A quien aún no le suene este nombre, le insto a que se ponga al día con su
filmografía. Se trata de uno de los mejores directores del panorama cinematográfico actual. Especializado sobre todo en
thrillers. Aunque el año pasado se sacó de la manga la que, para un servidor, fue la mejor película de
2016:
La Llegada. Basado en un relato de
Ted Chiang, esta película trata el tema de contactos
alienígenas desde un foco tan intimista y trascendental que resulta harto curioso que se estrenase el mismo año que lo hizo
Independence Day: Contraataque.
Tras este excelente contacto previo con la
ciencia ficción, el público ya estaba más predispuesto a ver lo que tenía que ofrecer al Universo de
Blade Runner. Y el resultado ha sido mucho mejor de lo que avecinaban los tramposos
trailers.
Blade Runner: 2049 es una gran película (no perfecta) y digna secuela del clásico ochentero.
La mayoría de las alabanzas van, sobre todo, dirigidas a la impecable puesta en escena. La primera
Blade Runner ya nos maravilló con ese futuro tan peculiarmente sucio y bello. Una visión que creó escuela e influyó a no pocos directores, dibujantes y escritores que han seguido trabajando a partir de este mundo. Está claro que
Villeneuve es uno de esos artistas que quedó prendado por lo que vio en
1982 y se ha esmerado en trasladar todo lo posible la esencia y particulares de este futuro al de esta película. Porque, sí, está claro que es imposible no sentir lo que vemos como algo rodado en
2017. Pero también hay que tener en cuenta que la trama de esta película sitúa este mundo décadas después de lo visto en el
film original. Ojo, esto no significa que la tecnología que vemos llegue a extremos tan chocantes como lo que hizo
Ridley Scott en
Prometheus respecto a lo que vimos en
Alien: El Octavo Pasajero. Se da un pequeño salto adelante, pero sin escapar del todo de las pantallas y lo analógico por mucho coche volador que haya o hologramas gigantes que pueblen la ciudad.
La película goza de unos excelentes y exquisitos planos que son parte vital del encanto de esta película. Esto es gracias al trabajo del veterano director de fotografía
Roger Deakins (El Gran Lebowski, Skyfall), cuyas composiciones crean una experiencia visual imperdible (sobre todo en la gran pantalla).
No tardamos nada en volver a introducirnos en este universo y en asistir al argumento de esta película que ahonda más de lo que se podía pensar en un principio en el
film original. Si ya el emular todo lo que hace grande y especial a la cinta del
82 hará que bastantes espectadores del público general no entren como deberían en la
película. El hacer que sea tan necesario haber visto y disfrutado la primera
Blade Runner contribuye a poner en contra a gran parte del público a pesar de que esto contente a los verdaderos
fans.
Como ya se hizo con
Alien: Covenant. Se realizaron
unos cortometrajes previos al estreno de
Blade Runner: 2049. Pero, a diferencia del caso de la reciente película de
Scott. estos SÍ que son
complementarios a la película. No aprovechándolos para librarse de presentación de personajes y exposición de universo. Toda lo relacionado con la
Wallace Corporation y el
Apagón se presenta y explica tanto en la introducción de
Blade Runner: 2049 como a lo largo del film (lo que no impide que se pueda disfrutar de todos esos cortos. Sobre todo del animado por Shinichiro Watanabe).
Es cierto que el tono
noir que tanto caracteriza el
film original se diluye en esta película que decide tirar más por el
thriller y por una historia más global. Ya no se trata de perseguir a unos cuantos
Replicantes fugitivos. El caso que encara el protagonista puede trastocar los cimientos de esta sociedad. Esta temática se presenta y acepta sin problemas gracias a la experiencia de
Villeneuve en este género. Aún con algunos "trampeos" argumentales, la película mantiene un aura de continuo
misterio que mantiene al espectador atento. En la última parte también se insinúa una
sub trama más "comercial" pero que, por suerte, queda en un añadido más del conjunto.
Denis también sabe trasladar los profundos y transcendentales temas y conceptos que propuso la película original gracias al estupendo libreto escrito por
Michael Green y
Hampton Fancher (a partir de la idea del propio Fancher).
Blade Runner: 2049 es un agradecido
film en el hueco panorama cinematográfico actual (generalmente hablando). No hay que olvidar que estamos ante todo un
blockbuster que se permite tener durante
163 minutos al espectador haciéndose existenciales cuestiones a la par que nos ofrece esta historia de
ciencia ficción exquisitamente rodada.
Villeneuve ha logrado respetar a su aclamada predecesora y distanciarse lo suficiente como para poder aportar bastante a este Universo ya asentado.
