Castle Rock Asylum

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viernes, 30 de marzo de 2018

Crítica Pacific Rim: Insurreción de Steven S. DeKnight





Solo un director tan personal como Guillermo del Toro podía realizar una película con robots gigantes luchando contra monstruos de su mismo (o mayor) tamaño y hacerla única y memorable. Está claro que Pacific Rim bebe de infinidad de influencias. Del Toro para nada oculta que estamos ante todo un homenaje al género Tokusatsu, Kaiju Eiga y Sentai. Pero esto no impide que el mexicano pueda aportar su propia historia y mitología (los Kaijus que vemos llevan rondando la mente de Guillermo desde temprana edad).




Por desgracia, Pacific Rim no fue el taquillazo que se esperaba en Estados Unidos (Guillermo del Toro confiaba en este film para volver a tener el beneplácito de los grandes estudios). Pero en taquilla internacional (sobre todo oriental) la cosa cambiaba. Logrando los beneficios suficientes para que la idea de una secuela no se antojase tan irreal. Por desgracia, hemos tenido que esperar cinco años para verla y, además, sin Guillermo del Toro tras las cámaras (y la ausencia de otros nombres que hicieron grande la película original). Aún con todo, las ganas de disfrutar de una nueva dosis de colosales batallas entre semejantes titanicos seres, logró que superase mis temores al desganado producto que parecía vendernos la campaña publicitaria. Y, aunque mentiría si no está claro que a esta película se le ven las costuras a leguas, no voy a negar que Pacific Rim: Insurreción funciona de maravilla como secuela de disfrute y puerta abierta a la continuidad de la franquicia.

Estaba claro que la cosa no iba de superar a del Toro y su película. Tarea que se antoja harto imposible. Por lo que Insurreción trata de distanciarse bastante (aunque no del todo) y buscar su propia fórmula mucho más ligera y desenfadada. Y que resulta ser muy autoconsciente de su lugar respecto a la película original. Steven S. DeKnight, en su debut cinematográfico, trata de no arriesgarse demasiado. Pero no olvida divertirse con el producto que tiene entre manos.




El afán de Insurreción por distanciarse cautamente de la primera película de Pacific Rim queda ya patente en la decisión de situar su trama una década después de que los héroes del Shatterdone cancelasen el Apocalipsis. En los primeros minutos parece que tendremos un buen vistazo de este mundo que ha sufrido bastantes cambios a lo largo de las películas. Pero esto pronto se deja de lado... Bueno, pronto no. Pues la primera parte de la película aún se toma su tiempo para presentarte personajes y situaciones (con no mucho acierto, la verdad). Todo esto "aderezado" de una sobrecarga de exposición que resulta bastante cargante. Se puede entender ese breve resumen introductorio (siempre hay quien puede adentrarse en una película sin saber que precede a otra estrenada hace unos años), pero tampoco es necesario que nos bombardeen con datos y referencias que hacen que dudemos si esta película quiere mantener a los espectadores que estaban aquí junto a Guillermo del Toro.




Pasado este trecho, la película no tarda a entregarse al espectáculo que el espectador debería buscar en este propuesta. Está claro que en este apartado es donde Insurreción más brilla. Porque en esta ocasión, podremos disfrutar del todo de las titánicas batallas. El equipo de efectos especiales no ha tenido ningún temor a la hora de hacer que casi todas estas escenas ocurran a plena luz del día. Algo que en el film original no ocurría (siendo una de las mayores quejas de los detractores). Lo que se junta al nuevo diseño de los robots gigantes (Jaegers). Más estilizado que los Titanes de la cinta de del Toro. Aunque se debería sentir como una evolución natural, es imposible no recordar que todo lo que cambia Insurreción, hizo memorable la primera Pacific Rim (la oscuridad acrecentaba una atmósfera opresiva y lo aparatoso en el tamaño y las formas de los Jaegers transmitía esa sensación de asistir a enfrentamientos colosales).




Tenemos la vuelta de unas cuantas caras conocidas del film original (por desgracia no tenemos ni cameo de Ron Perlman). Pero el plantel busca renovarse con rostros más jóvenes. Algo que se lleva mejor de lo que temía en un principio. La mayor parte de los personajes son estereotipos o apenas pasan de actuar a modo de figurantes, sí. Pero al menos no roban más tiempo en pantalla del necesario ni se hacen tan cargantes como los que nos echan a la cara en otras franquicias. John Boyega lleva mejor de lo esperado el papel protagonico. Disfrutando de un personaje que resulta más atractivo que el del desaparecido Charlie Hunnam y que forma parte de ese interés en distanciarse de la anterior película y buscar su propio camino. Además, Boyega logra que Scott Eastwood no se sienta tan perdido como en otras recientes películas en las que se ha implicado el hijo del gran Clint.

Aún en su simpleza argumental, Pacific Rim: Insurreción logra esconderse algún que otro as bajo la manga (como ese giro argumental con el antagonista que, por desgracia, no quisieron o supieron aprovechar del todo). Y allana muy bien el terreno para una tercera entrega (que quizás pueda retomar del Toro) que expanda aún más colosalmente la saga (llegando a poder realizar ese soñado crossover con el Godzilla y Kong del MonsterVerse).




Lo Mejor: Los titánicos versus. Lo autoconsciente que es.

