Castle Rock Asylum

Bienvenidos a la locura.

I Antología de Relatos de Terror Castle Rock Asylum

Ya disponible en Lektu.

Colabora

Colabora con nosotros.

miércoles, 31 de enero de 2018

El terror en la mochila: Museo de los duendes (México)



Hoy he decidido coger mi mochila y largarme a un país del que adoro su cultura, México, para visitar el Museo de los duendes. Qué tiene eso de terrorífico, os preguntaréis. Pues bien, teniendo en cuenta que dentro del lugar todo lo que se cuenta está basado en historias reales, en casos ocurridos a ancianos y niños que vivían en la zona... pues no es que me causen mucha simpatía estas pequeñas criaturas.

Está albergado en una pequeña casita de madera perdida en mitad del bosque, que abrió sus puertas hace dieciocho años para mostrarnos terroríficas historias y prevenirnos de estos seres que pueden parecer adorables y que, supuestamente, nos protegen. Desde travesuras como robarte la cartera o perderte las llaves del coche, hasta desapariciones de lugareños e, incluso, de caballos.


Tras cruzar sus puertas, podemos encontrar elfos, trolls, duendes y hadas, además de fotos, testimonios y mechones de pelo trenzado, una costumbre que realizan los duendes con el cabello de las personas a las que "tocan".

Uno de los casos más comentados y famosos de este museo, es aquel en el que unos jóvenes que iban de campamento, se encontraron con multitud de estos seres dando una fiesta. Estos los "obligaron" a pasar la madrugada con ellos y les advirtieron que no se dejaban ver por cualquiera. Como veis, estos hombrecitos de 50 centímetros son de todo menos adorables. Cuanto menos, dan un yuyu de cojones.

El museo se encuentra en el kilómetro 2.5 de la carretera Huasca-Tulancingo, y también ofrece una caminata nocturna que acaba en el  “Árbol de los Deseos”, donde se relatan historias de duendes y hadas. ¿Os atrevéis a visitarlo?



viernes, 26 de enero de 2018

Reseña Hellboy En el Infierno: La Carta de la Muerte de Mike Mignola y Dave Stewart





Nacido de un tosco boceto, Hellboy no vio la luz oficialmente hasta 1993, cuando protagonizó una historieta del San Diego Comic-Con Comics #2 que ya presentaba bastante de los elementos y temáticas que acompañarían este curioso personaje: un estupendo regustillo del pulp deudor de la publicación Weird Tales donde la acción, el terror, la ciencia ficción y la aventura componen excelentes cócteles impresos de los que los fans del cómic siempre estamos dispuestos a cogernos buenas borracheras. Y Hellboy es el mejor exponente de esto. El artista Mike Mignola así lo fue demostrando en la primera etapa de este personaje, donde disfrutamos de varios casos que investigaba junto a sus demás peculiares compañeros, todos miembros de una organización encarnada de lidiar con amenazas sobrenaturales. Pero la cosa se fue poniendo cada vez más y más interesante. A parte de crear un rico y fascinante universo propio que conjugaba elementos Lovecraftnianos con grandes pinceladas de diferentes folclores universales (sobre todo del Europeo) y haciéndolos suyos. Mignola hizo lo propio con el mismo Hellboy, a quien fue otorgándole más y más capas de profundidad a un personaje que ya era interesante de por sí (un demonio que se enfrenta a sus semejantes y demás criaturas maléficas).




La segunda etapa del personaje lo llevó a abandonar la AIDP para descubrir por él mismo las respuestas que se ocultaban tras su llegada al mundo debido a un desesperado experimento nazi en los estertores de la Segunda Guerra Mundial para llevar a cabo un Armageddon purgador y definitivo. A lo largo de los años, se descubrió que estas respuestas no solo tenían implicaciones claramente infernales. Hellboy acabó descubriendo que por parte de madre (una de las brujas más importantes de Inglaterra) era descendiente del mismísimo Rey Arturo. Todo esto dio por resultado un titanico enfrentamiento con una resucitada bruja que pretendía volver a liberar el mismo Mal que sustituyó el chico demonio en los años 40. El duelo terminó con la muerte de la bruja... pero también con el de Hellboy...

Lo que normalmente debería ser el Final fue una especie de nuevo inicio para el personaje, quien se encontraba ahora en el mismo Infierno del que venía y al que ahora volvía por la fuerza. Así es como comienza el (aparentemente) último arco argumental del personaje: En el Infierno. Cuyo segundo tomo, La Carta de la Muerte, es el que toca reseñar en esta ocasión.




El primer tomo de En el Infierno fue toda una experiencia, pues vimos a nuestro trágico antihéroe ser un completo extraño en el lugar donde nació. Viejos conocidos aparecieron ante él con buenas y, sobre todo, malas intenciones. Y en la recta final, el mismísimo Hellboy ponía patas arriba el lugar. La Carta de la Muerte resulta ser bastante continuista. Pues se siguen viendo las consecuencias de lo realizado en el Pandemonium (y se dan respuestas), tenemos más "cameos" y Hellboy sigue estando muy ajeno al lugar que se descubre como su nuevo hogar. Pero que no induzca a error, La Carta de la Muerte no es repetitiva. Si en algo es maestro Mignola (quien está a cargo también del guión) es en no aburrir al lector y hacer sentir fresco hasta los argumentos más clichés. Es así como En el Infierno no cae en el simple revival de La Divina Comedia y se convierte en la pieza final y decisiva de la historia de Hellboy.