Hablando sobre los personajes comentar que, al igual que la original,
Blade Runner: 2049 maneja un pequeño pero bastante sólido plantel. Lo que acaba siendo mejor que tener a un montón de personajes sin un propósito claro y sin que se aprovechen minimamente.
Ryan Gosling como el
Agente K está perfecto. Pues a pesar de no ser un actor que derroche talento interpretativo, deja bien claro que es el ideal para personajes taciturnos y con un aura de misterio. Imposible no pensar en su papel en la magnífica
Drive cuando se visiona
Blade Runner: 2049. Además, creo que el personaje de
Gosling tiene más capas que el de
Deckard. Tanto al principio como, sobre todo, en la parte final lo siento más profundo. Sus motivaciones y cuestiones existenciales son mucho más demoledoras. Amén del curioso y desconcertantemente bello romance con
Joi (una irreconocible Ana de Armas que ya ha dejado atrás su imagen de "cara bonita" televisiva y está más que preparada para su desembarco Hollywoodiense).
Se agradece el breve papel de
Dave Bautista, quien poco a poco va afianzándose su reciente carrera actoral (no olvidéis ver el cortometraje dedicado a su personaje).
Robin Wright es un soplo de aire fresco teniendo en cuenta que su personaje podría haber vuelto a caer en el cliché del "Comisario de los ochenta" como ya pasó en la cinta original. Muestra una buena relación y química con
K.
Entramos en un terreno más peliagudo al hablar de los "villanos" del film. Si la primera
Blade Runner nos sorprendió con esos seres artificiales que tan solo buscaban existir (sobre todo con Roy Batty y su inolvidable monólogo). Aquí la cosa puede quedar bastante a deber. El personaje de S
ylvia Hoeks, aunque deja bastante clara su naturaleza
Replicante, no pasa de ser el "villano físico" de la película. Aunque el caso más sangrante está en el
Wallace de
Jared Leto. Personaje que podía haber redimido de todo al actor tras su
Joker en
Escuadrón Suicida.
Wallace supone un drástico cambio de la figura de
Tyrell. Aunque compartan unas ambiciones semejantes, las de Wallace tiran por caminos más turbios. Además, todo en él transmite un aire
mesiático bastante interesante. El problema está en que sus apariciones son contadas y bastante contenidas. No pudiendo llenar este gran vacío de la película.
Para muchos seguro que el gran reclamo de visionar esta
secuela era el volver a ver a
Rick Deckard.
Harrison Ford sigue revisitando sus iconicos personajes. Tras decir hola (y adiós) a
Han Solo en
Star Wars: El Despertar de la Fuerza y antes de volver a embarcarse en la quinta aventura arqueológica de
Indiana Jones. Tenemos a
Ford de vuelta en el rol del trágico y malhumorado ex-
Blade Runner. Y su aportación a la película no cae en lo gratuito. Como ya he dicho,
2049 conecta directamente con la película original. Y el personaje de
Deckard es otra pieza clave. Y, ojo, como bien dicen "lo mejor se hace esperar".
La película cuenta con un par de geniales
cameos de dos conocidos personajes del film ochentero (el segundo cameo es el más rompedor).
Quien recuerda
Blade Runner recuerda su inolvidable
BSO.
Vangelis hizo de esta un personaje más que era eterno compañero de los destrozados personajes y la triste y sucia ciudad en la que se movían. En esta ocasión, los encargados de poner música al asunto son
Hans Zimmer y
Benjamin Wallfisch. Su trabajo es correcto, pero tristemente no llega a esos niveles que muchos le exigimos (a parte de que parece Zimmer vuelve a desatar su manía de meter ensornecedores "
Inceptions").
Está claro que los pocos aspectos negativos son
pecata minuta a la hora de disfrutar de
Blade Runner: 2049. Muy pocos eran los que apostaban de verdad por esta secuela que podía haber salido peor pero no mejor.
Denis Villeneuve ha demostrado ser el hombre ideal para llevar este mundo, personajes y cuestiones a nuestro siglo. Tanto es así que parece que esta película va a correr la misma suerte que su predecesora (no le ha ido tan bien en taquilla, mejor en crítica. Aunque lo más seguro es que vaya remontando año tras año gracias al mercado doméstico y al boca a boca).
Ahora queda cruzar los dedos para que a
Villeneuve se le permita cumplir su otro gran sueño con el cine
sci-fi: Una nueva adaptación de
DUNE. Tras ver
Blade Runner: 2049 uno no puede evitar salivar pensando en lo que sería ver su
Arrakis en la gran pantalla.
Lo Mejor: El espectáculo visual. Tener un Blade Runner en este siglo tan cuestionable cinematográficamente hablando.
Lo Peor: Algún "trampeo" argumental. Los antagonistas. La BSO no pega con la fuerza necesaria.