Lo Peor: Es imposible no echar de menos a Guillermo del Toro.



miércoles, 28 de marzo de 2018

Crítica Inside, de Miguel Ángel Vivas



No sé ni cómo empezar a dar mi opinión sobre esta película. El caso es que la vi porque mi chico le tenía ganas, y como no le hago ascos a nada, pues me pareció estupendo. La trama comienza con un accidente de tráfico, en el que una chica embarazada pierde a su pareja y padre de su hija. Meses después, la chica está a punto de dar a luz, pero todo se complica cuando una mujer se mete en su casa en mitad de la noche para robarle a su bebé.

Vale, empezaré diciendo que es una adaptación de una película francesa que no he visto, pero que tampoco pienso ver después de hacerlo con esta. No he visto tía más tonta que la protagonista de esta película. Vamos a ver, alma de cántaro, han entrado en tu casa, te han herido, la golpeas y... en vez de salir corriendo para la calle ahora que la tienes medio noqueada, te vas para arriba y te metes otra vez en la casa. Claro que sí, venga. Sin contar con que, cuando consigues escapar mientras te persigue, con un pedazo de jardín enorme, tú te pones, con un bombo de nueve meses, encima del plástico de la piscina. ¡Ays, que me hundo! ¿Sí? Ainss, mira tú qué sorpresa... En fin, que como veis, la chica no destaca mucho por su inteligencia.


A mí me ha parecido una versión mala de La tutora creada para las soporíferas tardes de multicine de Antena 3. Es de estas películas que te tienen todo el rato diciendo "mira, que la mate ya de una puta vez o la mato yo". Pero bueno, para ser justos con la chica, diré que su madre, la poli, sus vecinos e, incluso la asesina, tampoco me parecen a mí de los que aprobaban a la primera. La Virgen Juana, cuánto cúmulo junto de malas y absurdas decisiones.

Si no me hubiesen chirriado tanto las acciones de los personajes, me habría parecido una película entretenida, de estas que te pones para pasar un rato sin comerte la cabeza. Pero teniendo en cuenta que estuve todo el rato de los nervios porque me tenían al borde del ictus cerebral, no puedo recomendarla esta vez.

Lo mejor: Las mil formas de matar a la protagonista que te imaginas.

Lo peor: Las decisiones absurdas que no paran de tomar los personajes.


lunes, 26 de marzo de 2018

Reseña Paradoja en Renfield Street de Lluís Rueda






Cada vez son más los autores que, cansados del ninguneo y demás injusticias que realizan las grandes editoriales, deciden apostar por la creación de nuevas editoriales que no repitan los tantos errores y malas prácticas que siguen haciendo que la literatura de género (y general) en nuestro país esté tan estancada. Que apuesten del todo por las nuevas voces literarias y no teman a la hora de tratar de innovar o cruzar nuevos horizontes. Tal es el caso de Lluís Rueda y su editorial Herme Naute, que ya lleva unos añitos editando unas cuantas atractivas propuestas literarias en sus diferentes sellos editoriales. Tal es el caso de la novela que nos ocupa, que resulta estar firmada por el propio Rueda.

No voy a negar que eso de que el propio editor se publique puede llevarnos a mal pensar en un inicio (y más si tenemos en cuenta a cierto editor de cierta megalítica editorial de y sus cuestionables obras). Pero si uno se para un momento a seguir la pista a Lluís, no le será difícil comprender que estamos ante un autor que no busca lo fácil ni convencional. Y que para nada se aprovecharía de su posición para ello. De hecho, el mismo Rueda decidió no dividir la novela en tres tomos (práctica que más de uno no dudaría en hacer para tratar de arañar más bolsillos) y mantener su Paradoja en Renfield Street como una propuesta de 550 páginas sin ningún temor.

Está claro que Paradoja en Renfield Street busca ser la Ilíada particular de Lluís Rueda. Una verdadera odisea literaria donde el autor pondrá a la palestra todo su buen hacer, influencias, homenajes, manías y propuestas para confeccionar un glorioso tapiz literario que comienza con un extraño suceso que ocurre en el hogar de un joven escocés.

Este particular inicio viene a imponer el extravagante tono que desprende la novela. Donde todo puede ocurrir (y ocurrirá). Y lo que empieza por todo lo alto, sigue buscando superarse a lo largo de la obra.

La mezcolanza de géneros que conforman Paradoja en Renfield Street hacen que la propuesta pueda ser disfrutada por más lectores que los habituales al género fantástico y de terror. Y en su núcleo, esta historia no deja de ser y homenajear a las adrenalíticas aventuras escritas que acabaron fundando lo que hoy día conocemos como literatura Pulp. Este ambiente de folletín se siente con mas fuerza en las dos grandes partes de la novela. Es así, como Paradoja en Renfield Street busca, sobre todo, entretener. Lluís Rueda se esmera a la hora de no dejar apenas respiro al lector. Pues a pesar de la gran aventura que acaba de redactar, una aún más grande espera en los siguientes capítulos (y en los siguientes...). Es increíble como el autor puede superarse a la hora de idear todos los fantásticos sucesos que esperan en las páginas de esta novela. Al igual que lo es descubrir todas esas referencias al folklore mundial y apariciones de personajes históricos y de leyenda. Lluís hace suyo todo esto a la hora de enriquecer su relato.

Aunque al principio pensaba que el tema espacio-temporal me iba a superar. Resulta que, aunque es vital para la existencia de la historia, la Paradoja que da titulo a la obra solo busca presentarse pero no dedicarle más espacio y dedicación de lo necesario. En mi caso, esto ha sido de agradecer.