Está claro que La Carta de la Muerte tiene todos los elementos e implicaciones para dar salida a un componente dramático bastante importante. Y por supuesto que Mignola nos toca la fibra a todos los fans del personaje. Sobre todo en la recta final y en el capítulo donde se esmera por mostrarnos a ese Hellboy tan cadavérico y exhausto. Pero el componente emocional no solo queda relegado al protagonista, pues La Carta de la Muerte tiene a un buen plantel de secundarios que se presentan tan rotos y trágicos como nuestro chico demonio.

A estas alturas poco más se puede destacar de la excelente labor de Mignola ilustrando Hellboy. Su particular estilo siempre es una gozada de disfrutar. Y los colores de Dave Stewart se amoldan a la perfección.




El tomo contiene una curiosa historia que se presenta como complemento, pero que resulta que en un principio pertenecía a la trama general de En el Infierno. Pues Mignola tenía pensado realizar un par de tomos más. Pero al final decidió acortar la cosa y no alargarlo porque sí (lo bueno si es breve... ).

No se puede dar por todo asegurado que este sea el final definitivo para el personaje. Hellboy sigue apareciendo en cómics y otras publicaciones (pero las tramas se suelen situar en una etapa pre-Semilla de Destrucción). Es uno de los personajes del reciente videojuego Injustice 2. Y en 2019 tendrá una nueva película que parece que adaptará el ciclo artúrico del personaje. Y el importante número de fans del personaje sigue creciendo cada día (algo a destacar teniendo en cuenta que no viene amparado por el sello Marvel o DC). Por lo que puede que esta estupenda despedida de Hellboy sea solo momentánea. Pero de no ser así, Mike Mignola le ha dicho adiós a su "hijo pródigo" de la mejor de las maneras.




miércoles, 24 de enero de 2018

Crítica Insidious: La última llave de Adam Robitel



Recientemente hemos hecho maratón de Insidious en casa, por lo que tenía muy frescas y presentes las demás entregas cuando fui al cine a ver La última llave. No sé lo que me esperaba, pero desde luego no era tener miedo de meterme las palomitas en la boca por si me atragantaba de un susto. La película tiene una atmósfera que va a encantar a todos los amantes del género, desde el primer hasta el último fotograma.

Como ya viene siendo habitual en esta saga, estamos ante una precuela. En ella, descubrimos mediante flashbacks la infancia de Elise en su casa de Nuevo México, a la que tiene que regresar para proteger al nuevo inquilino de un espíritu maligno que lo acosa. 



Me ha parecido una película con escenas duras (no de terror, sino que duelen de verdad) que nos muestran la terrible infancia de Elise, con un padre que no entendía su don y que la maltrataba. De hecho, los primeros diez minutos de la película me hicieron llorar y pasarlo realmente mal. Eso sí, en cuanto empiezas a adentrarte en la historia, dejas a un lado la pena para ponerte en tensión pendiente por la multitud de sustos que contiene y, como he dicho al principio, por la atmósfera terrorífica que rodea cada fotograma.

A mí, personalmente, me ha parecido una película entretenida que logra su objetivo: meterte algún que otro susto en el cuerpo y hacerte seguir disfrutando de una saga que los fans del terror adoran. Además, en esta ocasión, el terror no es solo psicológico, sino que nos damos cuenta, una vez más, de que los peores y más crueles monstruos son los humanos.

Lo mejor: Los flashbacks. El sótano. El tono de humor que ponen siempre los compañeros de Elise.

Lo peor: Que no me dejó comer en paz por miedo al atragantamiento.






lunes, 22 de enero de 2018

Reseña Lydia, de Liss Evermore




Sinopsis:

Ésta es una historia pulp heredada de las atmósferas victorianas de ciertos maestros. Lydia nos sumirá en un ambiente opresivo y pesada difícil de soportar, especialmente si lo hacemos a la tenue luz de un candil.

En la penumbra del dormitorio, el protagonista de este relato guarda con celo un secreto macabro. Para su sorpresa, descubrirá que no estaba tan bien guardado como creía.

Opinión:

De corte victoriano, Lydia es el nuevo relato publicado por la autora Liss Evermore (La colina de los amantes), y debo confesar que, aunque sea de corta duración, es una pequeña joya dentro del género.

Evermore nos presenta una historia que recuerda a Edgar Allan Poe, y que con su cuidada prosa y esas palabras perfectamente escogidas consigue atrapar al lector, creando la atmósfera perfecta.

Narrado en primera persona, vivimos la angustia del protagonista, descubriendo poco a poco qué le atormenta. Una horrible verdad oculta tras las paredes.

