

Lo Peor: El guión lastra el resto de la película.




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