Si algo le achaco a la novela, es el no lograr que sus personajes hayan calado en mí. A excepción, claro está, de cierto gran personaje femenino que aparece en el último arco argumental de la obra. Los demás me parecen bastante caricaturizados. Esto puede que venga influenciado por el interés a que se mantenga del tono el aire Pulp. Pero llegados a cierto punto dejan de ser creíbles. Comprendo que en la primera parte de la historia, todos los personajes se embarquen en cierta farsa que tiene peso narrativo. Pero después hay muchos que no justifican que mantengan cierto tono a la hora de hablar y formas de ser. Quizás por ese motivo me haya gustado tanto el personaje que mencioné antes y que resulta que se ve inmersa contra su voluntad en todo este paradójico embrollo.

Si buscas embarcarte en una gran aventura literaria que abarca varios siglos y cientos de peligros de este y otros mundos, no dudes en adentrarte en la Paradoja que te propone Lluís Rueda.



viernes, 23 de marzo de 2018

Reseña Alerta Z: Ébola, de Xevi Vila





Sinopsis:

Sigue el día a día de un grupo de supervivientes al apocalipsis zombi desatado en España por la mutación del virus del ébola que convierte a todo aquel que perece o se contagia en una máquina de matar hambrienta de carne humana.Vive, en primera persona, las aventuras de un doctor que consiguió escapar a tiempo antes de que el hospital Carlos III de Madrid fuera sellado por las autoridades. Desde ese preciso momento la vida se convirtió en una lucha constante por la supervivencia. Un combate a muerte donde muchas veces, el peor enemigo del hombre es el propio hombre.Una familia a la que proteger, se convierte en el más valioso de los tesoros en este nuevo y desolado mundo. Pero a su vez, puede convertirse en la peor de las pesadillas. Una historia que va más allá de la vida y la muerte, que une a ambas y te atrapa en una trama que nos lleva a descubrir lo peor de cada ser humano, la bestia que llevamos dentro y que hará cualquier cosa por seguir viva. Este es su diario personal y solo tiene un único objetivo: Sobrevivir.

Opinión:

El género Z es uno de los que más disfruto, y ya tuve la ocasión de leer la segunda parte de esta saga, Alerta Z: Renacer, hace algún tiempo, así que no podía dejar escapar la oportunidad de ver el comienzo el todo.

En formato de diario, el protagonista (el cual no llegamos a saber el nombre) nos cuenta su vida desde el inicio del fin del mundo como lo hayamos conocido a causa de un extraño virus que transforma a las personas en máquinas de matar. 

La historia de los orígenes del virus me ha gustado mucho. Me ha recordado a las películas del antiguo  George A. Romero mezclado con un toque de serie B: meteoritos, emplazamientos secretos y científicos malvados.
También que haga la cronología del origen del brote, remontándose a la Guerra Civil Española, lo que he encontrado de lo más fascinante. 

La narración es sencilla, sin adornos. Va al grano (o a las vísceras), por lo que su lectura se hace amena y entretenida. 
A través de las páginas vemos como el protagonista cambia, pasando de ser una persona normal y corriente a tener que tomar difíciles decisiones de las que dependerá la supervivencia de sus seres queridos.

Otra cosa que me ha llamado la atención es la evolución de los propios zombis, pasando de los infectados sedientos de sangre a un tipo parecido al que encontramos en el videojuego The Last of Us: y es que no solo son contagiosos por culpa de una mordedura. Es la primera vez que encuentro este elemento en una novela y la verdad es que lo he he encontrado muy interesante.

También me ha gustado ese toque de humor negro que Vila ha impregnado en las situaciones, como en la ermita; al igual que he disfrutado con los momentos más crueles, donde el autor no escatima en describir todo lo que les ocurre a los pobres supervivientes.

Y es que, como ya hemos visto con anterioridad, el ser humano suele ser un villano mucho más despiadado que los no muertos, dispuesto a violar, torturar y asesinar a los pobres inocentes que se encuentran a su paso.
A todo esto es a lo que se debe enfrentar el grupo que acompaña al narrador, de los cuales veremos sumarse y restarse gente, tratando de sobreponerse a las duras pruebas que Vila les tiene preparadas. 

Los únicos peros que le he encontrado es la facilidad que tienen en encontrar armas y munición, que aunque esté explicado no me resultaría extraño en USA, pero al ubicar la acción en Catalunya se me hace raro, y que al ser en formato diario, le quita algo de sorpresa a la historia, cosa que no ocurre con su segunda parte todo el autor nos deleita con unos buenos giros narrativos muy inesperados. A pesar de ello, tiene más de una situación que no me esperaba que no voy a destapar y que afecta a los cambios que vamos viendo en los personajes.

En definitiva, Alerta Z: Ébola es un diario de supervivencia en un mundo de muerte entretenido, con un ritmo rápido y disfrutable al 100%.

¿Lo recomendaría?

Sigue siendo novedoso y entretenido. Con un ritmo trepidante que hace que lo devores (y nunca mejor dicho) en dos días. 
Si te gustan los zombis, resulta imprescindible.

Gracias a Xevi Vila por darme la oportunidad de leer su obra.



miércoles, 21 de marzo de 2018

Crítica The Babysitter, de Joseph McGinty Nichol




Cole es el único chico de su edad que aun sigue teniendo niñera. Pero vamos, puede considerarse afortunado porque, además de estar como un queso, la chica es divertida y no lo trata como a un crío. Una noche que se queda bajo su cuidado, Cole se hace el dormido para descubrir que su tierna babysitter acaba de cometer un terrible crimen en el salón de su casa. Con esta premisa, no me la podía perder.

