viernes, 27 de noviembre de 2015

Reflejos, por Rain Cross


Créditos Google Imágenes


«¿Dónde está la jodida foto?» Annabeth la buscaba desesperada por todas partes. Se apartó un mechón de pelo castaño de la frente y lo añadió al rudimentario moño alto enmarañado.

—¡Joder, joder, joder! ¡Sé que estás por aquí! —dijo para si misma.

Llevaba tiempo encerrada sola en su piso desordenado. Estaba escribiendo una historia para el periódico donde trabajaba sobre una chica que había desaparecido y que fue encontrada muerta a los pocos días. Tenía medio reportaje ya redactado, sólo le faltaba añadir dónde y cómo la encontraron, y poner la dichosa foto.

Annabeth tenía sus enormes ojos verdes desorbitados. Hacía ya días que no comía ni dormía, y debía entregar el reportaje de la chica muerta antes de que James, su rival en el trabajo y un lameculos de primera, le quitara la exclusiva.

«Debe de estar por aquí, la dejé por aquí…». Rebuscó y rebuscó entre las hojas que tenía en la mesa del salón, por el suelo, en los cajones… por todos los lugares donde había algo de papel. Miró encima del teléfono, en la entrada de su casa, y vio la luz parpadeante del contestador. Tenía doce mensajes, y no recordaba haber oído los timbrazos estridentes del teléfono. El primer estaba fechado hacía ya varias semanas. Annabeth no se había dado cuenta de lo enfrascada que estaba con su reportaje hasta aquél momento.

Le dio al botón para escuchar algunos.

—Piiiip… Beth, soy Olivia, habíamos quedado a tomar un café y no has aparecido —«Lo olvidé por completo», pensó—. Llámame, que ya te vale.

—Piiiip… Cariño, soy mamá, recuerda que este domingo vienes a comer a casa, que no se te olvide como la última vez, besos. Adiós, adiós.

—Piiiip… Annabeth, soy Tom, no sabemos nada de ti desde hace días en la redacción. Sé que estás ocupada con el reportaje pero deberías pasarte; James lo está terminando y deberías venir y presentar lo que tengas o te robará la exclusiva, así que mañana te quiero aquí a las 7. Hasta mañana, entonces. Que no se te olvide.

—Piiiip…. —Annabeth estaba harta de escuchar mensajes y ese último, el de Tom, su jefe, la hizo reaccionar.

Miró el reloj, eran las 8 de la tarde y aún le daba tiempo de ir a hablar con él. Fue al baño a arreglarse un poco, no podía ir con esas pintas andrajosas. Se puso frente al espejo para arreglarse el pelo a toda prisa, cuando su reflejo le hizo gritar de terror.

Era ella, o al menos se parecía a ella, pero parecía estar viendo un cadáver. Tenía los ojos hundidos y con grandes ojeras alrededor, le faltaba mechones de pelo y la piel se le pegaba en los huesos.

—¿Pe-pero qué…? ¿Qué me ha pasado? —dijo aterrada.

Pasó las manos por el cabello, el cual se le quedaba pegado entre los dedos. Pero eso sólo ocurría en su reflejo. Miró su mano, no había rastro de pelo.
Contempló su imagen en el espejo, y éste le sonrió con compasión.

—Aún no te has dado cuenta, ¿verdad?

—Pero…yo… — Sus ojos se llenaron de lagrimas, no entendía nada.

Su doble demacrada desapareció y sólo se veía el baño, como si no hubiera nadie en la habitación.

Annabeth salió del cuarto asustada y confusa. Se dejó caer al lado del teléfono, en la mesita de la puerta de entrada. Allí había un periódico descolorido, lo cogió con las manos y miró la portada. «No puede ser…» Annabeth se llevó una mano a sus finos labios mientras leía la noticia.

«…Duelo en la redacción.

La periodista Annabeth Mathews fue encontrada muerta cerca de un descampado cercano a su domicilio después de estar dos semanas desaparecida….»

No pudo seguir. Se quedó sentada en el suelo, con el periódico a un lado y la mirada perdida, inmersa en sus pensamientos.

Cerca de la mesita del teléfono, vio la fotografía que tantos quebraderos de cabeza le había dado. La cogió, temblorosa entre los dedos, y su propio rostro le dedicó una sonrisa.

La noticia que tanto le había ofuscado, la que no le dejaba comer ni dormir, era la de su propia muerte.


3 comentarios:

Escalofriante, juego de espejos, de espacio y de tiempos.

Hacía tiempo que no leía un relato tuyo, y la espera de dos semanas encerrados en casa ha merecido la pena... (música creepy ♪♫

Muchas gracias, nos alegra que os haya gustado :D

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