La maquetación está tan cuidada que a pesar de ser un ebook parece un libro que podamos encontrar escondido en una librería. De esas sorpresas que descubres al rebuscar entre varias pilas y que llegas a pensar que debe tratarse de una rareza antigua.

Lydia es un caramelo. Un regalo de Liss Evermore a los amantes de la literatura gótica, en el que consigue con pocas palabras crear el ambiente necesario para causarnos temor.

¿Lo recomendaría? 

Absolutamente. Tanto la narración como la maquetación son una delicia y Liss Evermore, se está convirtiendo con derecho propio en uno de los imprescindibles del género de terror.

Puedes conseguir Lydia, de Liss Evermore en este link.

viernes, 19 de enero de 2018

Crítica XX de Varias Directoras






Si bien el formato antológico está funcionando bastante bien en la pequeña pantalla (American Horror Story, Black Mirror, Channel Zero), en el caso del cine la cosa lleva un buen tiempo estancada. Contadas son las ocasiones en las que estas propuestas son algo más que simples "contenedores" donde presentar cortometrajes que no tendrían tanto circuito comercial por sí solos. Y cuando se presentan estas ocasiones no dejan de suponer soberanas decepciones. 

Mis últimos intentos con estas propuestas no fueron para bien: Southbound me resultó más competente que las pasadas entregas de V/H/S pero le sobraban unos cuantos segmentos para que el producto saliese del todo airoso. Holidays no pasa del aprobado raspado y, por favor, no me hagan recordar el desastre que fue Tales of Halloween

No era de extrañar que pospusiese tanto el visionado de esta antología que se presentaba tan prometedora en la teoría, pero que podía diluir todo este potencial en la práctica... Y así ha sido.

La figura de la mujer siempre ha estado presente en el terror. En el más clásico se presentaba como la perdición del monstruo de turno. Más tarde, esas sanguinarias bestias tomaron formas más humanas y las mujeres debían tratar de escapar de sus punzantes armas. Prácticamente en todos los casos se imponía una mentalidad de víctima u objeto. Muy pocas eran las veces en las que una mujer podía hacer frente a la amenaza o ser algo más que una Scream Queen. Y pasando del ámbito ficticio al real, tampoco es que la cosa se vea mejor (en los últimos años apenas podemos destacar la labor de Jennifer Kent y su Babadook). Por eso XX se presentaba como una oportunidad de oro para reivindicar la figura de la mujer en todos los ámbitos de este género. Gracias a la exclusividad de la presencia femenina en el guión y la dirección, las artífices de esta antología podrían parir historias en verdad rompedoras y que creasen escuela. Que permitiesen imprimir esa visión y tono que un guionista o director masculino le puede costar tener en cuenta a la hora de encarar una producción de este estilo. 

Imaginad una historia slasher donde la aparente "rubia tonta" que con tanto ahínco a impuesto el género se presente como una persona normal capaz de reaccionar como cualquier otro haría en esa situación. O una Monster Movie en la que el personaje femenino no se dejase simplemente capturar entre un histérico grito y posterior desvanecimiento forzado... Esto es solo un par de simples y apurados ejemplos de lo que creo que sería lógico encontrar en una antología como XX... Por desgracia, lo que nos encontraremos no será ni remotamente parecido. Siendo otro fallido intento (y doblemente doloroso si tenemos en cuenta la gran posibilidad desperdiciada a mayores).

-The Box: Basado en un relato del escritor Jack Ketchum, se nos presenta una historia de esas que hacen que el costumbrismo se mueva a extremos inquietantes. ¿Qué puede ser más aterrador que mirar al Abismo? Eso es lo que parece querer responder el segmento rodado por Jovanka Vuckovic, quien no es una novata en estos lances del cortometraje. Aunque está claro que la propuesta va de más a menos. Desconozco si al relato de Ketchum también le ocurre lo mismo. Y no me estoy quejando de la falta de explicación sobre lo que ocultaba esa caja. Mi queja va más bien al modo en el que se desarrolla la historia y, sobre todo, al tibio desenlace. A lo que tampoco ayuda la innata indiferencia que transmite la actriz Natalie Brown (The Strain, Be My Valentine) quien se ve menos afectada que nosotros a los preocupantes hechos que desencadenan ese inconsciente vistazo a lo desconocido y prohibido.




-The Birthday Cake: Aunque The Box no fuese todo lo redonda que debería, no se puede negar que logra que el espectador espere ansioso a que el próximo segmento sorprenda de verdad... Y la propuesta de la cantautora St. Vincent (aka Annie Clark) desde luego que sorprende... pero para mal.

Este corto no puede evitar sentirse como todo un tropiezo de la antología o una mala broma. De humor malo va el asunto, pues The Birthday Cake transita por derroteros cómicos con deseos de poder catalogarse como humor negro. Pero para ello haría falta más acierto y mala baba. St. Vincent parece más preocupada por engalanar el relato de ese aire tan kitsch decadente que seguramente es su sello de identidad en sus videoclips (no soy para nada conocedor de su obra) que en intentar realizar un corto, cuanto menos, pasable. 