La verdad es que la cinta es entretenida a rabiar, sangrienta y divertida a partes iguales, y nos lleva de vuelta a nuestra infancia, donde algunos soñaban con esta niñera y otras soñábamos con hacer ritos satánicos en el salón.




La verdad es que el personaje de Samara Weaving me ha encantado, pues se aleja bastante del típico cliché de rubia tonta de este tipo de películas. Es sexy a rabiar, pero también es inteligente, malvada y divertida. Vamos, una bomba de mujer que hace las delicias del espectador. Cole no se queda atrás, no me ha parecido un chiquillo de estos que te dan ganas de collejear en cada escena. Ambos hacen un tándem perfecto.

Como he dicho antes, es muy entretenida, se pasa volando, y la trama es tan predecible (al igual que el final) que resulta deliciosa. Es perfecta para cualquier tarde de domingo con palomitas, amigos y muchas ganas de matar.

Lo mejor: Samara. El sótano arácnido.

Lo peor: El final demasiado típico en este tipo de pelis.







lunes, 19 de marzo de 2018

Reseña Last Hero Inuyashiki de Hiroya Oku





Puede que el nombre de Hiroya Oku no os diga mucho, pero si menciono su Magnus Opus: Gantz. La cosa cambia, ¿verdad? Un obra que inició su andadura en las viñetas en el año 2000 y que finalizó en 2013, recopilando 37 tomos de manga. Además de ser una de las franquicias más populares del mundillo. Dando pie a una breve adaptación en formato anime, varias películas (live-action y una reciente en animación digital), spin-offs y gran cantidad de merchandasing. Enmarcado en el género seinen (manga orientado a lectores más adultos), la trama de Gantz no se cortaba nada a la hora de dar rienda suelta a la violencia y sexualidad explícita que acabaron por caracterizar la obra y a su autor. En medio de este festival de excesos, Oku nos propuso una adictiva historia de ciencia ficción, acción y supervivencia que fue degenerando cada vez más (pudiéndose llegar a comparar con Perdidos). No son pocos los que salieron decepcionados de la lectura de Gantz y que iban a mirar con más reticencia la próxima obra del autor que no tardó en descubrirse con el título de Last Hero Inuyashiki.





A priori, Last Hero Inuyashiki bien podría no distanciarse tanto de Gantz. La premisa parte de un elemento sci-fi (aunque pronto descubriremos que esto no es más que una excusa argumental que apenas tiene relevancia en la historia) y se ambienta en el Japón actual. Pero por suerte, ya tan solo por el protagonista de la historia, logra distanciarse bastante de la brutal locura de Gantz. Porque Last Hero Inuyashiki trata sobre un avejentado padre de familia que se parte el espinazo por una mujer e hijos que parecen no apreciar el gran hombre que trata de cuidar de ellos. El destino se ceba con Inuyashiki cuando le dan la peor noticia de todas: Tiene los días contados. Por suerte (o por desgracia), un extraño evento en el que se ve inmerso parece que lo ha salvado de la muerte al sustituir su frágil cuerpo por uno robótico con extraordinarias habilidades... ¿Cómo afectará esto a la vida de Inuyashiki?

Last Hero Inuyashiki no podría tener mejor arranque. Aprovechando un agradecido tono costumbrista que se ve alterado por el accidente que le proporciona el nuevo cuerpo a Inuyashiki. En estos capítulos, Hiroya Oku se distancia de los excesos de su anterior obra para centrarse a la hora de abordar esta interesante trama que perfecciona esa dura crítica a la sociedad nipona que se diluía entre tanta batalla y desnudo gratuito de Gantz.




Por desgracia, y aunque Last Hero Inuyashiki no acabe por transitar los convulsos senderos por los que transcurría la anterior obra de Oku, llega a un punto en el que el autor decide poner el piloto automático y no seguir apostando por la estupenda premisa inicial y personaje protagonista. Y esto viene con la llegada de un personaje que se presenta como el villano de la historia. Pues resulta que el anciano no fue el único que cambió en el accidente. Otra persona ha recibido un cuerpo robótico. Se trata de un adolescente que, a diferencia del viejo Inuyashiki, se beneficiará de sus poderes y habilidades para dar rienda suelta a sus más bajos instintos. Aunque cliché, creo que resulta necesario que en una historia de estas características (no deja de ser una revisión del popular genero superheroíco) aparezca una buena némesis del héroe que haga sacar lo mejor del personaje poniéndolo tras las cuerdas. El problema viene cuando Oku decide centrarse al completo en este individuo olvidándose por momentos del personaje que da titulo al manga. Esto parece venir debido al prototipo de personaje que tanto creó el autor para Gantz: el adolescente edgy. A Hiroya le gusta tanto este tipo de personajes que por muchas atrocidades que cometa se encarga de dedicar capítulos y capítulos a tratar de justificar al personaje. Una labor que, al menos en mi caso, cae en saco roto. Pues abandona quien debe ser el motor de la historia para darnos una excusa personificada para poder mostrar el máximo de escenas de acción posibles.

Los elementos sci-fi están estupendamente trasladados a la historia. Hiroya Oku se esmera al presentarnos su particular versión de Astro Boy, aunque decide (sabiamente) no dedicarle más atención de la necesaria. Lo que podría haber afectado al tono general de la historia.




El estilo de dibujo resulta ser de lo más "realista" que podemos encontrarnos. Pues Hiroya gusta de utilizar elementos digitales a la hora de realizar las viñetas. Siendo de gran ayuda a la hora de caracterizar al relato de cierto aire "realista" y dramático al poder mostrar expresiones más humanas en sus personajes.