Una pena no justificar la presencia de Melanie Lynskey (Dos Hombres y Medio, Criaturas Celestiales) quien, en verdad, se siente con ganas de darlo todo por la propuesta.




-Dont´ Fall: El segmento más convencional y que mejor podría colar en cualquier otra antología. No pudiendo evitar sentir que nos encontramos ante una "recolección" por parte de su directora, Roxanne Benjamin (Southbound). 

El título nos dice que no caigamos, pero es imposible no ver como XX lo hace con esta simplona historia que ni se molesta en trabajar nimiamente la mitología que propone y que se queda en un simple garabato en una roca. Quizás contente a quien solo busca un poco de sangre y una salvaje criatura de factura artesanal.




-Her Only Living Son: Y llegamos a la última propuesta y verdadera promesa de la antología. Pues tras las cámaras se encuentra Karyn Kusama, quien aún sigue recibiendo elogios por su La Invitación

Al igual que The Box, este segmento presenta una premisa de lo más prometedora. Y sin duda es la que más impecable se siente tanto técnica como artisticamente hablando. Además de ser en la que el personaje de Christina Kirk (Powerless, Ley y Orden) mejor representa esta reivindicación de la figura femenina que tanto nos ha querido vender XX. Una pena que deje una sensación tan agridulce con su recta final, pues se siente demasiado desaprovechada y apurada. Lo que nos hace pensar que quizás esta historia mereciese su propia película.




XX no tiene un hilo conductor concreto. El tránsito entre segmentos es una malrollera animación en stop motion, obra de la mexicana Sofia Carrillo, que es lo que más miedo mete en el cuerpo al espectador. A la vez que deja un poso de preciosa e inquietante amargura al tratar de descifrar la trama oculta que esconden estas escenas con esa curiosa casa de muñecas y su misteriosa búsqueda.




Otra antología que cae en saco roto. Una que, además, podía reivindicar y renovar el género mostrando un enfoque femenino al asunto. Una oportunidad de oro desperdiciada.




Lo Mejor: Esa animación creepy en stop motion entre segmentos.

Lo Peor: Ser testigo de semejante desperdicio.



miércoles, 17 de enero de 2018

Crítica Animal de compañía (Pet) de Carles Torrens



Sinopsis:

Seth y Holly, son dos personas aisladas que tienen mucho más en común de lo que creen. Una oscura historia de amor que examina cuánto estamos dispuestos a hacer en nombre del amor.


Opinión:

Desde que salió su primer póster tuve curiosidad por este título, pero al leer la sinopsis debo confesar que no me apetecía demasiado ver otro film sobre secuestros convencionales o que su único factor sorpresa fuera que la víctima se transformara en verdugo. Menos mal que, en Animal de compañía (Pet) no ocurre nada de eso.

Estamos ante el nuevo trabajo del barcelonés Carles Torrens, el cual se ha movido dentro del género desde que se adentró en el mundo del cine y que consigue dejarnos un buen sabor de boca.

Dominic Monaghan (Perdidos) interpreta a Seth, un hombre solitario que trabaja en una perrera que se obsesiona con una ex compañera de instituto después de reencontrase con ella en el autobús. Monaghan cumple con creces en el papel de hombre extraño al que su fijación con estar con Holly le hace llegar a seguirla y secuestrarla con la excusa de salvarla de sí misma.


En el papel de Holly tenemos a Ksenia Solo (Cisne Negro), la cual debo confesar que no me convención mucho al principio. Me pareció bastante plana, pero a partir del momento del secuestro su registro mejora y su interpretación se vuelve más que correcta.

El juego psicológico entre los dos personajes está bien llevado, descubriendo la verdadera personalidad de Seth, y sobre todo, Holly

Al principio la película se me hizo algo pesada e incluso, aburrida. Seguimos a los dos protagonistas y vemos un poco sus vidas mundanas. Pero a partir de la segunda mitad, la cosa se vuelve interesante. 
Una vez Holly es cautiva de Seth es cuando la cinta se convierte en una sorpresa dentro del género de secuestros y nos ofrece más de un cambio de guión que harán las delicias de los más perturbados. 


Sin querer spoilear mucho para que el espectador se sorprenda, debo decir que a pesar de su floja primera parte, Animal de compañía (Pet) cuenta con un par de giros inesperados que mejoran y mucho el film y con por los que entiendes que se llevara el premio a Mejor Guión en el Festival de Sitges de 2016.

¿La recomendaría?

Aunque dure hora y media, la primera parte puede resultar algo pesada, pero gracias a los diversos plot twist que esconde, hace que valga la pena echarle un ojo.






lunes, 15 de enero de 2018

La Sala Común: Black Mirror, T.4





Ya han pasado siete años desde que el primer episodio de Black Mirror sorprendiese a todo aquel que se atreviese a visionarlo. Su premisa no era otra que la amenaza de un misterioso terrorista de acabar con la vida de la querida princesa Susannah si el primer ministro no mantenía relaciones sexuales televisadas con un cerdo.

Esta era la chocante carta de presentación de Black Mirror. Serie antológica creada por Charlie Brooker con la que quería mostrar los peligros, beneficios o inquietantes o turbadoras situaciones que pueden producir la tecnología (tanto actual como una futura e hipotética). En el caso del episodio titulado El Himno Nacional, las redes sociales y los medios informativos era parte clave en el desarrollo de este peculiar thriller político. La crítica a la prensa actual, a los populares espacios de difusión social como son Twitter o YouTube y hasta a la sociedad actual fueron solo unos cuantos de los grandes temas que trató Brooker y su equipo en tan solo 44 minutos.




Black Mirror se convirtió en poco tiempo en toda una serie de culto. Sus dos temporadas de apenas tres episodios cada una (más un episodio especial de Navidad) se convirtieron en todo un referente de la oferta televisiva actual. Y entonces llegó Netflix para lograr que el espejo oscuro de Charlie Brooker se hiciese totalmente mundial.

La tercera temporada de Black Mirror contó con el doble de episodios que sus anteriores temporadas. Por no hablar de un claro aumento de medios como solo el gigante del VOD puede ofrecer. Y, aunque está claro que la temporada logró mantener a Black Mirror como una de las mejores series del año, es imposible evitar verla como una especie de paso atrás. Porque lo cierto es que fue bastante irregular y al preguntar al público por la tercera temporada lo más seguro es que solo hablen bien de verdad de dos episodios (tres como mucho si mencionan a Nosedive).

San Junipero fue el episodio mejor valorado a nivel general. Es imposible resistirse a esta peculiar historia de amor de temática ochentera que nos presentó Brooker. Una de las pocas veces que Black Mirror muestra la mejor cara posible de la tecnología.

Por mi parte, considero que el mejor episodio de la temporada (y uno de los mejores de la serie en general) es Shut Up and Dance. Muchos la acusan de simple, pero este thriller con devastador plow twist final incluido, representa a la perfección lo mejor que puede mostrar la serie. Y lo hace sin tener que recurrir a avanzadísimas tecnologías y anclándose en una historia sencilla pero que ofrece más de lo que parece a simple vista.




Estaba claro que la cuarta temporada tendría que replantearse muy bien el rumbo que querría tomar la serie si quiere mantenerse en emisión durante cierto tiempo más... Y vaya si lo ha hecho,

Las primeras temporadas de Black Mirror se arriesgaron mucho y se esforzaron en impactar al espectador. Algo lógico teniendo en cuenta que jugaba a su favor el factor originalidad y tenían que hacerse ver a partir de un canal británico. Actualmente, bajo el amparo de Netflix, esto no tiene porque ser así. Teniendo una especie de "seguridad" que creo que les afectó bastante en el desarrollo de la tercera temporada. Pero creo que Brooker y los suyos han aprendido de sus errores y en esta nueva temporada han querido mantenerse en una cómoda línea alejada de los riesgos de sus primeras entregas. Pero que se alza por encima de su tercera temporada al buscar una variedad temática encomiable. Netflix puede proporcionar a Charlie Brooker gran libertad artística y buenos contactos para conformar los equipos que realizarán cada episodio. Y esto se ve y se siente en esta más que solvente cuarta entrega en la que, aunque cueste ver y decidir otro "San Junipero" o "Shut up and Dance", logra mantener cierta calidad en cada uno de sus episodios y ofrece un buen sabor de boca en su conjunto.

Ahora paso a comentar cada uno de los episodios que componen esta cuarta temporada de Black Mirror:

-USS Callister: Inmejorable forma de comenzar la temporada y su gran apuesta. Llegando a poder tildarla de largometraje (su duración pasa de los 60 minutos), este episodio era de lo que más llamaba la atención en los trailers y avances de esta temporada. Lo que en un principio parece vendernos una simple parodia de las space operas, al poco de empezar el episodio comienza a revelarse como una perturbadora historia sobre realidades virtuales y cuestionables personajes que representan lo peor a lo que puede aspirar el ser humano.

Por encima de su estupenda desmitificación de Star Trek (curioso que se haya estrenado en el mismo año en el que lo hace Star Trek: Discovery y The Orville), USS Callister trabaja a partir de la tecnología VR que tanto se está tratando de imponer en el mercado del videojuego (impagable ese último diálogo en el que tenemos un guiño que hará las delicias de todo fan de Breaking Bad). Y riza el rizo añadiéndole una tecnología a mayores (más fantasiosa) que otorga al relato un toque más en la retorcida apuesta que es USS Callister.




-Arkangel: El gran reclamo de la temporada es este episodio dirigido por Jodie Foster que se ha convertido en la clara decepción de esta nueva entrega de Black Mirror. Y es ciertamente doloroso porque Arkangel tiene una de las mejores premisas con las que ha trabajado esta serie.