A pesar de mi descontento por el rumbo en el que el autor encamina su historia a partir de la aparición del villano. Last Hero Inuyashiki no deja de ser un manga totalmente recomendable que tiene la ventaja de estar completo (y editado en nuestro país por la estupenda editorial Milky Way). Con un tratamiento más serio que la anterior obra de Oku (comentar que en varias ocasiones, utiliza este manga como "escaparate" de Gantz) y suponiendo una gran alternativa ante la oleada de historias de género superheroíco (el manganime ya tiene dos grandes pilares en este género: One Punch Man y Boku No Hero Academia).




P.D: Last Hero Inuyashiki ha sido adaptado en formato anime y el 20 de abril estrenará su película live-action. Por lo que no hay excusa para disfrutar de esta historia.








jueves, 15 de marzo de 2018

La Sala Común: Buffy, cazavampiros, T.2



Como ya os comenté en mi reseña de la primera temporada, es para matarme, pero es la primera vez que veo esta serie. Y todo gracias a mi medio limón, Tony, que me dijo que iba a encantarme. En esta segunda temporada, que hemos devorado hace poco, Buffy tiene que enfrentarse a dos vampiros malvados que llegan a Sunnydale, Spike y Drusilla. Tengo que decir que soy poco espabilada y, chafardeando por la red, me comí todos los spoilers posibles sobre Buffy y Spike, por lo que lo relacionado con estos dos ya no va a pillarme de sorpresa. Por otro lado vuelve Angelus, la faceta demoníaca de Ángel, que pierde otra vez su alma tras acostarse con la chica. Vamos, que a la pobre la mira un tuerto esta temporada.



A Willow le sonríe la suerte, por fin, y se enamora de Oz, un personaje que ha entrado por la puerta grande (y espero) para quedarse porque es que ME ENCANTA. Hacen una pareja adorable y, por supuesto, nada normal, pues el chico, digamos, no está muy alejado tampoco del mundo sobrenatural... Muy normales no son tampoco Xander y Cordelia, que también dejan salir a la luz (o no tanto) sus bajos instintos. Una pareja insoportablemente adorable que pone el punto cómico entre tanto drama. Porque vamos, si algo tiene esta temporada, es drama.




Es bastante más larga que la anterior, pero aun así sigue siendo entretenida y muy variada, porque otra cosa no, pero hay de todo: vampiros, hombres lobos, zombies, robots... vamos, que tiene bichos para todos los gustos. Muy destacable el capítulo de Halloween, donde se ve Willow como realmente es: espectacular. Pues sí, me gusta mucho más que Buffy. Tampoco puedo despedirme sin mencionar a Kendra, la otra cazadora de vampiros que dura menos que el pene de Nacho Vidal dentro de los pantalones.



Una serie que, tal como imaginaba, me está encantando y que recomiendo a todo el que no la haya visto. A los que la vieron en su día, recomendarles una revisión, aunque sea por añoranza de aquellos maravillosos años.



Lo mejor: Halloween. Frankenstein. Willow y Oz. Giles.



Lo peor: Buffy y su madre xD




martes, 13 de marzo de 2018

Reseña El Asombroso Cabeza de Tornillo y otros objetos extraños de Mike Mignola





Hay autores a los que da gusto leer. Sin duda, Mike Mignola, es uno de esos. Prodigándose, además, en los dos grandes ámbitos del cómic: guión y dibujo. Siendo una total gozada cuando Mike puede firmar por completo la obra. Como es el caso del cómic que nos ocupa. El Asombroso Cabeza de Tornillo y otros objetos extraños. Una antología de historias ajenas al "Hellboyverse" y otras franquicias del autor que juega con enfoques más curiosos y esperpénticos a los que ya nos tiene bien acostumbrados el estadounidense.

La obra inicia con la historia que da título al compendio (Cabeza de Tornillo). El perfecto ejemplo de cómo Mignola puede sacarse de la manga "otro Hellboy" sin ningún problema. En este caso nos encontramos con un robot de cabeza atornillada y cuerpos intercambiables al servicio del presidente Lincoln para detener cualquier amenaza mística y sobrenatural. 




Aunque es la historia que más cantidad de páginas ocupa, no deja de tener un número que no debe pasar de los cincuenta. Y en esa extensión, Mignola da las suficientes pinceladas a un universo tan estrambótico como fascinante y que se enmarca en un ambiente victoriano que enriquece aún más el Universo de Cabeza de Tornillo.  

Es el doble de curioso saber que esta historia apenas resulta ser un capricho personal del autor, quien fantaseaba con la idea de realizar su muñeco deseado (de ahí lo de los cuerpos intercambiables). Esto no llegó a realizarse, pero sí que Cabeza de Tornillo se llevó el Premio Eisner de 2003 a Mejor Historia de Humor e incluso casi se adapta en formato televisivo animado (aunque no pasó del piloto, el cual debería visionarse tanto si se ha leído la historia original como si no. Pues muestra algunos cambios y añadidos con respecto a esta).

Abu Gung y las Judías Mágicas se presenta como una reinvención del cuento clásico que sirve, además, como historia infantil del prototipo de héroe salvaje de la edad dorada del Pulp. Sigue trabajando ese endiablado tono humorístico que inició Cabeza de Tornillo, además de que su protagonista está ligado a la trama de la primera historia.




El Mago y la Serpiente sin duda es la historia más enternecedora. Pues resulta que nace de una idea que dibujó la hija de Mike Mignola a la edad de 7 años. Una fábula moderna que trata temas tan trascendentales como el amor, la vida, la muerte y el recuerdo.

La Bruja y su Alma es la historia que más se siente de relleno. Bastante simplona y que sin el particular estilo de dibujo de Mignola habría acabado siendo del todo olvidable.




El Prisionero de Marte vuelve a poner por todo lo alto la antología. Pues, además de recuperar un personaje de Cabeza de Tornillo (lo cual ayuda a definir mejor este particular Universo), vuelve a explotar esa fantástica vena Pulp que Mike tiene grabado a fuego en su ADN de autor. El Prisionero de Marte perfectamente podría haber aparecido en un ejemplar de Weird Tales firmado por un tal Lovecraft

El tomo finaliza con En la Capilla de los Objetos Extraños. Una sucesión de viñetas mudas que funciona como epílogo al conectar todas las historias. Siendo el broche de oro perfecto para finalizar la lectura de El Asombroso Cabeza de Tornillo y otros objetos extraños.

Como es habitual en las ediciones de Norma Editorial de las obras de Mike Mignola. Al final tenemos unas páginas extra donde disfrutar de los bocetos y anotaciones del autor.




El Asombroso Cabeza de Tornillo y otros objetos extraños es una agradable lectura en la que Mignola puede ofrecer nuevas y extraordinarias historias con todo su buen hacer a la hora de escribirlas e ilustrarlas. Supone una imperdible curiosidad para los seguidores del autor y una buena y divertida manera de descubrirlo para los que aún se muestren reticentes a adentrarse en la rica obra de este gran artista.



miércoles, 7 de marzo de 2018

Crítica Feliz día de tu muerte de Christopher B. Landon



Mi bonito Tony Jiménez y yo teníamos ganas de ir al cine a ver esta película, pero como en esas semanas había otros estrenos que nos apetecían más, finalmente hemos esperado y la hemos disfrutado en casa. La premisa es buena. Tree es una chica universitaria que, el mismo día de su cumpleaños, es asesinada. Lo raro es que al día siguiente se despierta... pero sigue siendo el día de su cumpleaños. Tree revivirá muchas veces el mismo día, y todas ellas acabará muerta, a no ser que descubra quién es su asesino y le pare los pies.

Cierto es que me ha parecido muy previsible, pero se acerca mucho a pelis de las que he disfrutado una y otra vez, como Scream o Las últimas supervivientes, resultando un film entretenido, divertido y sangriento que los amantes del terror disfrutarán con un buen cesto de palomitas. Un film de esos que automáticamente nos llevan de vuelta a las tardes de aquellos maravillosos ochenta, cuando hacíamos sesiones de cine con amigas y chucherías.



La pareja protagonista, Tree y Carter, me ha gustado mucho. Tienen feeling y hacen creíble la extraña relación que se crea entre ellos. Tienen ese toque cómico que provoca el que ella se levante cada día en la cama de él, sabiendo que va a volver a morir, mientras que él amanece cada día con una Tree más desconcertada e histérica.

No esperéis nada novedoso ni sorprendente, pues no lo vais a encontrar aquí. Simplemente déjate llevar por la película, sin esperar nada más que pasar una hora y media amena con buena compañía y muchas porquerías para llenar el buche.

Lo mejor: Carter. Las diferentes muertes.

Lo peor: Muy previsible.





lunes, 5 de marzo de 2018

Crítica The Belko Experiment, de Greg McLean




Sinopsis:

Un grupo de 83 americanos expatriados que trabajan en un edificio de Bogotá (Colombia) se ven atrapados en su lugar de trabajo mientras una voz les hace plantearse dudas morales sobre qué hacer en situaciones límites. 


Opinión:

The Belko Experiment es de esas películas que tenía en el cajón de las pendientes. Este fin de semana, y ante la sugerencia de nuestro no muerto favorito Rubén "Reaper" GonzáleZ, decidí darle una oportunidad.

La premisa en sí me pareció muy interesante. Un grupo de trabajadores de una empresa a los que ponen en situación límite. No es el más original teniendo en cuenta que ya hay varias películas que abordan esa trama, pero debo decir que me mantuvo en tensión durante todo el metraje.

Y es que, ¿qué hay más perturbador que ir a tu puesto de trabajo y que una voz por megáfono te diga que debes matar a tus compañeros si quieres salir con vida? Cuando llegas a ese punto, empiezas a ver lo peor de los protagonistas, que sacan su instinto de supervivencia haciendo que sean capaces de todo con tal de salir con vida. 
Me gustó que al principio se lo tomaran como una especie de broma pesada ya que la mayoría de nosotros pensaríamos lo mismo, pero a medida que pasan los minutos descubren que las amenazas son ciertas y que deberán cumplir las órdenes de la voz si quieren sobrevivir.


Los personajes me han gustado, ya que los he encontrado creíbles, sobre todo Mike (John Gallagher Jr.) quien es el más compasivo de todos y el que intenta salvar a sus compañeros, tratando de aportar ideas y enfrentándose a los que se creen con derecho a decidir por encima del resto. 
También encontramos personajes grises, por llamarlos de alguna manera, que en un principio se oponen a llevar a cabo cualquier acción contra los demás pero al llegar a la parte final son capaces de todo (es el caso de Vince). Por otro lado, tenemos a los supervivientes, que ya sean motivados por su familia o su instinto violento (Wendell), sacarán su peor versión y matarán a quien haga falta para salir con vida del edificio. 
Debo decir que al principio, Barry Norris (Tony Goldwyn) engañan al espectador haciéndole creer que es un bue tipo... hasta que la cinta avanza y vemos su verdadera naturaleza, llegando a creerse juez y verdugo de sus trabajadores (la escena de las ejecuciones te pone la piel de gallina).
Cabe destacar a los que tratan de evitar la tragedia escandiéndose y/o ayudando al resto. Empleados que, llegado el momento, lamentas su destino en algunos casos.