Traer a un niño al mundo es fácil, lo difícil viene a partir de ese momento. El mismo mundo está repleto de un sinfín de peligros y cosas que conviene tener alejados de nuestros retoños. La protección se convierte en un gran deber para los progenitores... ¿Pero en qué punto esto puede llegar a ser perjudicial para el desarrollo del pequeño? Esta es la estupenda y polémica premisa que Arkangel desaprovecha a favor de un desarrollo más digno de una TV Movie de sobremesa que un episodio de Black Mirror.




-Crocodile: Black Mirror tiene una clara predilección por el thriller, pero una vertiente de este género que aún no había usado era el proveniente de los países nórdicos. De hecho, hasta ahí se traslada este episodio rodado en Islandia, que ofrece a disposición de Brooker y el director Joan Hillcoat (The Road, Sin Ley) unas excelentes localizaciones que contribuyen a crear esa gélida atmósfera de este crudo relato donde asistimos a todo un descenso a los Infiernos en los que se embarca el personaje protagonista encarnado por Andrea Riseborough (Oblivion, Mindhorn).

Es cierto que puede acusarse al episodio de que la introducción del elemento tecnológico puede sentirse bastante "forzado" en el conjunto y que hasta se deja bastante de lado para centrarse en los personajes de este thriller nórdico Made In Black Mirror. Pero lo cierto es que se solapa suficientemente bien en el conjunto. Y hasta logra que el episodio gane bastantes enteros al mostrar como esa tecnología está tan "normalizada" en esa sociedad.




-Hang the DJ: No se ha tardado nada en denominarla "el nuevo San Junipero". Y es cierto que este episodio puede guardar grandes similitudes al mostrarnos una historia romántica y una visión no tan tecnófoba. Pero por suerte, Hang the DJ logra imponerse por méritos propios.

Llevando a los programas de citas al ultimísimo nivel. Este episodio nos presenta a dos jóvenes que se conocen pero que según una infalible I.A. que puede descubrir la duración de las relaciones, no les concede apenas ni un día. ¿Pero podrían los algoritmos estar equivocados? ¿De verdad puede cuantificarse el amor?

Está claro que la excelente química que crean los actores Joe Cole y Georgina Campbell es vital para que Hang the DJ cumpla su cometido. Y hasta ese apurado plow twist de los últimos minutos no logra empozoñar el estupendo visionado de este episodio.




-Metalhead: El mejor ejemplo de esa variedad temática de la que tanto os hablo. Denigrada por muchos pero totalmente reivindicable. Un breve (41 minutos) pero contundente Survival Horror a cargo del director de la adaptación de 30 Días de Noche y varios episodios de la excelente Hannibal.

Estupenda decisión la de mostrar esta historia en blanco y negro. Además de lograr que el relato se diferencie del resto (no solo de este temporada), contribuye a crear un ambiente aún más inquietante.

Imposible no notar las múltiples referencias y guiños a varias películas del género de terror. Nosotros no podemos evitar citar a la pésima Rottweiler, de la extinta Fantastic Factory, de la que, claramente, Metalhead toma gran inspiración. Pero el episodio dirigido por David Slade sí que sabe aprovechar todo lo que Brian Yuzna tiró por la borda en 2005. Además de imponer en tan poco tiempo (y con tan contados elementos) un misterioso y a la vez inspirador mundo post apocalíptico que envidiarían muchas producciones de serie B.

Muy buen diseño de la implacable amenaza (basado en robots YA existentes), por cierto.




-Black Museum: Si USS Callister era la mejor forma de empezar la temporada, Black Museum es la de terminarla. Si te gustó White Christmas, estás de enhorabuena. Porque este capítulo vuelve a hacer uso del estupendo juego narrativo de presentar 3 historias interconectadas alrededor de este particular e inquietante lugar regentado por el cuestionable Rolo Haynes (Douglas Hodge).

Si desde hace un tiempo se lleva intuyendo que, a pesar de las buenas diferencias entre episodios, las historias de Black Mirror se desarrollan en un mismo universo ficticio. Este capítulo viene para dejar claro (o, al menos, imponer) esto. Los easter-eggs que nos encontraremos a lo largo del metraje no solo pertenecen a lo visto en esta temporada. Black Museum remite a las anteriores entregas, por lo que conviene que el espectador esté atento si quiere captar todas las referencias y guiños.

El episodio desprende un irresistible aroma al Historias de la Cripta de HBO (sobre todo en la primera historia que nos descubre Rolo, que bien habría merecido la pena explorar en todo un episodio) que puede que eche para atrás al espectador más impresionable (el capítulo tiene cierta carga sexual y de violencia gráfica). Pero que deja bien claro que estamos ante uno de los episodios más redondos de la serie.




La cuarta temporada de Black Mirror se aleja de la contundencia y controversia de sus primeras entregas para seguir encaminándose a un camino más "seguro" pero que no deja de sorprender y mostrarse como una de las mejores apuestas del panorama televisivo actual.





Lo Mejor: La variedad temática que puede lograr afianzar la serie como la Twilight Zone del S.XXI.

Lo Peor: Es inevitable no echar en falta algún episodio contundente y memorable.



viernes, 12 de enero de 2018

Crítica Bright de David Ayer





2017 ha sido un año decisivo para Netflix en su nuevo afán de producir películas originales para su plataforma de streaming. A nivel general, el gigante del VOD ha realizado films sobre todo entretenidos. Pero ya empiezan a dar con la tecla adecuada como ha demostrado en algunas de sus producciones cinematográficas de este año.

El caso más sonado fue el de Okja, ya que su estreno mundial fue en el Festival de cine de Cannes. Donde se ganó bastantes abucheos simplemente por ser una película de Netflix, quien, para muchos, es una clara enemiga para el cine de sala. Pero uno no puede evitar echar la vista atrás y recordar que cuando apareció la televisión, el mundillo cinematográfico también se puso en lo peor y... ¿creo que las salas de cine no están extintas, no?

El cine lleva ya bastantes años dando malas señales, pero no precisamente todas son culpa de Netflix. Lo cierto es que últimamente se agradece poder disfrutar de una película en la tranquilidad y comodidad de tu salón si tenemos en cuenta los altos (y exagerados en muchos casos) precios de las entradas de cine. Por no hablar de la falta de respeto del público general, que convierte la mayoría de las proyecciones en una desesperante experiencia de ruidos y actitudes molestas. 

No, no creo que Netflix acabe con el cine. Pero sí espero que les sirva como toque de atención.

Volviendo a la crítica, el gigante del VOD se guardaba un último tanto para cerrar su año cinematográfico: Su primer gran blockbuster. Una película que le ha costado la friolera de noventa millones de dólares y que cuenta con una conocida estrella de cine como es Will Smith (Independence Day, La Verdad Duele). Por no hablar de la curiosa y fascinante premisa que maneja.




No han sido pocos los que han querido buscarle parecido con el videojuego Shadowrun o con la película Alien Nation. Pero lo cierto es que Bright escapa de las simples referencias para buscar voz propia al mezclar toda su carga fantástica con el mundillo policíaco y callejero que tan bien sabe manejar David Ayer (Sabotage, Fury), director del film. 

Los créditos iniciales son una excelente y ocurrente forma de presentarnos y adentrarnos en este mundo. Y a lo largo de la cinta no dejan de darnos más y más detalles que enriquecen este Universo. Y sí, es cierto que la mayor parte de ello queda en un segundo plano. Pero esto no hace desmerecer el excelente trabajo de World Building de Bright. Porque la película no quiere engañar a nadie, la verdad. No dejamos de estar ante una película Made In Ayer con un estupendo transfondo. O sea que por encima de todo vamos a ver una película entretenida y adrenalítica. Cierto que el mundo, personajes y situaciones dan para mucho más. Y que la película puede dar la sensación de ser un piloto largo y costoso de una nueva serie de Netflix. Pero creo que queda claro que el objetivo del servicio de streaming es tener una explotable franquicia (ya tiene confirmada secuela fílmica). Y potencial hay de sobra. Por lo que es más comprensible este simple pero efectivo ejercicio de presentación por medio de una sencilla trama de buddy movie con mcguffin mágico.





Max Landis está tras el guión de Bright. Y esto era mi mayor temor para con el film. El hijo de aquel que nos regaló la estupenda Un Hombre Lobo Americano en Londres tiene sus mejores trabajos en la historia de Chronicle y en la adaptación seriéfila de Dirk Gently. Pero en general, su labor como guionista es bastante cuestionable. Con Bright, Landis se centra en la trama de la peligrosa varita que da sentido a la continúa persecución en la que se ven inmersos el trío protagonista del film. Dando pequeñas pinceladas del interesante Universo pero sin querer pararse demasiado en ellas. Buscando sobre todo el entretenimiento y el espectáculo (¿que podía haberse explotado el tema racial? Pues sí, pero al menos está presentado y funciona para con la historia).

Will Smith y Joel Edgerton son la pareja protagonista, que presenta un curioso e interesante status quo al tener un orco como el compañero del veterano agente de policía (que resulta ser negro). Ya de por sí, esto hace que la cosa funcione. Pero se logra crear una dinámica bastante buena que no busca la amistad fácil entre los personajes.




Smith trabaja en la línea de sus últimas aportaciones al género de acción y blockbuster, la verdad. Aunque su personaje goza de una actitud de superado por las circunstancias y "quemado" de todo que le hace ganar bastantes puntos.

Edgerton logra que su Jakoby transmita mucho aún teniendo todo ese maquillaje y protésicos encima. Es una pena que se le de más cancha a su faceta cómica que a la dramática, porque el personaje puede dar muchísimo de sí.




Es una pena, pero el resto del reparto no brilla para nada. A la Tikka de Lucy Fry le falta algo más de exposición para que no se sienta como un mero acompañamiento del mcguffin. Pero al menos no cae en el fango en el que se empozoña Noomi Rapace. quien encarna a una villana tan letal como plana. 