La película se dividiría en dos partes: el inicio, donde te presentan la situación y empieza el juego mezquino por parte de la voz de megafonía; y el ultimátum, el momento en que comienza la masacre y deleitará a los amantes de la sangre.


Y es que algunas de las muertes son bastante explícitas. ¿Lo malo? que la mayoría quedan algo escondidas de cámara y solo vemos la sangre (Wendell y su cuchillo de carnicero se merecían mejores planos). Tan solo en dos de ellas podemos disfrutar de una buena dosis de gore
Es en esta parte la que veo que flojea más ya que, teniendo una premisa de "batalla campal en la oficina", creo que no deberían haber escatimado en imágenes cruentas.

A pesar de sus fallos, debo confesar que me ha gustado. Puede que no sea el título más original del género, ni mucho menos el mejor, pero la he encontrado de lo más disfrutable.

En general, The Belko Experiment me ha parecido interesante, entretenida y me ha mantenido en tensión durante toda la cinta.

Lo Mejor: Mike. El cuarteto de la muerte. La parte final.

Lo Peor: A pesar de que contiene buenas dosis de sangre, creo que podrían haber explotado un poco más ese punto.



viernes, 2 de marzo de 2018

Doble Sesión: The Ritual y El Bosque de los Suicidios





En Castle Rock Asylum estamos locos, entre otras cosas, por el cine. No es raro que consumamos este medio en grandes dosis y normalmente queremos compartir nuestra opinión sobre las películas con vosotros, internillos. Es así, como se nos ha ocurrido inaugurar una nueva sección titulada Doble Sesión. Título que nos hace pensar en esa evocadora imagen de autocine americano o en la época dorada del Grindhouse. Cuando por el precio de una entrada podías disfrutar de dos films. Esa es la mentalidad con la que nace esta sección: Ofreceros dos críticas en una. Para ello se tratará siempre de que tengan un mínimo de conexión o parecido. Ya sea en cuanto a temática, director, actor, medio...

En este caso, y para empezar, he decidido hacer una Doble Sesión sobre Bosques Malditos aprovechando el reciente estreno de la adaptación cinematográfica de la novela de Adam Nevill: The Ritual y mi visionado de El Bosque de los Suicidios de 2016:




-The Ritual, de David Bruckner:

En cuanto a cine de terror se refiere, Netflix aún tiene mucho trabajo que hacer. La mayor parte de su catálogo lo conforman títulos directos al mercado VOD debido a sus simplones argumentos y medios. Cierto que aún podemos encontrarnos alguna joyita de vez en cuando (ahora mismo tienen para nuestro deleite la imprescindible La Bruja), pero por tiempo limitado. En el caso de sus producciones originales aún han empezado a llamar la atención. Es por esto que la atención de todos los fans del género estaba puesta en The Ritual.

Basada en la novela homónima de Adam Nevill y a cargo de David Bruckner (V/H/S, Southbound), los derechos de distribución de esta película fueron adquiridos por Netflix. Quien podía jactarse de tener la exclusividad del estreno en su plataforma (a excepción de Reino Unido y los Festivales donde se proyectó con anterioridad). Una compra que un servidor cree que ha sido de lo más inteligente. Pues The Ritual sí que resulta ser una gran película de terror que a pesar de lo conocido y tópico de su planteamiento, logra sorprender y gustar por méritos propios.




The Ritual nos presenta a un grupo de amigos que van de excursión a un bosque. Aunque esto nos vaya sonando, la cosa da una vuelta de tuerca al descubrirnos que estos personajes no son los típicos jovenzuelos (aunque ellos quieran creer que sí). Los protagonistas de The Ritual ya peinan canas y deben de hacer frente a no pocas responsabilidades. Y el típico bosque no es tal, pues se sitúa en los gélidos e inhóspitos parajes del Norte de Suecia.

Al enfoque más adulto de lo habitual se le suma un terrible y decisivo suceso que es motivante de la trama y clave en su desarrollo y al que asistimos nada más arrancar el film.

Es imposible hablar de The Ritual sin pararse a alabar lo bien que aprovecha su ambientación para crear una atmósfera que se va volviendo cada vez más siniestra y opresiva. Bruckner rueda con buena mano y la primera mitad de la película nos sorprende con una muestra de terror más sugerente y psicológico.




Al igual que es inevitable hablar de lo bien que la película aprovecha los parajes suecos, también lo es notar que The Ritual bebe mucho de El Proyecto de la Bruja de Blair (y de algún que otro Survival Horror de principio de siglo). Esto no juega para nada en su contra. Es más, si bien Blair Witch acabó siendo una soberana decepción. La adaptación de la novela de Nevill se consume con aún más ahínco al sentirse como un excelente sustitutivo.

El reparto es muy solvente y defienden muy bien a sus personajes. Claramente destaca Rafe Spall como Luke, sobre quien pesa el mayor labor de trasfondo. Gran parte del terror que vemos en la película viene por el sentimiento de culpa que arrastra su personaje y que juega en su contra a medida que van adentrándose en los misterios del bosque.




Si antes mencionaba que The Ritual nos compensa a los que salimos escaldados de Blair Witch, tengo que volver a señalar los valores de la película de Bruckner por encima de la fallida secuela de la obra maestra de Eduardo Sánchez y Daniel Myrick. Pues si bien esta desaprovechaba su mitología, The Ritual no lo hace. Y se empapa muy bien de ella (no sé hasta qué punto esto viene debido a la novela pues no la he leído) para meternos el miedo en el cuerpo con estos temores ancestrales y ligados a la naturaleza y este entorno nórdico.

La película se aleja bastante de lo mostrado hoy en día en el género. Aunque tampoco mucho, pues si bien no hace gran uso de los Jumpscares sí que suele recurrir a golpes sonoros que a efectos prácticos vienen a ser lo mismo. Esto no es tónica general en la propuesta, pero sí que llega a afear bastante el conjunto.




En la segunda mitad del film, The Ritual comienza a ir en un in crescendo al que se suma el brusco cambio de dinámica de su recta final. Esto, aunque a priori creí que iba a echar por tierra la propuesta, se siente como el paso lógico para completar el relato que podría haberse estancado del todo. La traca final que supone toda esta parte no sacrifica el significado más profundo de esta lucha por la supervivencia que trabaja el film desde sus primeros compases. 

Desde luego, The Ritual no logra pertenecer a ese grupo de joyas, imprescindibles y obras maestras del género de este siglo en el que ya se encuentran Babadook o la citada La Bruja. Pero destaca y mucho entre el aluvión de pésimas propuestas y puede ser un gran ejemplo a seguir por Netflix a la hora de engrosar su catálogo de este género.





Lo Mejor: Su atmósfera y enfoque más "adulto".

Lo Peor: El uso de golpes sonoros. Aunque de una vuelta de tuerca a varios clichés del género sigue estando ligado a ellos.








-El Bosque de los Suicidios, de Jason Zada:

Aokigahara es un lugar tan aterrador porque es real. En este "Mar de árboles" situado en la base del famoso monte Fuji de Japón, se da lugar una práctica macabra que se lleva realizando desde hace siglos: el suicidio. No son pocas las personas que, cada año, acuden a ese lugar a poner fin a sus vidas. El asunto está tan normalizado que las partidas de voluntarios para patear los caminos y encontrar los cadáveres de esos pobres desdichados son tan comunes como los grupos de voluntariado para la recogida de la basura.

Está claro que un lugar así ha visto el nacimiento de cientos de historias, leyendas urbanas y, sobre todo, obras escritas y visuales que tratan de trasmitir lo aterrador del lugar. En el caso que nos ocupa, nos encontramos ante una película del pasado 2016 que estuvo acompañada de cierta polémica debido a la acusación de plagio por parte de nuestro dibujante patrio El Torres. Quien notó "gran" parecido a una de sus obras. Pero hasta donde yo sé, por lo que más se ha podido llevar las manos a la cabeza el dibujante es el cierto parecido del título de ambas propuestas (el cómic se titula El Bosque de los Suicidas). No vamos a ponernos a acusar de plagio todo aquello que tome como punto de partida un lugar famoso, ¿no?





Al final, la polémica puede que haya beneficiado a la película dirigida por Jason Zada, que no pasa ni como triste pasatiempo del género.

A principios de siglo, el J-Horror saltó fronteras y animó a tratar de emular este estilo de cine de terror nipón dando a pie a una colección de insulsos remakes americanos de los  que apenas podemos salvar los de The Ring. Aún con todo, tras este exploit, se podría esperar que se aprovechase la oportunidad (y un marco tan macabro como atrayente como es el bosque de Aokigahara) con esta El Bosque de los Suicidios. No es el caso, aunque es cierto que en la primera mitad del film parece que se trata de tomar en serio la cosa (aún habiéndonos soltado entre medias unos cuantos jumpscares en oferta). Incluso acercándola a un terreno más psicológico, lo que podría haber hecho ganar al relato muchos puntos a la hora de su valoración. Pero la película de Zada no deja de ser otro producto que espera entretener a ese espectador medio que tanto mal ha hecho al cine de terror desde hace unos cuantos añitos. Y aún así, incluso este puede que acabe poniéndole mala cara a El Bosque de los Suicidios.




Es triste ver cómo Zada desaprovecha las localizaciones y pone el piloto automático a la hora de rodar. Pero más triste es descubrir que tras el guión nos encontramos con Nick Antosca (amén de Sarah Cornwell). Aquel que tanto bien está haciendo por el género con Channel Zero, redacta un desganado libreto (que mantiene las señas de identidad de este autor: la importancia del pasado en la trama sobrenatural) que acaba por afectar hasta en la actriz protagonista. Natalie Dormer (conocida por su personaje de Margaery Tyrell en Juego de Tronos) no puede hacer nada por levantar este proyecto. Ni con el interesante, a priori, juego de la doble interpretación ni con esa intensa "conexión" de las dos hermanas gemelas tan bien presentada pero apenas trabajado en el resto del metraje.

El Bosque de los Suicidios puede que acabe por salvarse por lo inherente aterrador del lugar que toma como marco para su historia. Pero lo cierto es que apenas puede ser defendida ni como propuesta de evasión.




Lo Mejor: El intento de tirar por una temática más psicológica de su primera mitad.

Lo Peor: Querer amoldar el conjunto al espectador más casual llegando no poder ni contentarlo.