Lo cierto es que Bright puede parecer que no justifica su alto presupuesto. Su puesta en escena es bastante simple y sucia. Pero precisamente la película busca esa sensación cercana y próxima para que cuando se presente el factor fantástico el choque sea más drástico. Es en el diseño y maquillaje (sobre todo de los orcos) donde se empieza a vislumbrar que Bright es algo más que una TV Movie. Y a la cosa se le añade las grandes escenas de acción y tiroteos. El trabajo tras las cámaras de David Ayer es estupendo, pero en su línea. No sorprende, pero al menos puede resarcir tras su trabajo en Escuadrón Suicida



Bright supone un estupendo "correcalles" Marca Ayer que reinventa las buddy movies y películas policíacas haciéndolas pasar por un filtro Fantasy que nos regala un producto fresco y que invita a crear franquicia (desde una serie a lo The Wire que siga a más policías y pandilleros de las calles de esta L.A. hasta una película precuela al más puro estilo El Señor de los Anillos descubriéndonos esos "Años Oscuros").




Lo Mejor: El dúo Smith-Edgerton. El Universo que propone.

Lo Peor: Los secundarios. Querer ver y tener mucho más del Universo.



lunes, 8 de enero de 2018

Crítica A Ghost Story de David Lowery





"-¿Qué es un fantasma?
-Un evento terrible condenado a repetirse una y otra vez, un instante de dolor, quizá algo muerto que parece por momentos vivo aún, un sentimiento, suspendido en el tiempo, como una fotografía borrosa, como un insecto atrapado en ámbar. Un fantasma, eso soy yo".

En 2001, el director mexicano Guillermo del Toro trató de definir lo que cree que es un fantasma en este evocador diálogo de la estupenda El Espinazo del Diablo. Una visión más profunda y transcendental de lo que muchos piensan a la hora de hablar sobre estos seres/fenómenos que han estado presentes en el imaginario colectivo desde los albores de la humanidad. Pues pocos misterios carcomen más al ser humano que lo qué nos espera Más Allá de la Vida. ¿Habrá algo al Otro Lado? ¿O precisamente el que solo nos aguarde un inmenso y eterno Vacío motiva a los difuntos a mantenerse todo lo posible anclados a este plano existencial?





David Lowery también ha querido dar su particular visión del fantasma con esta película que sorprende desde el primer momento en que reparamos en el aspecto que presentan sus espectros: una simple sábana con dos agujeros para los ojos. El disfraz más viejo y simple del mundo. La representación más habitual que ya fue utilizado en la desconocida Finisterrae pero que aquí sigue sorprendiendo. 

Comprensibles son los iniciales enarcamientos de cejas y posteriores bromas, pero uno pronto acepta demasiado bien esta representación de las espectrales entidades de Lowery. Sobre todo tras echarnos en cara los momentos más dolorosos y cargados de sentimientos vistos en cine en mucho tiempo (y hablo totalmente en serio).

La premisa se resume en "Un hombre muere y afronta su nueva forma de existencia como fantasma". Pero está ya más que superado lo de que tener argumentos simples no es impedimento a la hora de ofrecer una película profunda y cargada de matices. Y desde luego que A Ghost Story viene para imponer esto.





A Ghost Story presenta una puesta en escena minimalista. La historia no pide otra cosa, además de que esto no significa que no nos regale increíbles y poéticos momentos y escenas como los que nos aguardan en la recta final. La solemne fotografía se amolda también a este bello y desolador conjunto. Por no hablar de la hipnotizante BSO y el I Get Overwhelmed de Dark Rooms que, además de lograr que el trailer de la película fuese aún más melancólicamente bello, cobra gran importancia en el mismo film

Vaya por delante que esta película presenta un ritmo narrativo bastante especial. Muchos pueden acusarla de lento. Y es cierto que su primera media hora puede costar hasta el más predispuesto. Pero cuando uno comienza a descubrir el amargo pastel que hornea Lowery a lo largo del metraje, todo cobra sentido (sí, hasta el momento tarta). No es pedantería ni pretenciosidad. El director ha logrado algo parecido a lo que consiguió Dennis Villeneuve con La Llegada. Y eso es la de presentar un ritmo y montaje que se amolda a la particularidad de la historia o en este caso a la (llamémosle) habilidad en el nuevo estado del protagonista.




La película no busca ser selectiva para con su público, la verdad. Incluso en el ecuador del film tenemos un completísimo monólogo que plasma gran parte de lo que nos quiere hablar A Ghost Story. Pero está claro que no se parará más de lo necesario. Si uno no logra o no quiere entrar en la historia nada puede hacerse. Pero si lo hace le espera TODA una transcendental odisea acompañando a este fantasma en su viaje de aceptar lo inaceptable. 

No conviene hablar mucho de este film. Es mejor que cada uno afronte todo lo que presenta y quiere que sintamos A Ghost Story por sí mismo y lo más "virgen" posible. Aunque sea tan solo por mera curiosidad, deberíais darle la oportunidad a esta peculiar y profunda historia de fantasmas.




Lo Mejor: Que dos actores con sábanas puestas logren que sintamos tal cantidad de emociones. 

Lo Peor: Que se la pueda tildar de pretenciosa.